(Pintura: Carlos Montefusco)
I-
¡Ande andarán los ñanduces que ni uno alvierto en la marcha?
¿Ande andarán, que me llevan tranquiando ya de tal suerte?
¡Bien haiga este sol de invierno que va a redetir la escarcha!
¡Bien haiga mi güen caballo que va resoplando juerte!
Tuitas las matas del campo limpia la luz mañanera.
Y aura que al fin se divisa cuanto se mueve en el suelo...
ya te vide, macho viejo, salir de la cortadera,
detrás del oro jundido que parece cair del cielo.
Tá la bandada de moros alerta a la arremetida,
ispiando los pajonales y el trebolar de los claros.
Cuanti que le afloje al pingo ¿pa qué te quiero, mi vida?
como víboras de luces se van a golver los charos.
II-
Y ende que ya no me quiere la moza de ojos traidores,
las plumas pa Laudelinda, que anda dentrando en amores.
III-
Vi a ver de ganar el viento pa entretener la bandada
mientras de abajo del poncho despriendo las ñanduceras.
La loma tá que da gusto pa pegar una rodada:
todita de punta a punta sembrada de vizcacheras.
Han dao en gritar los teros... ¡Animalitos fatales!
si me vichan dende el bajo van a venirse a las bullas.
Quién sabe a qué le torean juriosos en los huncales...
Dejuramente algún zorro que anda haciendo de las suyas.
No te asustés, macho viejo, que se va a alzar la tropilla.
Dispará más bien pa el limpio que ahi es ande está lo güeno.
Si en la primera hocicada no me saco alguna astilla
cuanti que le afloje al pingo te pongo abajo del freno.
IV-
Y ende que la otra me tiene a pura juerza e rigores,
las plumas pa Laudelinda, que anda dentrando en amores.
V-
Aura, por el cuesta abajo, van juyendo los ñanduces.
El macho de una tendida se ha distanciao como flecha.
¡Charabón que corre lindo, las patas igual que luces!
Ya mi caballo lo vido. ¡Ya le ganó la derecha!
¡Pero miren el antojo de querer buscar la juida
disparando a las cuerpiadas pa lucir las plumas moras!...
Aura sí, gambetiá juerte, macho viejo de mi vida,
que no al ñudo en el pescuezo te enllevás las boliadoras.
Pu allá van los charabones a la juria y viento abajo.
Endetrás el macho viejo regolviendo el plumerío.
¡Bien haigan las ñanduceras que le van dando trabajo!
¡Oigalén!... Con la rodada se te va a acabar el brío.
VI-
Y ende que ya no me quiere la moza de ojos traidores,
las plumas pa Laudelinda, que anda dentrando en amores.
LOS HERMANOS BALTAZAR
Hace 6 días
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