Asujeté mi pingo
bajo un aromo
y le saqué los cueros
del sobre el lomo.
Los bastos, cojinillo,
sobre su tallo
y lo até de un gajito
al manso bayo.
Amarillos racimos,
bien florecidos,
perfumaban el aire
de aquél domingo.
Allí bajo el aromo
hace ya un tiempo,
se me ganó la pampa
por todo el pecho.
Lindo es sentirse dueño
del campo abierto,
con los pájaros libres
del pensamiento.
Cantaban los horneros
frente al camino
en la horqueta de un sauce
junto a su nido.
Pechitos colorados
subían al cielo,
y desgranando un canto
volcaban vuelo.
Y mirando una loma,
tejía en fino,
una huella y recuerdo
de mi Ameghino.
Ese es mi pueblo y digo:
allí he nacido,
aunque me encuentre lejos
nunca lo olvido.
...............
Lindo es sentirse dueño
del campo abierto,
con los pájaros libres
del pensamiento.
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