A la orillita del río
como escuchando su arrullo,
casi besando a los yuyos
yo he visto al caballo mío.
Miraba el agüita clara
como asombrado de ver
que al cielo pueda tener
tan pegadito a la cara.
¿Qué estrella andarás buscando
cuando escarbando en el suelo
sus ojos levanta al cielo
y queda como pensando.
Qué penas has de tener
cuando te vas junto al río,
alazán amigo mío,
quién te pudiera entender?
Tanto tiempo que anduvimos
uno al ladito del otro
ver si empezar desde potro
que poco nos conocimos.
Tú en tu mundo y yo en el mío
toda una vida enlazaos
tan juntos tan separaos
como la orilla y el río.
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