¿No ver a tu corazón?
--¿qué dice usted?--
Adorada prenda querida,
así ha de ser.
Y verás que por tu amor
--¿qué dice usted?--
estoy al perder la vida,
así ha de ser.
No te duermas mi querida
no te duermas mi adorada,
que viene aclarando el día
la madrugada.
Estoy al perder la vida,
--¿qué dice usted?--
En la agonía muy fuerte,
así ha de ser.
Al verte todos los día
--¿qué dice usted?--
mis ojos lloran por verte
así ha de ser.
No te durmas mi querida,
no te duermas mi adorada,
que viene aclarando el día
la madrugada.
Soñé que el fuego se helaba
--¿qué dice usted?--
y que la nieve se ardía,
así ha de ser.
Y por soñar imposibles
--¿qué dice usted?--
soñé que tu me querías,
así ha de ser.
No te duermas mi querida,
no te duermas mi adorada,
que viene aclarando el día
la madrugada.
Año 1917-
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Investigación de don Armando Lofiego
LA MADRUGADA
Tras la grabación de “El moro” el Dúo Gardel-Razzano, lleva al disco la canción “La madrugada” que pertenece al guitarrero y cantor cuyano Saúl Salinas, compañero de correrías junto a Gardel y Razzano en los primeros tiempos.
“La madrugada” es una canción influenciada por el folclore mexicano, al que Saúl Salinas era tan afecto, pues se trata de una canción con la que el galán suele cortejar a la mujer despertándola por la mañana cantándole lo que los mexicanos llaman una “mañanita”.
No te duermas mi querida
No te duermas mi adorada
Que viene aclarando el día
La madrugada...
La “mañanita” es el tipo de canción equivalente a lo que en el Río de la Plata es la “serenata”. La diferencia está en las horas en que se le entona a la mujer amada. La “mañanita” se brinda durante las primeras horas del día para despertar a la mujer, mientras que la “serenata” es ofrecida, con las mismas intenciones, en las horas en que cae el “sereno” (de ahí el nombre de “serenata”), por lo general a la medianoche o en horas cercanas a la medianoche.
La afición que Saúl Salinas tenía por las canciones mexicanas la adquirió durante la época en que atendía un negocio dedicado a la venta de discos en su Provincia natal, San Juan. Allí conoció, a través de las grabaciones, a los artistas más destacados de la canción de aquel país y a las canciones mexicanas de moda por aquel entonces.
Una copla bastante frecuente por aquellos tiempos en las canciones de amor decía:
Soñé que el fuego se helaba
Y que la nieve se ardía
Y por soñar imposible
Soñé que tú me querías.
Esta copla era adaptada frecuentemente en las canciones que tenían como objetivo conquistar a la mujer amada y en el repertorio de Gardel aparece nuevamente incluida en la famosa canción chilena “Ay, ay, ay” de Osmán Pérez Freire.
Fuente: http://carlosgardelxxi.blogspot.com.ar/2016/02/la-madrugada-1917.html
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