(Foto: Susana Mulé)
Cuando al destino señale
el final a mi existencia
quiera Dios sea sin violencia
y mis sentires avale
y rogaré que apuntale
lo que jue meta: mi trino!
sin desmentir mi camino,
y al decirlo me agiganto!
que pueda seguir mi canto
sustentando lo argentino.
Yo no vendí mi alma al diablo,
no dentré a una conveniencia;
y soportó mi pacencia
lo que un potro en un establo;
pero lo que hablé y lo que hablo
no manchará la falsía,
y siempre mi voz bravía
buscará ser en lo eterno,
desafiándolo al infierno,
un canto a la Patria mía!
Cruda me mostró la vida
los cómodos, indolentes,
que solo jueron valientes
pa'un interés o medida;
mi placer no jue "comida"
y mis ideales acuño:
quiero ser el abrepuño
que al cobarde cauce espanto...
mi canto ha de ser el canto
preservando mi terruño.
Mi canto no es patriotero
al decir de un petulante
pero si lo es por vibrante
y apuntalar lo que quiero,
lo será, total, entero!
pues no sé de refalada;
mas tengase por sentada
la guapiada que me brota,
y que lo sepa el "patriota",
¡Mi canto no cobra nada!
Que es patriota y patriotero
alguno sabrá decir?
pero que sepa medir
que es lo limpio, que es lo entero;
aquél que vende rastrero,
con la intención más ladina
tuita una Imagen divina
con su cautivante historia,
o este canto por la gloria
de mi adorada Argentina.
Por tanto, cuando mi vida
halle el fin de su existencia
se ha de alzar ya con violencia
y con feroz sacudida,
la pasión no desmentida!
¡Pamperiada o remolino!
en un rumbo cristalino
mi canto, día tras día...
como en eterna agonía
defendiendo lo argentino!!
El Rincón, 2-4-89
(Foto de don Roberto Coppari)
TIEMPOS FEOS
Hace 1 semana
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