(Pintura: Molina Campos)
Cuando entuavía el lucero
titilaba en la llanura,
ensilló en la noche oscura
y dejó el rancho el puestero.
Lo iba apurando al overo
lo que salió campo afuera,
y enllegando a la tranquera
se desmontó como el viento
pues precisaba al momento
el servicio'e la partera.
El día empieza a clarear
apagando algún lucero,
sube el humito altanero
y el sol se quiere asomar.
¡Si uno supiera rezar
pa calmar esta emoción!:
Sólo queda en la ocasión
cebar tranquilo un amargo
y esperar el tiempo largo
junto al borde del fogón.
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Y mientras con todo el rollo
vuelca el día su hermosura
para llenar de ternura
los pastizales y arroyos,
no puede aguantar el criollo
la gota de un lagrimón,
al acercarse al fogón
en esa bendita hora,
la partera cumplidora
para decirle: "¡Varón!"
LOS HERMANOS BALTAZAR
Hace 6 días
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