En mi tropilla 'e trabajo
yo tuve un pingo lobuno,
lindaso como ninguno
y rápido como tajo.
Era bien domao de abajo
y en la boca jué mejor,
como tropilla, Señor,
y agatas lo taloniaba,
¡de mis piernas s'escapaba
de puro boraceador!
¡Lo hubiera visto pasiar!...
Trotiaba bien menudito,
como si al mesmo pastito
no lo quisiera pisar.
Asiadito para andar
y recogido en las riendas,
pa trabajar con haciendas
otro no había en el suelo,
y como caído del cielo
para conquistar las priendas.
Es lo mejor qu'he montao
en mis años de resero,
igual como parejero
que con un toro enlazao.
Corría en él sin cuidao,
pues era fijo y sereno;
dispués lo vendí y me apeno
porque m'he quedao sin nada.
¡Ah... si era en l'atropellada
de boliar abajo el freno!...
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