¿Cómo no he de mentar tus camalotes
o tus aguas de un lobuno oscuro?
Vos estás en mi ayer y sos futuro
que de mis versos regarás los brotes.
Más de una vez tus aguas los cogotes
cubría de la hacienda en trance duro,
y tras ella sobre un lomo seguro
yo supe arroyo, soportar tus botes.
Antiguo tajo cicatriz del suelo:
no conocí ni supe de tu nombre
sólo cruzabas el campo de mi abuelo.
Mas no importa. Para dejarte un canto
basta el saber que tu recuerdo asombre
las fibras de mi ser, con criollo encanto.
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