- Al picazo pico blanco
vaya poniéndole precio,
que su condición le aprecio
con solo vérselo al tranco.
Además, pa serle franco,
apenas lo hube mirao
su estampa y su buen estao
a mí me han llenao el ojo,
y tengo como un antojo
que me luzca el emprendao...
... No se me quede cortón
y diga cuanto le debo,
que lo pago y me lo llevo
sin entrar en discusión.
Mi capricho o pretensión
por plata no se me ataja,
y sin pedirle rebaja
como que soy cumplidor
pa dar vuelta el tirador
nunca he mirao la ventaja.
Ansí, con altanería,
le hablaba un rico estanciero
a un gaucho pobre, resero,
que llegó a la pulpería.
Y tal cual lo merecía
por soberbio y mal hablao
le dijo el gaucho, entonao,
golpeándose la alpargata:
- Usté tendrá mucha plata
pero de estos no ha montao...
...Como no estoy pa jaranas
me le vuelvo sobre el lazo,
y si le gusta el picazo
se va a quedar con las ganas.
Soy hombre que peino canas
y sé dentrar en razones,
pero arisco a tentaciones
también le digo muy franco:
¡vale más el "pico blanco"
que todos sus patacones!
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