1.
Te pido que me escuchés
que atendás a mi clamor;
no escondás tu resplandor
en el día del nublado.
No te hagás el olvidado:
¡escuchá mi invocación!
2.
Mis días son como el humo,
soy ceniza del fogón;
por dentro, a mi corazón
lo ha secao el padecer,
me olvido hasta de comer
encerrao en mi prisión.
3.
Yo soy como el avestruz
que vive en la soledá,
igualito que el chajá
cuando pierde su pareja,
se la pasa a pura queja,
sin encontrar amistá.
4.
Mi pan ya no tiene gusto,
con lágrimas lo he mojao
porque Vos te has enojao
me azotaste contra el suelo.
Las sombras cubren mi cielo,
como pasto me he secao.
5.
Vos siempre reinás, Señor,
y tu recuerdo perdura;
Vos mirás la desventura
que está sufriendo tu gente
y has de hacer que finalmente
se suelten sus ataduras.
6.
El recuerdo del pasado
nos revuelve la memoria;
los pueblos cuentan la historia
de nuestra liberación.
¡Escuchá nuestra oración
que se vuelva a ver tu gloria!
7.
Perdurará en el recuerdo
del pueblo que nacerá:
"El Señor tuvo piedá,
nuestro Dios nos ha mirado,
los cautivos ha librado,
nos ha dao la libertá".
8.
Tendremos de nuevo patria,
herencia que nos prolongue,
para cantar tu renombre
que es tema de nuestros versos
al reunirse el universo
para dar culto a tu Nombre.
9.
Ya voy perdiendo el resuello,
mi melga se ha de acabar,
dejámela terminar,
que el tiempo pa Vos no cuenta:
¡dejá madurar la menta
si la querés cosechar!
10.
Mientras tu tiempo es eterno
sin mojones ni fronteras
el cielo y la tierra entera
van cambiando de pellejo:
¡el cojinillo que es viejo
termina de sudadera!
¡Los hijos de tus amigos
para siempre han de durar!
2 comentarios:
Debemos reflexionar ttodas estás verdaderas palabras bendigo a quien las realizo
Excelente!..como siempre
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