Era largo el trasfoguero,
que se había quemao mucho
pa quedar mesmo que un pucho
tirao en el cenicero.
Con eso el fogón campero,
daba calor a la gente;
y cuando ya suficiente,
se ha usao, y no se precisa,
se le tapa con ceniza
pa soplarlo al día siguiente.
Los paisano se juntaban
al calor de los fogones
y con cuentos y canciones,
los momentos alegraban.
Los más viejos, comentaban
a su modo sucedidos;
pasajes de tiempos idos,
que en la memoria guardaban
y que en los mozos quedaban
como si jueran vividos.
Y el fogón de los troperos
que en los viajes se prendía,
también la gente reunía,
descansando en los senderos.
Dos viejitos embusteros,
servían de diversión
y en más de una ocasión
ponían todo el empeño,
pa hacer alejar el sueño
porque era largo el tirón.
(Pintura: H. Berta)
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