(Foto: René Burri)
Retozando de contento
desde este pago gauchazo
allá va como un abrazo
mi voz a los cuatro vientos.
Que me escuche un momento
le voy a pedir, por favor,
se debe rendir honor
a las costumbres camperas.
¡Amalhaya! Quién pudiera
ser jinete y domador...
Me gusta ver jinetear
a un paisano, con rigor.
Más me gusta a un domador
ver su tropilla entablar
y puesto a diferenciar
es mucha la diferencia.
La doma requiere paciencia,
el jinete arte y coraje.
Es de parte del gauchaje
que a veces viene de herencia.
Yo no hablo por noticias.
Hablo porque lo he vivido.
Mil veces he sacudido
sobre un bagüal la ceniza.
Y es que no le cause risa:
se que muchos lo han dudado,
mas todo tiempo pasado
deja los hombres dudando.
No me gusta andar mostrando
sólo los que he jineteado.
Muchas veces me han bajado
revoleando en el palenque
y muchas veces el rebenque
en la mano me ha sobrado.
Otras veces he jineteado
con los bastos o la surera...
pero de cualquier manera
al que anda en las jineteadas
lo baja de una patada
un peludito cualquiera.
Tiene su temporada
cada uno en su profesión;
si usted tiene otra opinión
yo se muy poquito o nada.
A veces en cualquier manada
queda un potrillo orejano...
otras, el más baqueano
se pierde al descoyuntar...
vuelve el hombre a jinetear
se lo dice un veterano.
CRÉDITO
Hace 2 días
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