miércoles, 24 de junio de 2009

El Indio


Bajo de un coposo pino
de corpulenta figura
que desafiaba la altura
a lo largo del camino,
había un indio genuino
sumido en sus reflexiones,
émulo de esos varones
de cuerpo fuerte y derecho,
que parece que en el pecho
tuviesen dos corazones.

Con las manos apoyadas
sobre el carrillo cobrizo,
los ojos mirando el piso
y las pestañas mojadas,
pensaba en horas pasadas
que el hondo pensar enlaza,
y una lechuza que pasa
lanza un graznido lúgubre
como un velo que descubre
el sepulcro de una raza.

Y ante el graznido del ave
yergue su figura altiva
que supersticiosa priva
salir del problema grave;
llora, siente, piensa, sabe
aquel indio patriotero
que ya no es el montonero
que peleo fuerte en la guerra,
sino el último en su tierra
después de ser el primero.

Mira entonces la llanura
que en silencio dormitaba
y ante sus ojos estaba
trágica, fría y obscura
despierta en él la bravura
y lo mismo que una fiera,
que lucha y se desespera
cuando al cachorro castigan,
las iras al indio obligan
y gritó de esta manera:

-"Lleno de odio y de rabia,
patria desagradecida,
dejo esta queja esculpida
sobre el pendón de tu savia;
tu falso progreso agravia
mi libertad de varón
yo que por tu pabellón
sentí en el pecho y el lomo
los latigazos del plomo
de la civilización.

Yo que pelié frente a frente
defendiendo tu terruño
con las potencias del puño,
que tiene todo valiente,
sentí mi sangre caliente,
derramarse a borbotones,
y en distintas direcciones
dejé con mi sangre huella
y están marcados en ella
tus sables y tus cañones.

Y después del sacrificio
hecho con toda pujanza
sin tener otra esperanza
que tu propio beneficio,
ando sin rancho ni oficio,
despreciado sin razón,
sin tener un mancarrón
ni una miserable oveja,
porque no hay ley que proteja
los hijos de mi nación.

El rancho que yo tenía,
con mis ovejas y vacas,
lo hallé rodeado de estacas
y un cerco lo dividía;
me encontré con que vivía
allí un señor estanciero
que como él era extranjero,
no puso por vos el pecho,
y me ha quitao sin derecho
lo que fue mío primero.

El día que regresé
no encontré china ni nada,
porque era fiscalizada
la tierra que yo poblé;
en vano les reclamé
derecho de poblador,
puso la ley su rigor
y yo sin plata y rabioso,
fuí a parar a un calabozo
por malo y acusador.”

Aquel altivo guerrero,
después que pasó la guerra
recién al pensar se aterra
porque vió lo verdadero
al ver que tan altanero
peleó por su patria fiel,
y no había otro laurel
para su sien de argentino,
que llorar bajo de un pino
de un campo que no era de él.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

HOLA!!! HERMOSA POESÍA... AHORA... MI MAMÁ SOLÍA RECITARMELA DE CHICA... SE SOLAMENTE QUE LA APRENDIÓ EN LA ESCUELA..... Y CONOZCO ALGUNOS OTROS FRAGMENTOS QUE LE ESTÁN FALTANDO..... QUIÉN SERÁ EL AUTOR???... CORDIALMENTE
Ana

Unknown dijo...

Yo la escuche de niño por fragmento luego de adolescentes me regalaron una gravacion donde el indio duarte declamava esa poesia muy buena y con mucho realismo hoy

Unknown dijo...

Me la decía mi papa cuando tenia 6años.

Unknown dijo...

Me la enseño mi tío cuando tenía ocho o nueve años

Anónimo dijo...

Que lastima que los cantores de hoy no difundan tan linda letra saulguenchul podría hacqrla

Anónimo dijo...

No se porque no difunden esta hermosa letra llena verdad que lastima

Anónimo dijo...

Quien la canta?