Hoy yo te canto alpillera
que serviste pa' todo uso.
¿Qué fue lo que no se puso
en una bolsa cualquiera?
Aunque viniste de ajuera
para embolsar los cereales,
tus servicios fueron tales
que hoy decirte necesito
que ocupás un lugarcito
en las cosas nacionales.
Recorriste todo el mapa
y juistes en este país,
cincha y maleta pa'l maíz
y en la sacada de papa.
Pa'l apero juiste tapa
y se te usó pa'l candil,
juiste bajera y mandil
y pa' llevar una res,
te he visto más de una vez
tendida sobre un cuadril.
Juiste hermana del mendigo,
su limosna en vos ponía
y, si la noche era fría,
vos le serviste de abrigo.
El linyera fue tu amigo
porque sin vos no era nada
y al salir de la ranchada
con vos el mono cuadró,
de vagallera te usó,
de colchón y de frazada.
Vos limpiaste la parrilla,
diste güelta el asador
y tapastes el motor
de la vieja cortitrilla.
Se te puso de almohadilla
pa'l pecho de un animal.
Vos serviste de morral
y en las quintas, de espantajos
y para muchos trabajos
te usaron de delantal.
Te ponían sober el asiento
a veces en el arao,
y bajo el carro parao
juiste reparo pa'l viento;
por ahí en un campamento
te usaron de servilleta.
Pa´l monte juiste carpeta,
pa' los dados silenciosa
y nunca se usó otra cosa
pa' ir a buscar la galleta.
Con vos tapaban el chancho
mientras que se lo pelaba,
y colgada se te usaba
como puerta en algún rancho.
Apagastes en el ancho
pajonal la quemazón.
Vos serviste de tapón
pa'l hormiguero de un vaso,
de media y de cielorraso
y pa' forrar un jamón.
A veces te utilizaron
como vaina pa'l cuchillo
y, a falta de cojinillo
pa' andar en pelo te usaron;
con gallinas te ocuparon
aquellos que las vendían
y adentro tuyo metían
hasta el pavo más grandote
y pa' que saque el cogote
un aujerito te hacían.
Juiste camita pa'l perro
arrolladito y temblando
y te manotearon cuando
estaba caliente un fierro.
También afirmo y no le erro
que una piedra en la pelea,
si entre una bolsa se emplea
es terrible porque engaña
y esquilando en la campaña
te usaban como manea.
Dándole tiempo a que cobre
se tenían suerte un domingo
juiste la tapa de un pingo
de algún carrerista pobre.
El changa te puso sobre
la espalda después del pique
y pa' que naides critique
en la mayor humildá'
salvaste la intimidá'
con hechura de tabique.
El alambrador te tuvo
pa'llevar las herramientas
y en cosechadoras lentas
juiste sombrilla que anduvo.
Vos le limpiastes el tubo
a las lámparas de ayer,
y pa' llamarlo a comer
al arador con su yunta
de una alta caña en la punta
siempre te sabían poner.
Al cielo te remontaste
de un barrilete en la cola
y en la punta de una piola
la carne al pozo bajaste.
Pa´la labor te prestaste
de punto cruz en la escuela.
Te pusieron de entretela
pa'l saco de algún pueblero
y hasta te usó el guitarrero
pa' funda de una vigüela.
Pa' hacer fuego a la mañana
siempre te usaron de mecha
y en el tiempo de cosecha
pa' forrar la damajuana.
Juiste lienzo pa' la lana
y pa' una rueda remojo.
Vos le tapastes el ojo
al chúcaro más sin yel
y servistes de mantel
pa' comer en el rastrojo.
Se jueron los pugilistas
por el tablón del olvido
y vos tampoco has querido
vivir sin esos artistas.
Aquellos malabaristas
que te llamaban "la baya"...
A veces pienso: ¡amalaya!
volviera a ver por un rato,
ninque sea en un barato,
personajes de esa laya.
Hoy todo el mundo te añora,
bolsa de los caminantes;
tanto el que quiere lo de antes
o el que quiere lo de ahora.
Porque juistes bienhechora
y en esto no hay desacuerdo
aunque ya con trancos lerdos
he llegao a este lugar
y aquí me puse a vaciar
la bolsa de unos recuerdos.
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