martes, 24 de octubre de 2017

Quejoso estaba un olivo (Estilo, versión larga)


Quejoso estaba un olivo
de la ingratitud de un ave,
que en furiosas tempestades
en él buscaba su asilo,
y entonando así un estilo
le dijo con eco triste:
"Cuando en mí te guareciste
frondosas eran mis ramas
y te retiraste ufana
cuando sin hojas me viste".

Nada en mi vida he deseado
más que tu correspondencia,
aunque dice la experiencia
que a lo pasado, pisado;
cuando era de hojas cargado
tú de mi sombra gozaste
y en mis ramas reposaste
formando en ellas tu nido,
y ahora que estoy abatido
sin dudar te retiraste.

Avecilla vanidosa,
de tus alas no presumas,
pueden faltarte las plumas
como  me faltan las hojas:
una estación rigurosa
puede un día fatigarte
y el árbol que desdeñaste
con desdén y vanidad
de una fuerte tempestad
puede de nuevo ampararte.

Y así, con triste expresión
le dijo el árbol quejoso:
"Cuando te faltó reposo
yo te brindé protección;
te acompañé en tu aflicción
cuando de ella careciste,
amparada en mí viviste
puedo brotar otra vez,
aunque sin hojas me ves
el árbol todavía existe.


















(El cantor tiene algunas sutiles diferencias de la recopilación hecha por Perez Bugallo, algunas se las respetamos  al cantor, otras al recopilador...).

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