Noche provinciana donde el cielo
Es huerto de las mil estrellas,
Que son mil hermanas brillando
Y danzando sobre los desiertos.
Pasa el viento norte por los poleares
Y en la misteriosa maraña espinosa
Todo los aromas transforma en cantares.
Y llegan los hombres, obreros, paisanos,
Hijos de las selvas y los arenales.
Limpios corazones y callosas manos
Y aprenden la copla que dejara el viento
Con melancolías de viejos amores,
Panal de dolores, miel de sufrimientos.
Y hacen esperanza de la antigua pena
Y cantan la dulce y agreste vidala
Con el mismo ritmo que late en la vena.
Trova campesina mística y pagana
Que narra y evoca, que reza y provoca
Rumor de guitarras y cajas indianas.
Y cuando de lejos se siente tu son
Despierta el profundo misterio del mundo
En las tolderías de mi corazón.
1 comentario:
Una exquisitez. Como todo el blog.
Publicar un comentario