"...guacho y gaucho me parecían lo mismo, porque entendía que ambas cosas significaban ser hijo de Dios, del campo y de uno mismo". (Don Segundo Sombra)
lunes, 22 de marzo de 2010
En mis tiempos de jinete (Foto: Eduardo Amorim)
En mis tiempos que domé,
de esto hace unos cuantos años,
y aunque les parezca extraño
nunca he quedado de a pie.
Me acuerdo de aquella vez
que iba bajando un overo,
yo lo monté con el cuero
mirando cara pa'trás
y de pasada nomás
levanté unos huevos'e tero.
Con la cabeza escondida
pegó el primer arrancón,
y yo firme en el garrón
le aguanté la zambuyida.
Después me hizo otra venida
y picó como endiablao,
dejó el campo como arao,
se lo juro por mi abuela;
que en un rayón, con la espuela,
saqué un peludo enganchao.
Apenas venía aclarando,
lo monté por la mañana,
volví como a la semana
pero siempre jineteando.
Sacarlo del palo hachando
y eso era costumbre vieja;
se le sentían las quejas
a este overo hecho un ovillo,
mientras armaba un cigarrillo
lo espueleaba por la oreja.
Pa no pasar de lo peor,
de la espuela hice un derroche;
cuanto me agarró la noche
perdí el apadrinador.
Sólo un cuzco toreador
de cerca me acompañaba,
por ahi me lo garroneaba
y el overo se me enfurecía;
y de lejos se sentía
solo el perro que ladraba.
Por ahi se quedó parado
dando un resuello al apronte,
y conocí por el monte
que era la estancia "El Quemao";
diez leguas había andao
jineteando, ¡Virgen mía!
y en esa gaucha porfía,
sin pedir ni dar ventaja
había perdido la faja
y el perro que me seguía.
En cuanto salió la luna,
se me agrandó el condenao,
saltó varios alambraos
y atravesó una laguna.
Y yo le grité: ¡Ahijuna,
te quiero ver en la meta!,
le buscaba en la paleta
y al sentirse los chasquidos;
levantaban los volidos
los patos y gallaretas.
Al poco tiempo al overo
lo hice un pingo de silla,
y lo entablé en la tropilla
mansito como un cordero.
Carcuren si soy campero,
a través de mi'norancia,
hoy no quiero hacer jactancia
si de mi premio se trata;
no alcanzaría con la plata
de vender grandes estancias.
Miren si soy respetao,
ya no me dejan montar,
tienen miedo que al hachar
les mate algún reservao.
Allá en mi tiempo ¡cuidao!
no conocía rival,
y si a veces algún bagual
se me ha caido corcoveando:
yo he salio caminando
como perdiz del maizal.
2 comentarios:
Anónimo
dijo...
El Autor de "En mis tiempos de jinete" es don Julio Secundino Cabezas. Mito Mercerat
"Hay una hora de la tarde en que la llanura está por decir algo; nunca lo dice o tal vez lo dice infinitamente y no lo entendemos, o lo entendemos pero es intraducible como una música..." Jorge Luis Borges
"La pampa, señor, es como la serpiente..., lo magnetiza al hombre, lo encanta y lo adormece, y al fin se lo devora". (G.E. Hudson)
Visite al Gauchoguacho en...
Estancia "La Brava"
Pampa
Madre. Horizonte. Soledad. Llanura franca al sol que sólo sabe de tu curva...Cuna, sepulcro y sustento. Creadora del gaucho afirmativo, del caballo amigo de la distancia, del puma escondido y del chajá ascendente. Pretexto de vagabundas ansias de partir sin meta...¡Tú que das resignación al pequeño, empampado de infinito! Ricardo Güiraldes.
El hombre nacido en la pampa tiene todo el cielo y todas las estrellas que parece que se le vienen encima. Tiene las primeras luces del sol a la mañana y las últimas del anochecer. El horizonte es la primera abstracción para el hombre, ya que es una línea que se ve pero que no existe, porque en la medida que avanza, se aleja más. Nunca va a encontrar el horizonte, sin embargo está ahí. Entonces el canto de ese hombre es reflexivo, intimista, profundo, como asombrado por la grandeza de la inmensidad. (Suma Paz)
"La pampa con su mutismo imponente y su monotonía tan característicos, predisponían poco a la locuacidad. -'El campo es tan lindo, me decía cierta vez un gaucho, que no dan ganas de hablar" Leopoldo Lugones
Paisajes
Pareciera que se agacha la huella del horizonte, y uno se pierde en el monte hasta hallar una lomada. La tierra parece nada y en ella se afirma el hombre.
Presentación
De n'antes
De ranchos y taperas
Pa'la moza
Sucedidos
Oficios
Nuestros paisanos los indios
Cosas del campo
Baguales
Jenofonte dice que al andar a caballo se siente la necesidad de que a uno le crezcan alas... Así el caballo resulta no sólo maestro del músculo sino también del alma... El caballo educa, rige al hombre y le da una filosofía propia. La filosofía de un jinete es distinta a la de un caminador...En el caballo se aprende la vida. Sobre su cabeza nace la lejanía y entre sus cascos se fatiga la tierra. A todo el que va jinete en su caballo su soledad lo acompaña. (Eduardo Jorge Bosco). ..................................................................................
A un domador de caballos
"Cuatro elementos en guerra forman el caballo salvaje. Domar un potro es ordenar la fuerza y el peso y la medida: Es abatir la vertical del fuego y enaltecer la horizontal del agua: poner un freno al aire, dos alas a la tierra..." (Leopoldo Marechal)
Juiiira perro
Bichos de mi tierra
De chacota.
Canto con jundamento
Viva la Patria
Aquí me pongo a cantar
Cruz diablo
"He dicho muchas veces que aquí recibí mis primeras lecciones de abismo y de absoluto.
El cielo me las dió, me las dió la llanura abierta y desmesurada. (Olga Orozco).
Pero yo he vivido libre
y sin depender de naides
siempre he cruzao a los aires
como el pájaro sin nido,
cuanto sé lo he aprendido
porque me lo enseñó un "flaire".
2 comentarios:
El Autor de "En mis tiempos de jinete" es don Julio Secundino Cabezas. Mito Mercerat
Chas gracias don Mito!
Se le agradece el aporte...
un abrazo juerte
Publicar un comentario