Soná guitarra pampera
que preciso tu tristeza,
encerrame en la tibieza
de tu embrujo celestial,
que en esta gota de sal
es un gaucho el que te besa.
En el divino torrente
de tu eterno divagar,
tal vez se logre ensamblar
mi copla lenta y tristona,
y en gravísimas bordonas
al cielo quiera llegar.
Si me falta por sobrarme
lo que me sobra al faltar,
si no me puedo ensartar
en tu madero dolido,
del camino recorrido
sé que nada ha de quedar.
De tu boca sentí el beso
mas dulce y mas soñador.
De tu seno vibrador
el respiro que es umbroso
y hasta me sentí celoso
del zorzal que te anidó.
Que bueno saber que soy
prolongación de tu ser,
que lindo sería saber
si mañana cuando muera
con restos de tu madera
en árbol vuelva a nacer.
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