Allí, donde ya borraos,
van quedando los caminos;
y en donde los remolinos
pasan “bailando” a su lao...!
La estancia vieja ha quedao
desprovista de arrogancias;
sin altivez ni prestancia
en su presencia campera...!
¡Y convertida en tapera
perfilando las distancias...!
Del caserío enclavao,
sólo quedan paredones;
y algunos pocos horcones
que vencidos se han tumbao...!
El techo está derrumbao
no hay puertas ni ventanales,
y de bretes y corrales
donde fue el galpón de esquila...!
¡Por tantos años que apilan
apenas quedan señales...!
Cruzando está el alambrao
y en él la vieja tranquera;
que al mirarla pareciera...
estar volviendo al pasao...!
Ahora el tiempo ha silenciao
las filosas madrugadas;
ya no se oye a la peonada
entre el sonar de cencerros,
y el ladrido de los perros
arreando las caballadas...!
Cuando el progreso llegó,
al campo con sus influjos;
por una estancia de lujo
el patrón se encaprichó...!
Y desde entonces quedó
en el sitio abandonada;
vencida por la avanzada
de ese nuevo amanecer...!
¡Que iba enterrando un ayer
de costumbres arraigadas...!
¡Quién sabe a donde se fueron,
todos aquellos mensuales;
de espuelas, lazos y piales
que en rodeos se lucieron...!
Tal vez quedar no quisieron
pa’ no aceptar lo cambiao;
porque en lo nuevo llegao
con “olor” a lo de afuera...!
¡Lo nuestro, quiera o no quiera,
se fue dejando de lao...!
Nadie tal vez ha pensao,
ni cruzó por su memoria;
que es un pedazo de historia
lo que allí se ha relegao...!
Que es algo de ese pasao
que las distancias alejan;
presencia que nos refleja
una semblanza campera...!
¡En razón que esa tapera,
ha sido la Estancia Vieja...!
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