lunes, 30 de octubre de 2017

Trasfoguero


Lento quemarse en la noche
para alimentar el fuego;
mantener viva la brasa
hasta que salga el lucero.

Ocultar en las cenizas
lo que está ardiendo por dentro;
no ser luz en las tinieblas
para poder hacer tiempo.

Así se te va quemando
despacito el trasfoguero,
llevando hacia la mañana
la chispa para un incendio.

¿De qué árbol será su leña
pa'encerrar tanto silencio?
¿Qué arroyos le habrán contado
la hondura de su misterio?

De planta ya soportó
no florecer en invierno,
guardando para setiembre
la savia que le está hirviendo.

Supo que el fruto madura
tan sólo si le dan tiempo,
porque además de la pulpa
lleva semilla por dentro.

Apilando primaveras
con otros tantos inviernos
fue con calma su estatura
despacito construyendo.

Para que pudiera arder
el verano le dio fuego,
y el otoño la paciencia
pa'cuando llegara a viejo.

Vió quedar nidos vacíos,
y otros que no se hicieron,
porque el pájaro cantor
le toca emprender el vuelo.

En ese su arder sin llama
se van quemando recuerdos:
por eso que arde despacio
en la noche, el trasfoguero.

Mientras sueña en sus cenizas
con la luz de los incendios,
va quemando su madera
por no renunciar al fuego.


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