Hoy hace un mes que Luisa encerró el cusco,
y con su Ramoncito en alpargatas,
fue a entregar el lavao a la patrona
y el hijo a la escuelita de la estancia.
Dejó su corazón a cuatro leguas
y viene a verlo un día por semana.
Se quema pa que el niño en esas luces,
aprienda los deberes de la máitra.
Es domingo. El silencio lo aprovecha
pa ceitar los ferrumbres de la pásulas,
la sombra de un petiso e lavandera
se hechó sobre los yuyos y descansa;
porque con los bolsones de la ropa
lleva horquetao un bombachudo en ancas.
Y en la cicina gris, el nene gaucho,
perdido en el colegio de la estancia,
le pregunta a la madre: y mi cachorro,
no llora nunca pa este rumbo, mama...?
Luisa no lo oye, está mirando el cielo
por el ventanillo azul de la pizarra
donde el niño ha soltao una palomas
que pa los leidos deben ser palabras...
¿Ya escribiste todo eso...? no señora...
dice el gauchito con la voz mojada.
Él no ha domao el lápiz entuavía...
Lo que escribió es el sueño de una carta:
Ramoncito nomás puede leerla,
le faltan haches y le sobran lágrimas...
Yo...sabe...?era un bichito cariñoso
emplumao en el pecho de mi mama
y ella me dió, como si juera un cusco
por un puñao de letras a la máitra...
Cuasi no llega a verme...y cierro tanto
balido en el chiquero e la semana
que dos o tres horas, no me dan tiempo
a mamar en lo tibio de mirarla...
Yo nunca viá prender; sabe? su amor enllena
el gueco de mi alma,
pa que dentre un puntito en mi cabeza
tengo que echar un beso suyo, mama...
Acaricieme un poco...Ella no lo oye,
ya le duelen las manos...si lo agarra
esconde en un bolsón ese tesoro
y juye pa que el niño crie alas,
como juyó sobre un burrito blanco
con el niño Jesus, la Virgen santa...
y no lo besa. Ramoncito ahora
no es suyo; es de los libros y la máitra.
Ya montó. Yá su pena está a caballo
en la carne sufrida de una gaucha.
A ver, no llores más....?
Y diga en hombre: -Hasta el domingo mama.
El gurí con los puños en los ojos.
Trata de hablar, pero no puede, se auga.
Ya luisa en su petiso e lavandera
ha repechao unas cuarenta varas,
y siente que el niño llora entuavía
porque no dice hasta el domingo mama...
Como lo deja ansí...tiene ocho años...
Y si el precisa luz como la apaga...!
y en la portera gris, el nene gaucho,
se sube a los alambres de la jaula
y pa serle creer que ya no llora,
le grita un largo, hasta el domingo ma..ma...!
No hay comentarios:
Publicar un comentario