(Dibujo: Esteban Diaz Mathe)
Cuando el mate me "
rezonga"
y en el rezongo se estira
una décima me
inspira
pa cantarla por milonga.
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Aunque con muda expresión
desde su boca grandota
da la impresión que le brota
un grito de tradición.
Cuando lo "ensilla" un chambón
no se
le oye renegar,
pero al hacerlo "llorar"
calladamente protesta,
y su queja manifiesta
en su continuo gotiar.
De exterior
aspecto feo
suele andar medio engrasao,
pero siempre bien lustrao
por el diario manoseo.
Y ostenta un garabateo
que puede ser alabanza,
o es abuso de confianza
ya que con cierta intención
la leyenda "El Rezongón"
le han grabao sobre su panza.
En cuanta ocasión se ofrece
está en pie
de madrugada,
como en una trasnochada
con cualquiera se amanece.
Más de una vez se adormece
entre manos vigorosas,
y por igual cariñosas
le dan el mismo placer
manos finas de mujer
que rudas manos callosas.
Mate gaucho, cuántas
veces,
al lao del fogón que ardía
encontré en su compañía
un alivio a mis
reveses.
La vida es como esos jueces
que solo
dictan condenas,
y en esas horas serenas
en que a
cavilar me
pongo
el mate con
su "
rezongo"
me va ahuyentando las
penas.
1 comentario:
muy buen espacio, bien criollo!!!
siga así, lo visitaré con más frecuencia pa robarle ideas en los versos y pintarme la pampa en sus milongas.
ya haré una edición de la revista con puras décimas y versos camperos!!
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