lunes, 12 de agosto de 2013

A Doña Juana Cabal


(Pintura: Carlos Montefusco)

Si le canto a Vitorica
se por dónde comenzar,
si le canto a Vitorica
se por dónde comenzar,
por las manos, las miradas
de Doña Juana Cabal;
antigua como la madre,
generosa como el pan.

Digo su nombre y el oeste
deja de ser soledad,
digo su nombre y el oeste
deja de ser soledad,
porque al parir buenos hijos
la palabra está de más...
¡Vaya mi copla bardina
por Doña Juana Cabal!

Cuando suenan las guitarras
en el patio de su casa,
cuando suenan las guitarras
en el patio de su casa, 
un estilo despacito
nos va nombrando la raza
y el rocío le da flores
bonitas como una matra.

Yo quiero un té de tomillo
servido por Doña Juana,
 yo quiero un té de tomillo
servido por Doña Juana,
tal vez me pueda endulzar
tuita mi boca paisana...
Cuando pase guitarreando
aquí por mi patria baya.

 Si le canto a Vitorica
se por dónde comenzar,
por la raíz silenciosa
permanente que se dá,
a mi corazón desnudo
lo cubre su delantal.
¡Vaya mi copla bardina
por Doña Juana Cabal!




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