Esta primavera, de maleta al hombro,
me voy al tranquito rumbo a la ciudad
donde las gurisas provocan asombro
con las bien llamadas "blusitas verdad".
Dicen que están hechas en tela calada
que es purito aujeros, como un cernidor,
y que, como abajo no se ponen nada,
se les ve clarito su forma y color.
Si andan por la calle con blusa aujereada,
polleras cortitas y medias "cancán",
al final, la ropa no abriga ni nada,
y uno se pregunta pa qué la usarán.
Y, a más de la blusa, dicen los expertos
que en la misma tela viene el pantalón,
porque ese tejido de puntos abiertos
resuelve un problema de ventilación.
No puedo explicarme cómo se les deja
cruzar por la plaza con tanto calao.
Yo uso calzoncillos "nidito de abeja",
pero no los muestro nomás que en privao.
Blusitas caladas como una fiambrera
donde el gato puede ver pal otro lao,
sin tener más chance que mirar de afuera,
pues doña Prudencia les pone candao.
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