Vuelven como en un lamento
en fugitivas danzadas
las notas del instrumento
tristes como ecos del viento,
tristes como ecos del viento
al cruzar por la cañada.
¡Ay! triste del alma mía
nadie comprende tu queja,
nadie escucha tu armonía
cuando saludas al día,
cuando saludas al dia
que tras de la luz se aleja.
Ya no anida el teru-tero
en la loma solitaria
y parece que la hornera
sobre el charco miduaslero
sobre el charco miduaslero
entonase una plegaria.
Tal vez la visa cumbrera
no ofrece apoyo a su nido,
la sabandija rastrera
hoy se adueña en la tapera,
hoy se adueña en la tapera
que un viento extraño ha destruido.
Ya el payador su desvelo
no canta en noche serena
ni rajan el duro suelo
marcando el compás de un cielo,
marcando el compás de un cielo
las agudas nazarenas.
1 comentario:
Excelente, excelente, nunca habia escuchado esto, gracias!
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