Como una sombra
que andaba errante
por esos campos
de Guaminí
un pobre gaucho
que arriaba penas
llegó a mi puesto
y me dijo así:
Disculpe pulpero
Yo soy un paisano,
Que vengo de lejos
Siguiendo una huella,
Pues quiero mamarme
De puro despecho,
Y estando borracho
Se olvidan las penas.
No creiba, canejo
Que soy un sotreta,
Si busco temprano
Calmante al dolor,
Le juro, pulpero
Que fue mi chirusa,
La gaucha más linda
De aquella región.
Pero una tarde que a las tabladas
Llevé la hacienda de mi patrón,
Por el camino tuve un presagio
De aquellos malos, pa´ mi corazón.
Al otro día volviendo al rancho,
Al tranco largo de mi alazán,
Lo supe todo por un paisano
Que ya conocía bien al gavilán.
Los mesmos cuzquitos
Del rancho vecino,
Parece que saben
De la mala nueva;
Los vide muy tristes
Ladrar tan seguido,
Y al rato mirando
Pa´l lado de la güeya.
La güeya maldita
Que una mañana,
Pateándome el nido
El hijo ´el patrón;
Cruzaba sonriente
Prendido´e mi china,
Y desde aquel día
Ya nunca volvió.
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