(Pintura: Rodolfo Ramos)
Ha llegao la primavera
y el aire está perfumao
como si hubieran echao
agua florida'e primera.
En mirando campo ajuera
se divisan los colores
que entre los pastos, las flores
van tejiendo primorosas
con alas de mariposas
y dorados resplandores.
Al galope por la güeya
que se estira culebreando,
un mozo se va alejando
como guiao por una estreya;
de tanto pensar en eya
se ha quedao sin pensamientos
y lleva atao a los tientos,
un amor que lo chucea
y deande quiera que sea
se la va nombrando el viento.
Nunca ha sido muy formal
y siempre jué abandonao
pero áura que anda ennoviao
ya naide lo mira mal.
Ta trabajando'e mensual,
se ha comprao pilchas decentes
y asigún dice la gente
es serio y trabajador:
¡chá lo que puede el amor
cuando llega de repente!
Se llama Nemesio Ayala
y ella Dolores Valdés
y hace apenitas un mes
que le anda arrastrando el ala.
La encontró en un monte 'e talas
llevando un atao de leñas,
se le acercó haciendo señas
y por miedo de asustarla,
dentró dispués a silbarla
y dende entonces la sueña.
Ese día va risuelto
a decirle que la quiere
y que con ella prefiere
vivir atao y no suelto.
Dos o tres veces se ha güelto,
sin haberle dicho nada,
pero ya noche cerrada
esa vez viene cantando
y al aire le va gritando:
¡ya tengo mi pior es nada!
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