miércoles, 18 de septiembre de 2013

Los bastos del abuelo



Hubo un robo hace unos años,
el que jamás fue aclarado,
quien lo hizo me ha contado
aunque les parezca extraño.
Yo no voy a andar con engaños,
le voy a decir lo que siento,
mostraré mi basamento
y en este verso lo pinto
porque fue un robo distinto,
un robo con sentimiento.

Bolivarense el partido,
paraje "La Carolina",
"La Adela" estancia Argentina
donde fue lo sucedido.
Presten atención les pido
porque fue una confidencia,
vaya a saber porqué urgencia
tal vez por falta de reales,
que Wenceslao Gonzalez
decidió vender la herencia.

Se arrimó un camión viejazo
y al galpón se fue a cargar,
y entraron a acomodar
pechera, anteojera, lazo.
De tradición, un pedazo,
se fue en un poncho encerao,
y al cargar un viejo arao
dejó un rayón en el suelo,
pero el basto del abuelo
su nieto lo echó a un costao.

No podía dejar vender
de su abuelo tanta historia,
y en honor a su memoria
él algo tenía que hacer;
y aunque era un mal proceder
no tenía porqué dudar,
pero al no poder comprar
esa reliquia campera,
halló una sola manera:
fue tenerlo que robar.

Y hoy si lo ve desfilando
en alguna fiesta criolla,
el basto es como una joya
que el paisano va mostrando.
Pero un dato le voy dando
porque en sus tapas se ve,
clarito una "A" y una "G"
que son las dos iniciales,
que muestran que Abel Gonzalez
el autor del robo fue.

Y hay una deuda pendiente
que la justicia reclama,
y que a declarar lo llama
pa'cerrar el expediente;
pero hay un juez muy prudente,
excelente ser humano,
que alzó bien firme la mano
dictando un fallo ejemplar:
-"La Tradición va a pagar
la deuda de éste paisano!".

1 comentario:

Helen dijo...

Gracias por organizar y crear tanta belleza en este blog. Saludos!