(Pintura: Malena Berrueta)
Me chifla el viento al oído
murmurando sus pesares;
los campos parecen mares
donde el pastizal se mece.
La pucha si me parece
¡que nada hay más hermoso,
de un paisaje majestuoso
donde la madre natura,
se siente tan fresca y pura
desde el vientre silencioso!
Soy la prienda enamorada
de las cosas de mi tierra,
es por todo lo que encierra.
Me relincha el corazón,
corcoveando la emoción
en el pecho se hace astilla,
los fletes de mi tropilla
van pintando el pensamiento,
dejandomé sin aliento
ante tanta maravilla.
Hay un zaino, un overo,
un gateao livianito...
tengo un lobuno mansito;
el tostao mala cara,
el picazo que se para;
un oscuro, un doradillo,
el alazán y un tordillo
si me parece pintado,
está el tobiano tusado,
un moro, un bayo, un rosillo.
La tropilla de mis sueños
bajo este cielo estrellado
es un canto iluminado
de ilusión y de esperanza.
Es como punta de lanza
que va a mi pecho cimbrando,
mientras estoy galopando
por las sombras de la noche,
poniendo mi voz un broche
a lo que voy recitando.
Tengo un potrero en mi alma
donde descansan las penas,
donde corren por mis venas
emociones y quebrantos,
echandolé el lazo a un llanto
que retobao se asoma,
disparando hacia la loma
de mis azules pasiones,
donde pastan ilusiones
y se juntan los aromas.
Ha visto, suy dura'e boca,
ningún freno me acobarda;
si el pensamiento se tarda
para entregarme una copla,
soy como el viento que sopla:
me sobra la inspiración,
siempre tengo en un rincón
algún verso reservao,
y soy para los mandaos
como comadre en reunión.
El campo es la madriguera
de todos mis pensamientos.
En él encontré momentos
que me marcaron la vida,
siendo mujer con heridas
que la nostalgia me causó
y que el tiempo se llevó
entre largas cebaduras,
al piño de la amargura
que mi corazón juntó.
Muy lindo es amanecer
bajo la luz de un lucero
sin más pilcha que un apero
calentando la osamenta,
no te asusta la tormenta
ni oscuros nubarrones;
es que te sobran garrones
para aguantar lo que venga,
aunque es bueno se prevenga
toditas las situaciones.
Se me anuda la garganta
cuando voy desembuchando,
poco a poco voy soltando
del corral de la memoria
una tajada de historia
que van mis versos tejiendo.
Todo lo que estoy sintiendo
en estas décimas canto
y en ellas mi voz levanto
para que vayan sabiendo.
Esta sabia que Dios me dio
pa'entretener los oídos,
en un silencio que pido
y entregando el corazón;
yo, tan solo soy un montón
de palabras reservadas,
para robar las miradas
del oyente silencioso,
con este verso precioso
de rimas emocionadas.
2 comentarios:
Buenas,
Sería adecuado y ético publicar el nombre del autor del poema.
Saludos
Me gustaría saber el autor de este verso??
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