jueves, 18 de mayo de 2017

La yerra





En los pagos del soldao,
allá metido en la sierra,
es costumbre de una yerra
que el tiempo no la'ha borrao
ver paisanos bien plantaos
tendiendo un royo tras otro
y en el medio del alboroto
en un zainito y al tranco
el Dr. Ramos Barranco….
rumbo a su yerra don Toto.

Una cerrazón helada
lenta empieza a levantarse
y en el cielo al dispejarse
cenicientas pinceladas,
la arboleda está rodeada
por una inmensa humadera,
y como rojiza esfera
que va bordeando una orilla,
corona el sol la cuchilla
que baña en luz la pradera.

En la verde rinconada
donde va a empezar la yerra,
hay un balerío que aterra
de la hacienda amontonada.
A una cuadra aproximada
hay un gran fogón prendido,
con los tres fierros metidos
que es la marca de la casa,
confundida con las brasas
de los talas encendidos.

Allí está como un ciñuelo
de la gente comedida,
la carreta desunida
con el pértigo en el suelo;
al rodeo sin recelo
entran los enlazadores,
en pingos escarceadores,
que al ver revolear los lazos
se balancean al paso
como pisando entre flores.

Uno se viene sacando
un pampa negro machazo,
viene sentao en el lazo
la lengua afuera y balando.
Los pialadores formando
dos filas en su costao
revolean entusiasmaos
dándose tiempo y lugar,
siempre el que sabe pialar
es el menos apurao.

Con dos rollos un volcao,
se le cierran las dos manos
y en su culero el paisano
la cimbra del lazo ha llevao,
se empina el mamón pialao
tras el tirón que lo humilla,
dobla dispués la rodilla,
muestra la barriga blanca,
y chicotea con el anca
sobre la verde gramilla.

Brota el humo en nube espesa
sobre del cuadril quemao
y brama el toro apretao
en su indómita fiereza.
Allí se ve con destreza,
muy común en nuestros criollos,
pialar sin capa ni embrollo
a un toro en ágil gambeta
y por sobre las paletas
pialar con tuitos los rollos.

Lentos zumbidos de armada
ruidos secos de carona,
triste gemir de llorona
y olor a reces quemadas,
y la porfía en la perrada
con los toros de la sierra,
ruido de casco en la tierra
que repercute el sanjón,
y guitarra y acordeón,
al terminarse la yerra.
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Versión del paisano "El Resero de Mataderos":

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