Se largaron los gringos
para estas pampas
-la tierra solo daba
chuzas y guampas.
Madrugadas de invierno
blancas de escarcha
-la luna en las totoras
se acurrucaba.
Arados de mancera
con bueyes de asta
-dormía el trigo
su sueño de agua.
Y un cielo de gaviotas
acompañaba
y entre los cardos
la luz sesteaba.
El ombú fue su techo,
su verde parva
-en oro de espinillos
se aromaban las chacras.
Fuego de alto verano,
grillo y chicharra,
dorando un mar de trigo
sobre estas pampas.
Queme el sol en el surco
salando espaldas
-asoman ya las rosas
de la esperanza.
En arcos las bandurrias
con flechas de agua
hiriendo nubes
se desparraman.
Y por la trilla un canto
ya se levanta,
va sobre el trébol
vuelve en calandrias.
Chacarero olvidado,
gajo de patria,
semilla de estos pueblos,
hoy mi huella te canta.
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