Tristezas del corazón,
amargura, desconsuelo,
soledades y desvelo...
todo cabe en mi canción;
a veces la cerrazón
me envuelve en su negro manto,
entonces busco en el canto
consuelo para mis males,
cuando la encuentro me sale
la cifra con sus encantos.
Cifra que fuera el motivo
de los viejos payadores
y aquellos viejos cantores
en cuyos versos revivo;
canta el pájaro cautivo
sus mejores melodías,
el sol al nacer el día,
canta la luna, el lucero,
yo le canto a la que quiero
mi amor y mis melodías.
Catedral de montoneras
guarda la cifra en sus rimas
desde Cuba a Las Malvinas,
patria atada a su asidera,
América la bandera
de aquellas gestas gloriosas;
espinas que fueron rosas
muchas que el tiempo prolonga
y que canta la milonga
cuando la cifra reposa.
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