"¡Voy al hombre, voy al hombre!",
decía don Secundino
al ver que con mucho tino
se enorquetaba aquél mozo,
desafiando al más famoso
ese jinete Argentino.
Y como es muy sabedor
ese animador de nombre
ya no habia que se asombre,
aunque era animal de mentas
decía a todas las vueltas:
"¡Voy al hombre, voy al hombre!"
Y ya el momento ha pasao,
en que peligró el pellejo
la voz que daba consejos,
por el parlante se oía
y de nuevo le decia:
"¡Voy al hombre pingo viejo!"
Y aquél grito: "¡Voy al hombre!"
le dió al paisano firmeza
como cumpliendo una proeza
vió su lucha victoriosa
porque sabe de estas cosas
Don Secundino Cabezas.
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