"...guacho y gaucho me parecían lo mismo, porque entendía que ambas cosas significaban ser hijo de Dios, del campo y de uno mismo". (Don Segundo Sombra)
Un paisano con tropilla
camperamente entablada
que hallé con pastos, perrada,
y algún resto de la trilla;
es cacique que acaudilla,
campo abierto, inmensidad,
y rumiando una verdad,
si uno se mira pa'dentro
puede llegar el encuentro
del tiempo y la libertad.
Si a maza, y pluma y pincel,
y el don sagrado de un libro
que en ese orgullo, calibro,
una fortuna con él.
Disfruta como Catriel,
disfrutó del campo abierto
vive en uno los muertos,
memorias que reverencio,
mata el cencerro el silencio
y el desierto no es desierto.
Y el perro si es perro perro,
ha de ser y no se asombre
una yunta con el hombre
lo mismo que Cruz con Fierro;
arisco para el encierro,
matrerazo en la cadena
pero de estirpe serena,
libre de andar en la huella
cual filo que nunca mella
el golpetear de las penas.
Al tranquito una milonga
con el viento por guitarra
la vida que rumbo agarra
en tropel de meta y ponga.
Polenta y tumba rezonga
el encordado que falta
con qué lindura resalta
los sentires que ha guardado
en décimas Wencesalo,
en cuartetas Atahualpa.
Sombra, agua, leña y huerta
en el momento oportuno
reciben al croto de uno
con las porteras abiertas,
al rancho que nos despierta,
aroma blanco amasijo,
uno llega desprolijo
entre golpes y tropiezos
a la mujer a los besos
y al abrazo de los hijos.
manotié y puse la pata
al borde’e l’argolla chata
de la cincha, y un tirón!
El cuero con el cinchón,
dos güeltas, que no se note,
con la mano en el cogote
pa’ montarlo lo malcorno;
baila el pabilo de adorno
marcando el compas del trote.
Cuatro tranqueras de arriba
y pa’ seis hay que bajarse,
basta algo de maña darse
por si el vecino se aviva.
La pata de güelta estriba,
se va hasta el tuse la pera.
Hay un ansia bolichera
que manda galope largo:
una semana de amargo
con el cuzco en la matera.
Imaginando el bailongo
el recao es una hamaca
que me pone y que me saca
los nervios en el mondongo.
Dentro al monte, bajo y pongo
a las patas la manea.
Boliche, linda ralea,
los pioncitos de una tropa
bajando copa tras copa
prosiando, mansa tarea.
Los codos al mostrador,
cargosiando alguna mosca,
cigarro en la mano tosca
y cumbia en el transistor.
Otra güelta!! por favor
y… termine compañero!
-Sujete que va ligero.
-Deme un gancia con limón.
(Y la noche es un montón
de silencios y de teros).
Uno ni cuenta se da
cuando el mareo le gana,
fantasiando con macanas
escondiendo la verdá.
El más allá, más acá,
lo trajeron, me parece…
el sueño, bulla que crece
y vino hasta en las bombachas,
boliche que no despacha
y lunes que no amanece.
Mediodía sin memoria
le saca el bulto al reproche
(quien sabe ayer a la noche
como terminó la historia).
Amistá, risas y euforias
son, vinacho, tus vaivenes.
El mostrador entretiene
y nos enloquece, cuando
uno se duerme soñando
con el domingo que viene.
Aura que en un hervidero
parece encontrarse el mundo,
con justas razones fundo
lo que aquí cantarles quiero.
Si en doloroso entrevero
la mujer pudo mostrar
su coraje pa’ peliar
bien apareada al varón,
¡ha de tener condición,
dejuro, pa’ gobernar!
Dejen que en las elecciones,
por las ideas que ocultan,
demuestren como resultan
triunfando sus opiniones.
Y los que usan pantalones,
no crean que en las carreras
de estas cuestiones puebleras
mucho tendrán que perder,
con el triunfo ‘e la mujer
que no es el de las polleras.
Dejen que de utilidá
sirvan por su valimento
al trabajar con talento
pa’ bien de la humanidá.
Ya que el hombre, en realidá,
en su paso por la tierra
nos ha demostrao que encierra
más que ternura, rencor,
pa’ dir sembrando el dolor
en los pueblos con la guerra.
Si Dios hizo la mujer
pa’ ser nuestra compañera,
ha de ser la consejera
que debemos atender.
A mi juicio no ha de ser
tan sólo pa’ cocinar,
lavar la ropa, planchar,
y otros cuantos menesteres.
¡Tienen ideas las mujeres
que debemos respetar!
Y no es el caso gritar:
“Pa’ mandar son los varones”,
defendiendo atribuciones
que naides nos supo dar.
Si al mundo hay que mejorar
pa’ que se acabe el rencor
que va sembrando el dolor,
aumentando padeceres,
¡delen cancha a las mujeres
que son hechas pa’l amor!
Dejen que ellas preparadas
puedan también legislar,
las patrias han de ganar
porque serán mejoradas,
que no vivan alejadas,
que sean un bien pa' la raza,
verán cómo no fracasa
la mujer en la contienda:
¡pues no hay menistro de hacienda
como una dueña de casa!
Tengo bastante esperencia
como pa dar un consejo.
Mucho he galopiao -¡Canejo!
en el campo'e mi existencia.
He soportao con pacencia
lo que el destino ha querido,
y la caricia he sentido
de la desgracia, o la suerte.
Pero como el ombú juerte,
a la vida me he prendido.
El que caiga a una jugada,
ande siempre con cuidao,
que a veces, el más pelao
se arma de plata, con nada.
Pues copando la parada,
sin tener un patacón,
en cuanto da un trompezón
y le llegan a ganar,
él la deuda va a pagar
con pura conversación.
Aquél que haiga conquistao
con su beso, un corazón,
forme nido y que el fogón
nunca lo encuentre apagao.
Si la mujer a su lao,
se hace a veces la enojada,
acaricielá que nada
va dir perdiendo con eso.
¡Se gana más con un beso
que con una cachetada!
Emborracharse, no es güeno,
todo gaucho que se mama
tiene siempre mala fama
mientras lo mata el veneno.
Si es malo, le pone freno
la daga que hace un barbijo
y al ir al rancho, de fijo,
le sale el juego barato,
porque allí pagan el pato
la pobre mujer o el hijo.
El hombre pobre, el que es pión
-que esta idea no le asombre-
defienda el derecho de hombre
cuando lo humilla el patrón.
Y si el día de una elección,
el caudillo lo ha palmeao,
plata y juego le ha brindao,
no haga caso al alboroto,
¡que es muy bueno por el voto
el político engomao!
Si lo pretenden peliar
nunca lo haga sin razón.
Trate de que la cuestión
se pueda antes arreglar,
si le tocara tajiar
le irá más pior entuvía.
Disparar no es cobardía,
cuando es pa evitar un mal,
si no uno va al hospital
y el otro a la polecía.
Diga siempre la verdá,
no sea falso, ni un segundo
y un sentimiento profundo,
no le falte en la amistá.
Ande con sinceridá,
no haga alarde de su hazaña;
tenga, más que fuerza, maña,
cuando se haiga enamorao,
¡ y así se habrá conservao
igual que durazno en caña!
Cuando la siesta se quema con el sol de media tarde
se desangran los braceros por el zurco e' los maizales,
bajo el bravo sol de mayo se hacen dagas los chalares,
cuando la siesta se quema con el sol de media tarde.
Sudando bajo el sombrero se te ha marchitado el alma,
acarician los rastrojos sombras de espigas doradas;
parando bolsas de sueños si habrás visto madrugadas
sudando bajo el sombrero se te ha marchitao el alma.
Bravo bracero trenqueño, señor de la deschalada
De sol a sol trabajando, rompe tus manos la helada;
de lejos venís arriando una pena acollarada,
bravo brasero trenqueño, señor de la deschalada.
La frechilla y la roseta, ajo macho y paja brava,
sangran tus carnes morenas, tus pupilas están mojadas
al ver las trojas bien llenas pero vos no tenés nada...
Bravo brasero trenqueño, señor de la deschalada.
No nací para relleno,
donde molesto me voy,
como he nacido así soy
medio arisco para el freno.
No me meto en nido ajeno
porque no soy como el tordo,
no me quedo donde estorbo
ni voy donde no me llaman,
ni han de verme a la macana
lo mismo que oreja'e sordo.
Soy más pobre que una rata
pero me siento feliz,
desde el día en que nací
la suerte me ha sido grata;
no envidio al que tiene plata
ni me marean los millones,
con algunos patacones,
rancho, guitarra y caballo
soy más feliz que un zapallo
nacido entre los melones.
Me gusta el asao de tira
y el cabrito al asador,
también me gusta el amor
cuando el amor no es mentira;
si una chinita me mira,
siempre ando con mesura,
no cometo la locura
de atropellar con ceguera
porque nunca cae la pera
del árbol sin 'tar madura.
Yo soy como el picaflor,
vivo y ando entre las flores,
me hice baqueano en amores
en mis años de cantor
por eso es que en el amor
nunca sé pecar de flojo
pero no apuro tampoco,
me gusta andar despacito,
comiéndolo de a granitos
así es como rinde el choclo.
Una jineteada flor
se armó en la estancia "El Carancho",
el mayordomo era un chancho
con fama de pialador.
Va a empezar de animador,
copó la banca un pigmeo,
merece tanto al benteveo
que por milonga cantaba
y un tero que improvisaba
le tiró un lindo floreo.
A dos apadrinadores
la comisión dirigió,
la gente los aplaudió
al ver tan grandes valores,
sacaban los domadores
sin aflojar caracú,
un quirquincho y un tatú
trabajaron sin descanso:
uno montaba en un ganso
y otro montaba un ñandú.
Un loro y un carpintero
de'nde el palenque soltaban,
y de planillero estaba,
atento el oso hormiguero;
con cinchón o con el cuero
"¡Largue!" el primero gritó,
y una perdiz que salió,
se le sentó a un vizcachón
en el primer arrastrón
del golpe la desplumó.
De bota'e potro un lagarto
se enhorquetó en una liebre,
gritando: "¡aunque se quiebra
de su lomo no me aparto!",
al espuelear por los cuartos
dio con la panza en el suelo,
se cortaron los pigüelos
y ya quedó desarmao
y en la gramilla tirao
como retrato de agüelo.
Una nutria disparó
corcoviando pa'un arroyo,
llevaba prendida un pollo
que en la cruz la picotió;
un sapo se le sentó
con la encimera a una rana
"¡Tal vez me bajes mañana!",
le iba gritando goloso,
porque era más pagajoso
que pelo en la palangana.
Un zorro medio mamao
de tanto tomar giñiebra,
también jineteó una cebra
pero le puso recao,
castigando a todos laos
se le ñublaba la vista
y la verdad que me asista:
de tanta lonja el salvaje
a su bonito pelaje
le borró todas las listas.
Ganó al final el sapo,
el premio bien merecido,
porque mejor había sido
de todos en general.
Pa'ser más tradicional
aquella fiesta campera
un cuis a la verdulera,
con todo se le prendió
y la bailanta se armó
al compás de una ranchera.
Fogón reliquia campera
símbolo fiel de mi raza,
quiero arrimarte una brasa
cantándote a mi manera;
antes que mi voz surera,
sólo Dios sabrá en qué huella,
se apague como una estrella
en un lento amanecer´,
hoy mis versos han de ser
pa'vos un recuerdo d'ella.
Yo se muy bien que tenés
de otros cantores sus trinos,
porque es deber de Argentino
cantarte con altivez.
De mi pensarás, tal vez,
que te había hechao al olvido
eso es porque no has sabido
que yo desde muy pichón,
te llevo en mi corazón
ardiendo en cada latido.
Fogón qué lindo sería
con vos poder conversar,
pa'que me puedas contar
mil cosas que no sabía;
cuántas penas y alegrías
te habrá contao la peonada,
cuando en ronda de mateada
hablaban de lo pasao:
cuadreras, pial de bolcao,
de yerras y jineteadas.
Viejo fogón de la pampa
el tiempo te fue cambiando,
y tus llamas apagando
ya pocos criollos te acampan.
Ya no es la mesma tu estampa
porque a gritarlo me atrevo,
tampoco el candil de cebo
que te alumbraba ya existe,
se me hace todo tan triste
que apenas cantarte puedo.
Fogón muy pronto quisiera
verte salir del ocaso,
sos de mi patria un pedazo
y así no es justo que mueras;
por un instante siquiera
volver al tiempo pasao,
veré el gaucho acomodao*
haciéndote compañía
recibiendo un nuevo día
con mate, vino y asao.
*no es seguro que esa sea la palabra que se escucha...
Quisiera probar mi suerte
por eso pido permiso
y desde ya les aviso
que piso bastante fuerte,
porque sangre pampa vierte
si en mis venas da un chuzazo,
y hoy tiro con todo el lazo
estas décimas prolijas
porque me sobra verija
pa’guantar el cimbronazo.
Anduve de muy pichón
en las ruedas de fogones
entropillao con los peones
entre charla y cimarrón;
tendí mi catre pobrón
en un galpón ande quiera;
si me habré engrasao la pera
saboreando un costillar
y me la supe limpiar
con un cacho de arpillera.
Yo soy el sol que refleja
sobre’l verde pastizal,
el corcovo de un bagual,
soy del pampero su queja,
soy la punta de la reja,
del paisano su bondá,
del monte la inmensidá,
el silencio de los cerros,
garganta de los cencerros
cantando a la libertá.
Al flete de mi destino
ya lo sentí relinchar
porque me quiere llevar
quién sabe por qué camino;
si te gustaron mis trinos
con cruza de campo raso,
yo volveré, mi amigazo,
con esta guitarra en yunta
y una milonga de punta
¡pa’guantar el cimbronazo!
Fue chiflido'e carreteros en la pampa desolada cuando eran rastrillada nuestros caminos sureros. Tal vez algún guitarrero en fogones con estrellas le dió su nombre: "la huella" y la llevó hasta el Retiro donde entre vueltas y giros le piden la mano a ella...
Por campos desparejos
anda mi suerte
Sin encontrar tu huella,
sin poder verte
Enanco tu recuerdo
y salgo a campearte,
voy pechando distancia
y no puedo hallarte.
A la huella, a la huella,
dame tu mano
Como cuando saludan
nuestros paisanos.
A la huella, a la huella,
dame los dedos
Cuando digo tu nombre,
tartamudeo.
Larara …laralaira
Cuando digo tu nombre,
tartamudeo.
Me acuesto a campo raso,
mirando estrellas
y me parece verte
en una de ellas.
El deseo ya es ansia
aquí en mi pecho
La esperanza es tenerte
bajo mi techo.
A la huella, a la huella,
bailen paisanos
Primero la derecha,
dame tu mano
A la huella, a la huella,
dame la izquierda,
despacito mi vida,
no se me pierda.
Laralara..laralaira
Alboradas grises dejaron hebras de luna en mi pelo, silencio de atardeceres, secó en mis labios el canto. El tiempo borró mis huellas, y me quedé sin senderos.
[Cantando]
Aquel que quiera distancias,
se hai' largar a caminar,
Aquel que quiera distancias,
se hai' largar a caminar,
así me dijo la vida,
y me tuve que marchar.
Así me dijo la vida,
y me tuve que marchar.
Aquel que quiera recuerdos,
algo tendrá que dejar,
aquel que quiera recuerdos,
algo tendrá que dejar,
así me dijo la vida,
y me tuve que marchar.
Así me dijo la vida,
y me tuve que marchar.
Camino que no termina,
ahora es mi vida, y nada más,
camino que no termina,
ahora es mi vida, y nada más,
Ni siquiera soy palenque,
apenas palo nomás.
Aquel que quiera distancias,
se hai' largar a caminar.
Aquel que quiera recuerdos,
algo tendrá que dejar.
Así me dijo la vida,
y me tuve que marchar.
Ni siquiera soy un árbol,
apenas palo nomás.
[Recitado]
El tiempo, el tiempo borró mis huellas, y me quedé sin senderos.
Quejoso estaba un olivo
de la ingratitud de un ave,
que en furiosas tempestades
en él buscaba su asilo,
y entonando así un estilo
le dijo con eco triste:
"Cuando en mí te guareciste
frondosas eran mis ramas
y te retiraste ufana
cuando sin hojas me viste".
Nada en mi vida he deseado
más que tu correspondencia,
aunque dice la experiencia
que a lo pasado, pisado;
cuando era de hojas cargado
tú de mi sombra gozaste
y en mis ramas reposaste
formando en ellas tu nido,
y ahora que estoy abatido
sin dudar te retiraste.
Avecilla vanidosa,
de tus alas no presumas,
pueden faltarte las plumas
como me faltan las hojas:
una estación rigurosa
puede un día fatigarte
y el árbol que desdeñaste
con desdén y vanidad
de una fuerte tempestad
puede de nuevo ampararte.
Y así, con triste expresión
le dijo el árbol quejoso:
"Cuando te faltó reposo
yo te brindé protección;
te acompañé en tu aflicción
cuando de ella careciste,
amparada en mí viviste
puedo brotar otra vez,
aunque sin hojas me ves
el árbol todavía existe.
(El cantor tiene algunas sutiles diferencias de la recopilación hecha por Perez Bugallo, algunas se las respetamos al cantor, otras al recopilador...).
Sabrás que olvidarte aspiro,
que te adoré bien sabés
pero yo no sé cuál es
la causa de tu retiro.
Con justa razón me admiro
al ver tu amor tan trocado,
sin duda te habrás cansado
de verme tan permanente
pues yo hasta lo presente
no sé que motivo he dado.
No tuve ningún disgusto,
me dejaste de querer,
mudaste de parecer:
tienes tu dueño a tu gusto.
Y así me parece justo
que yo trate de olvidarte
si de mí creíste burlarte,
creíste mal, te lo digo;
pues de haberme conocido
jamás debés acordarte.
No olvides lo que te digo
que mi pecho no te adora,
te prometo desde ahora
el no volverte a querer.
He llegado a comprender
que a otro amor te has dirigido
y a mí me echaste al olvido;
disculpas no puedes dar,
no te debés acordar
que en un tiempo te he querido.
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Canta el "Riojano Almonacid" de San Antonio de Areco.
A ésta antigua décima le faltaría un pie, está trunca.
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El guitarrero es don Alberto Lennon
El 'Término' o termino...
El 'término' es una especie lírica del área pampeana, de escasa vigencia en la actualidad. Según los investigadores fue conocida y ejecutada en las localidades de Capilla del Señor, San Antonio de Areco, Carmen de Areco, General Belgrano, Mercedes, Monte, Chascomús, Pigüé, Bordenave, Necochea y Lobos, aunque seguramente ha estado presente en otras localidades de la provincia.
En la actualidad son muy pocos los guitarreros que poseen términos en su repertorio.
Diversas son las acepciones de la palabra 'término':
a) En el Perú se denominan 'términos' a los diversos estribillos, partículas agregadas, repeticiones y hasta variantes temáticas que los cantores populares intercalan enriqueciendo la estructura poética y musical básica de las estrofas. En Argentina la voz 'término' se utilizó para denominar una variedad de 'triste', sin duda aludiendo a la característica original de esta especia, de poseer estribillos y expletivos intercalados (según Perez Bugallo).
b) La palabra 'término' asociada al fenómeno musical se refiere al punto, al tono (según la investigadora Ercilia Moreno Chá).
c) Se denomina así al remate de la Décima, la estrofa que se coloca justamente al término de la misma, como homenaje del cantor hacia un oyente o viceversa (Moreno Chá).
d) Otra interpretación: antiguamente se denominaba así a los estilos en toda la campaña bonaerense (Moreno Chá).
e) Otra: esta especie era tocada al término de los bailes familiares (Moreno Chá).
El 'término' se presenta como eminentemente guitarrístico y la mayoría de las opiniones se inclina a decir que muy pocas veces se cantaba, que los verdaderos tocadores de la especie, solo la ejecutaban en guitarra. Cuando es instrumental tiene la apariencia de un estilo atípico o fragmentario. Cuando se canta, en cambio, su vinculación con el triste aparece claramente. En algunos se nota en el movimiento y el ritmo de sus interludios algún parentesco con la cifra.
La estructura del término consta de dos secciones muy diferenciadas melódica y rítmicamente;
una esencialmetne melódica que es siempre pausada y otra más viva y libre rítmicamente que se comporta como interludio entre las sucesivas repeticiones de aquella. Dichas repeticiones se efectúan a gusto del guitarrero, siempre y cuando no haya un texto cantado que imponga su propia longitud. Se puede comenzar indistintamente por cualquiera de las dos. Para su ejecución se ha utilizado la guitarra en la afinación común o por diversos "temples".
En el aspecto literario cuando el 'término' era cantado se utilizó la cuarteta y la sextilla mucho más que la décima.
Sin haberles dao por qué
hablan de mí lo que quieren
hombres, chicos y mujeres
toda la guerra es conmigo.
Yo no más soy el indino,
yo no más soy el fatal,
soy borracho, sé jugar,
soy pendenciero y chismoso
y soy el más fastidioso
que pisa en este lugar.
Si paso por un camino
dicen: "ahí va el embustero,
el pícaro, el majadero,
el que no tiene destino.
A dónde irá el indino,
necio y de mala conducta;
dónde andará haciendo junta
ese pícaro merece
que lo aprisionen los jueces
y que no lo suelten nunca".
Si me arrimo a las muchachas
por darles conversación
dicen: "allí va el pintón
a ver si alguien lo quiere.
Contemplen y consideren
lo que será de fatal
y eso si puedo llegar
con cuidado a'lguna casa
como no les caigo en gracia
todo les parece mal.
Todos los demás que corren
no tienen ningún defecto,
son bonitos y discretos,
son músicos y cantores.
Buenos mozos, gastadores,
yo no más soy el malazo,
soy el paisano más guaso,
soy un gaucho sin destino
y soy el peor argentino
por donde quiera que paso.
Las décimas antiguas, es decir el conjunto -generalmente de cuatro estrofas- suelen tomar su nombre del primer verso; en este caso el título es el consignado, pero yo creo que el primer verso y el título debe haber sido "Sin haberles da'o motivo", con lo cual, sin cambiar el sentido, la rima sería perfecta.
En el primer verso de la tercera décima la palabra final debe haber sido "mujeres" en lugar de "muchachas".
(Notas de José Antonio "Piquillín" Güiraldes en su trabajo de recopilación titulado: "Décimas y otras composiciones literarias tradicionales de la Provincia de Buenos Aires").
Andando por el camino
así encontré esta milonga,
me dijo: "cuando disponga
aquí le ofrezco mis trinos.
Lo veo bien Argentino
y quiero que usted me cante,
mucho su voz no levante,
sea fiel a este destino".
-"Escúcheme atentamente,
milonga bien fogonera,
yo la canto a mi manera,
así respetuosamente.
Quiero que tenga presente
éstas cosas que le digo:
usted estará conmigo,
con el pueblo y con su gente".
"Cuestión de tirar parejo,
seguir el rumbo seguro,
conservar el canto puro
que cantaban nuestros viejos;
siento que estamos muy lejos
de esas cosas que han querido
nuestros mayores que herguidos
nos dejaron sus consejos".
"Ahora le digo, milonga,
que la canto con el alma,
mi corazón está en calma
en la fogonera ronda;
si la noche no se asombra
por éste encuentro paisano
es que estamos entre hermanos
donde el canto se prolonga".
Vi'á pisar en el estribo
pa'salirles galopeando,
y poder ir detallando
algún trabajo nativo;
pa'que se mantenga vivo
lo nuestro y tradicional,
le vi'á sacar el bozal
al redomón del saber
y un poco les haré ver
las costumbres del mensual.
En la mañana oscurón
y eso en tiempo de verano
ya se levanta el paisano
enderezando al fogón,
escarba un poco el tizón
que amaneció coloreando
unos cardos le va echando
y deja puesta la pava
va pa'la bomba, se lava,
trae agua y viene chiflando.
Se sienta junto al fogón
prepara el mate y baqueano
vuelca el primer orejano
y se prende al cimarrón,
cuando mateó tranquilón
dice "vamo'a churrasquear",
se levanta pa'cortar
un cacho del asador,
que de la noche anterior
había dejao pa'enyantar.
Llama a los dos ovejeros
pa'darle grasa y costillas,
perros que hacen maravillas
y son fieles compañeros;
divisa pa'los potreros
ya medio quiere aclarar,
el caballo fue a buscar
está un poquito molesto,
lo manea con el cabresto
y así lo puede ensillar.
¡Contentos los ovejeros!
mientras él prende un cigarro,
de remedio pone un tarro
pa'curar unos terneros.
también de abajo'e los cueros,
de alambre, pone un rollito;
agarra el pingo cortito
pa'que no le busque afuera,
deja su rancho tapera
y va cantando bajito.
Va pa'un molino distante
que a la noche quedó abierto,
encuentra el tanque cubierto,
lo cierra y mira el flotante;
muenta y sigue p'adelante
en dirección a un cardal,
siempre mirando el mensual
a lo largo y a lo ancho,
y ve volar un carancho
y es que hay muerto un animal.
Enseguida lo ha garreao
y vayan tomando nota,
le asienta el filo en la bota
que como aceite ha quedao,
prontito queda cuereao
y dobla el cuero enseguida,
pega el pingo la tendida
dándosela de matrero,
le tira en el anca el cuero
y sigue la recorrida.
Allá en un torniquetero
un alambre cortao, ve,
seguro rascándose
lo ha cortao algún mañero;
lo arregla y sigue campero,
cerca ve un ternero echao,
de moscas está rodeao,
entonces ya lo enlazó
en el suelo lo apretó
y ya lo deja curao.
Así potrero a potrero
recorre con gran costancia,
y se dirige a la estancia
pa'ir a estaquear el cuero.
Cuando deja el colgadero
al capataz pudo ver,
entonces le hizo saber
lo que recorriendo vió,
y también le preguntó
-"A la tarde, qué hay que hacer?".
-"En el seis vamo'a juntar
despación los animales,
los echamo'a los corrales
pa'mañana vacunar";
un "hasta luego", al montar
dice el paisano modesto
pero siempre con buen gesto
y con su estampa sencilla
de ida lleva la tropilla
y va'pa matear al puesto.
Echó al corral la tropilla,
él se fue a desensillar
el montao supo bañar,
lo escurrió con la cuchilla;
se revolcó en la gramilla,
tomó agua y quedó verdeando,
el gaucho el fuego fue armando
y la pava en un costao
prontito se ha calentao
y el asao se va volando.
De pájaros una orquesta
mientras él está mateando
y cuando está churrasqueando
los perros están de fiesta.
Él se fue a dormir la siesta
y después de descansar,
se levanta pa'matear,
después va pa'la tropilla
trae otro caballo, ensilla,
y otra vez a trabajar.
Va pa'l potrero indicao,
se reunen varios mensuales
y juntan los animales
que tenían ordenao;
y cuando han encerrao,
la noche ya los abraza,
el capataz ya les pasa
órdenes pa'l otro día
un "hasta mañana" sentía
y rumbeaba pa'las casas.
Lleva otra vez la tropilla
pa´dejar uno esa noche,
cuando el día pone su broche
entonces ya desensilla;
es una vida sencilla
pero muy sacrificada
y después de la mateada
cena rendido el rural
y duerme el pobre mensual
pa'esperar otra jornada.
Más o menos describí
las costumbres del mensual,
que criollazo y servicial
en mi pago conocí,
mas yo lo saludo así
con ésta gaucha expresion
vertida del corazón
porque siempre lo almiré
y si de algo me olvidé
les voy pidiendo perdón.
Voy a cantarle al mensual,
porque creo y lo valoro
que es de mi tierra un tesoro
echo en la escuela rural.
Es orgullo nacional
aunque nadie lo comenta,
con heladas con tormentas
con calores y temporales,
son heroes tradicionales
que nadie los tiene en cuenta.
Cinco y media pone el tacho
pa no andar con apuro
y sale tranqueando al oscuro
hasta un durmiente quebracho
el sabe bien de muchacho
que tiene la obligación
de juntar leña a montón
por si algún viejo campero
no vaya a ponerle peros
porque no encendió el fogón.
El gallo con su expresión
le anuncia la madrugada
y después de una mateada
se dirige hacia el galpón
tal vez por la cerrazón
como es criollo preparao
dos silbidos ah pegao
pa llamar a la madrina
no sea que por la neblina
algún pingo se haya extraviao.
Y ensilla un bayo encerao,
mansito de pata y manos
se enorgullece el paisano
fue por él propio domao
después que pita un armao,
sale tosiendo tal vez
con la esperanza de que
como en todas las mañanas
lo salude la mucama
desde la puerta 'el chalet.
Y ya encaró pal potrero
y una idea se le atraca
cuando divisa a una vaca
que ha extrabiao a su ternero,
revisa torniqueteros
prende fuego una osamenta
y de lejos se da cuenta
que anda fallando el molino
pues la hacienda en remolino
esta balando sedienta.
Era el caño de la bebida
con totoras se ha'torao
como lo ha desatorao,
monta y se marcha enseguida
y aunque crea que se olvida
su intención es muy segura
y aunque a él nadie lo apura
por las huellas que transita
marca una cueva fresquita
rodeada por osaduras.
Y ata una liebre en los tientos
que los galgos han agarrao
y ve un alambre cortao
que lo reparó al momento;
los bolleros bien atento
revisa con gran maestría
y es tanta su picardía
que pa ver si lo patea
con pastito lo tantea
pa medir su batería.
Y como el hombre no es doctor
a un yeguariso abichao
a palabras lo ha curao
porque es muy conocedor
y así enfrentará el rigor
que impone la circunstancia,
plata no hará en abundancia
por capricho del destino
pero es orgullo argentino
y además mensual de Estancia.
Es noche todavia afuera
Pero él igual, se levanta,
A la pereza la espanta
Y enfila hacia la matera
En donde un tizón lo espera
Todo envuelto de ceniza,
Con un soplido lo atiza
Y le arrima alguna rama
Para que surja la llama
Que es justo lo que precisa.
A la pava en la ocasión
Cuando ya el agua, le ha puesto,
La acomoda con un gesto
En la hornalla del fogón
Pone yerba al cimarrón
Que apaga con agua fría
Y mientras espera el día
Que muy pronto llegará
Él preparandose irá
Para empezar la porfía.
El alba va despuntando
Y ha comenzado el ritual,
Está ensillando…! El mensual
Al flete que está esperando.
Con un silbo acomodando
Pilcha por pilcha el apero,
En un orgullo campero
Los estribos bien parejos
Y como pa´ llegar lejos
Lo cincha bien al overo.
Encima va el cojinillo
De oveja bien recortado,
Con el cinchón ajustado
Y la escena toma brillo.
Le cruza arriba el ponchillo
Que acompañará el intento
En cuanto monte contento
Y enfile pa los potreros,
Y el barbijo del sombrero
Se ajuste por que ya hay viento.
Con las cañas de unas botas
Él fabricó las maletas,
Las que a los tientos sujeta
Como poniendo una nota´.
Lleva tenaza grandota,
La chaira, el curabichera,
Que lleva por si tuviera
Que curar alguna herida
O en el lote e´ las paridas
Otro ternero naciera.
Y si le toca cuerear
Porque encontró una osamenta,
Lo hará sin tener en cuenta
Que esto le puede costar
Muy caro si al contagiar
Alguna peste pudiera;
Sin un guante que existiera
Ningún barbijo tampoco
Un peón siempre valió poco
Y lo reemplaza cualquiera.
Y seguirá la mañana
Mirando los alambrados,
Reparando si hay cortado
Un alambre…¡que macana!
Pero a él le sobran ganas
Si ve a los toros peleando
Para irlos desparramando
Con cuidado a la distancia
Luego regres'a la estancia
Ya el churrasco está esperando.
En toda fiesta campera
se nombra al animador,
al paisano acarriador,
al basto y a la encimera,
al que pialó puerta afuera,
al que sacó con el cuero,
al que por ser muy campero
hoy de las clinas montó,
…pero nadie le cantó
al gaucho que es palenquero.
En el palenque todo hombre
debe de estar muy atento
y no vaya a creer que es cuento,
espero nadie se asombre;
es justo que yo los nombre
porque soy su defensor
del gaucho, de su valor,
de su costumbre campera
y al palo no va cualquiera,
le aclaro al espectador.
Cuantas veces un manotón
recibiste por confiao,
como al poner el bocao
te dieron un mordiscón,
otras vece’un pisotón
te llevastes de regalo
de algún reservao muy malo,
baquiano y tironiador,
cuando corrió el atador
te peló el dedo en el palo.
Que tuvistes un descuido,
que al hombre hiciste apretar,
que no le debías largar,
que no te lo había pedido,
que pa’ qué te habrás metido
si vos no sos muy campero,
que le dejás flojo el cuero
y corrida la encimera,
y yo opino que de afuera
es fácil sacar el cuero!
Si es tradición un arreo,
una tropilla, un rebenque,
si es tradición un palenque,
una milonga, un punteo,
si es tradición un floreo,
un rancho, un pial, un fogón,
si es tradición un horcón,
un domador, un soguero…
¡Yo opino que el palenquero
honra nuestra tradición!
Arrimate aquí muchacho
y hacele óido a este consejo
sin fruncir el… entrecejo
ni demostrarme tu empacho,
no siás como cardo macho
y dejate de… amolar;
que si sabés cabrestiar
te yevaré con pacencia
al campo de la esperencia
ande te has de mejorar.
Si te sentís ‘picaflor’
-ahugá tu canto chingolo-
porque’so de cuerpiar solo
es triste y agurridor,
pero si un sentido amor
el corazón t’embozala
procurá ser como tala
porque’s como cosa escrita
que la mansa potranquita
risulta indispués baguala.
Cuando salgás a tropiar
yevá a más de un güen sobeo,
un pingo, que’n un rodeo
sea sin yel, pa’ güelpiar
y cuando tengas que armar
cama, si es en campo abierto
buscá suelo discubierto
y siempre pa’ tu fijeza,
que dé al viento la cabeza
y dormí pero… a lo tuerto.
Si te dá por ser cantor
sacale el cuerpo a la caña
porque briyo que s’empaña
pierde su primer color,
cantá y sé calculador
pa’ en jamás causar enojos
no dés discanso a tus ojos
pa’ vichar si hay complacencia
y hacé que la concurrencia
quede alegre y con antojos.
Si te agarra la sonsera
dir a un juego, estate alerta
y lo más cerca ‘e la puerta
por lo que’l diablo pudiera,
acomodate a la espera
y si engorda el tirador
apartá, que es lo mejor
y ande la suerte se cuaja
mucho más que a la baraja
ponele ojo al tayador.
En las riuniones portate
lo mejor que siás capaz
y cuando hablan los demás
si son mayores, cayate,
tratá de romperte’l mate
que’l saber, es conveniente
y si se arma dirrepente
una de a pie echate a un lao,
que más que con ser mentao
se gana con ser prudente.
No te hagas a las diabluras
y en jamás guapiés de lujo
que de la cárcel no trujo
ninguno, más que amarguras,
no mezquines tus dulzuras
al que trata de ampararse,
que aunqu’es preciso cuidarse
del que’s de mal proceder,
es siempre güeno tener
amigos en quien confiarse.
No apadrinés al caudiyo
porque trái el mal querer
y a la larga… no hay que hacer
le dá trabajo al cuchiyo,
sé blando como lomiyo
ande veas necesidá,
y en la güeya ‘e la verdá
seguí tranquiando parejo
y ansí yegarás a viejo
tranquilo y en libertá.
Aunque me encuentro boliao
en el instante en que vivo
salgo a campear un motivo
para traerlo enlazao.
Viá cortar el alambrao
que ataja mis emociones
para sacar a tirones
alguna rima encerrada
que a’gua n’el charco estancada
el pasto la descompone.
Siempre busco lo seguro
para no ir a un fracaso
aunque sé salir del paso
cuando me veo en un apuro.
Yo no me tengo por duro
pero tampoco por blando,
no me achico ni me ablando
cuando cambio de lugar
y a veces sin alcanzar
seguro que estoy sobrando.
Yo no sé pa’donde voy
tampoco de donde vengo
y lo que soy le prevengo
que lo grito donde estoy.
Todo lo que digo hoy
mañana yo lo sostengo
y aunque me haga el chancho rengo
cuando me toca perder
soy rico de no tener
y me sobra lo que tengo.
Para no perder el tino,
yo nunca me hago el pesao
y no aprendí a ser ahijao
para no tener padrino.
Casi siempre es el destino
quien templa los corazones
por eso en mis conclusiones
he llegao a comprobar
que a veces el tropezar
pone a prueba los talones.
En el loco desconcierto
de este mundo pervertido
más vale hacerse el dormido
que demasiado despierto.
Fingir el ronco concierto
de la sierra cuando tronza
pues yo no doy ni una onza
al vivo que se amilana.
La rana con ser tan rana
la pescan siempre por sonsa.
Yo que sabio me creía,
cuando rodé cuesta abajo
me costó mucho trabajo
saber que nada sabía.
La vida al mostrarse fría
es la fuente del saber
por eso que a mi entender
mirando de cualquier modo,
aquel que lo sabe todo
tiene mucho que aprender.
Perdí la fortuna entera
tal vez por no ser muy cuerdo
con pingos que fueron lerdos
y mujeres muy ligeras,
pero de todas maneras
a nadie pido clemencia,
ni me muerde la conciencia
de encontrarme ahora así,
porque cuando yo perdí
gané toda mi experiencia.
¡Zamba!
En la palabra blanca de los pañuelos
se esconde la esperanza del criollo que te baila...
Mozas de pies ligeros, al conjuro del ritmo,
dibujan en el suelo letras que son espíritu,
líneas que son promesas, frases que son anhelos...
¡Zamba!
Naciste en los albores de la argentinidad
y fuiste el santo y seña para la libertad...
Hermana de la cueca que en las tierras chilenas,
sentó su señorío;
Hermana de la inquieta y amada "marinera",
que quedó en el Perú.
¡Qué poco pides, Zamba, para llenar tus tardes...!
Tan solo una guitarra, un arpa y un violín,
un pedazo de campo, unas caras cobrizas
y dos pañuelos blancos diciéndose en la brisa
palabras que los labios no se pueden decir...
¡Zamba!
Golpeándose los tacos te bailan los riojanos;
Alegre, bate palmas el gaucho Calchaquí;
Airosos te pasean los viejos Tucumanos,
¡Y allá lejos los hombres se sienten más hermanos
cuando las quenas cantan la zamba de Jujuy...!
¡Qué poco pides, Zamba, para llenar tus noches...
Tan solo un bombo indiano gimiendo sus "tom-tom"!
A cuatro leguas largas se siente ese latido;
como si al monte mismo se le hubiera ocurrido
prestar para la fiesta su propio corazón...
En las salas antiguas ¡cuánto te festejaron!
y por las cosa nuevas,¡qué pronto te olvidaron!
¡Pero no morirás ...!
Porque eres alma y sueño, música de la tierra:
porque eres santo y seña para la Libertad;
porque en el alma gaucha que tu rasguido encierra,
hombres de cuatro rumbos rompen su soledad...
¡Porque mientras se caigan los soles tras los montes
y las lunas prodiguen su limpia claridad
han de bailarte, Zamba, los paisanos del norte
donde aún se conserva tu espiritualidad...!
Rama de verde hechura
brazos que abre la tierra,
cuando amanece el monte
trinar de nidos se desperezan.
Brilla en su traje el tordo
el cardenal despierta,
y una bumbuna arisca
cortando el aire es pluma que vuela.
Por la senda tapada
saitilla* y sunch* seco,
como animal del diablo
sin mover yuyos llega el trampero.
Viene a callar el canto,
viene a truncar el vuelo
y una prisión de palos
lleva en sus manos el traicionero.
No le quites trampero
el alma al viento,
al monte y al cielo...
Susto que da el encierro
saltito tembloroso,
se ve por la rendija
como aletea un plumaje hermoso;
y en el mercado sucio
para que gozen otros,
lo venderán cautivo
mientra su trino muere de a poco.
No le quites trampero
.el alma al viento,
al monte y al cielo...
Dónde te harán la tumba,
dónde echarán tus huesos,
si el monte no te quiere
como tampoco te quiere el cielo.
Y casi una alma en pena
has de sufrir trampero
muerte de no estar muerto
con tantas muertes que estás debiendo.
No le quites trampero
el alma al viento,
al monte y al cielo...
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Vocabulario:
*Saitilla: espina
*Suncho: (Viguiera procumbens) Arbusto sudamericano de la familia de las Compuestas, de hasta unos dos metros y medio de alto, resinoso, un poco leñoso, de hoja perenne lanceolada y grande; inflorescencia en capítulos terminales dispuestos en racimos, flores amarillas pequeñas; muy ramoso. Se usa en la construcción de viviendas, como forraje y para cercos vivos. Crece en la cordillera de los Andes entre los tres mil y cuatro mil metros de altitud.