El zorzal por la calandria
un profundo amor sentía
y por temor al desprecio
el zorzal no lo decía,
el zorzal no lo decía
y de amor él se moría.
Llegó un día en que el zorzal
no aguantando más su pena
de afectos el alma llena
a la calandria cantó,
a la calandria cantó
lo inmenso que era su amor.
"Calandria, calandria mía
en mis versos no hay murmullo
de este amor que si no es tuyo
de pena me moriría:
calandria, si no soy tuyo
para qué quiero la vida".
Se fue la tarde y con ella
se pierde en la lejanía
una triste melodía
de un pajarito cantor.
De un pajarito cantor
que en sus trinos repetía:
"Calandria, si no soy tuyo
para qué, quiero la vida".
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