miércoles, 30 de abril de 2014

Pico a pico




En el último potrero
de la estancia La Amarilla
estaba Juan Cabanilla
cambiando un torniquetero,
cuando al grito de los teros
medio bordeando el camino,
en un lobuno barcino
venía Clarito Esquivel
puestero también como él,
pero del campo vecino.

Como viejos conocidos
se saludaron atentos
y en camperazo acento
entraron a hablar tupido,
de los casos conocidos,
de toros, de pariciones,
de padrillos, de galpones,
de cosas sin importancia,
del trabajo de la estancia
y el trato de los patrones.

Hablaron de las cosechas,
de semillas importadas,
de las grandes tractoreadas
y de las melgas derechas.
De lo bien que se aprovecha
el campo con los boyeros,
de molinos, bebederos,
caminos y terraplenes,
de la yerras que se vienen,
de lazos y de terneros.

Hablaron de tiempos duros,
del precio del almacén,
y de la muerte también
de la esposa de Don Arturo.
De los chicos, y el apuro
pa' mandarlos a la escuela,
del julepe'e doña Nela
cuando al cruzar las vías
le echó viento el otro día
el tren que va pa' Cañuelas.

Hablaron cuasi a las risas
con maliciosa jarana
del pobre chueco Maidana
que lo dejó La Petisa,
del platal que se precisa
pa' facturar este invierno,
de los cochazos modernos
que cambia el hijo 'el patrón,
del último ventarrón
y del rumbo del gobierno.

Hablaron tanto y tupido
hasta que el buche molesto,
le hizo acordar que en el puesto
está el puchero servido.
Apuraron un despido
como quien hace algo malo
y a lo peludo e' regalo
cayeron justo a comer,
Clarito sin recorrer
y Juan sin cambiar el palo.


(Pintura: Rodolfo Ramos)

Plegaria y lluvia (Cifra)



Con espesos nubarrones
el cielo se fue cubriendo,
parece estar presintiendo
el campo, los chaparrones;
crecerán las ilusiones
después de tanta sequía,
¡por fin ha llegao el día
que tanto hemos esperao:
arroyos que se han secao
y pasto que no crecían...!

Alza el viento remolinos,
los sauces están llorando;
ya se ve al ganao costeando
derecho pa los molinos;
el aire trae mil trinos,
se aquieta la polvadera
cuando caen las primeras
gotitas sobre la tierra,
¡agua bendita que encierra
un poco la primavera!

 Los caballos retozando,
en un rincón las estivas,
los peones en forma activa
una parva andan tapando;
el boyerito va arriando
una yegua que porfía
y que protege su cría
dandolé ancas al viento.
Porque lo he visto, les cuento
cosas de la tierra mía.

Anda en labios del patrón
un: "¡Bendito sea Dios!",
la vista del cielo en pos
porque eleva una oración.
Ya la lluvia hecha canción
con un trueno se anunció,
el relámpago brilló
trayendo ecos lejanos
se alegraron mis paisanos
porque esa tarde llovió.

No me dejes partir, viejo algarrobo




(Foto de Luis Pedro Hardoy: algarrobo en Formosa)

No me dejes partir, viejo algarrobo...
Levanta un cerco con tu sombra buena,
Átame a la raíz de tu silencio
Donde se torna pájaro la pena.

Vengo de un mundo lleno de caminos,
Montaña, selva, mar, prado y arena.
¡Traigo una sed de paz, tan infinita...!
Hazme un nido de amor para mi pena.

Yo siempre fui un adiós, un brazo en alto,
Un yaraví quebrándose en las piedras;
Cuando quise quedarme vino el viento
Vino la noche y me llevó con ella.

Mucho tiempo te vi quieto en la tarde,
Nada cerca de ti, solo tu fuerza.
Ti balsámica sombra es como el beso
Del aura vesperal sobre la tierra.

No me dejes partir, viejo algarrobo,
Que ya no sé decir: ¡Hasta la vuelta...!
Hay un río profundo que me llama
Desde el antiguo valle de la pena.

Que en ti se anuden todos los caminos
Con abrazo tenaz de enredadera
Y no haya más rumor que el de la tarde,
Cuando pasa descalza por la arena.

martes, 29 de abril de 2014

El mulitero




Llevo dieciocho mulitas
Para vender en el pueblo,
Son tan lindas y gorditas
Y yo aquí voy sin resuello.

Sin resuello...

Mi gurí va retozando
Para él esto es diversión
Para mí , solo una changa
Cuando sobra la ocasión...

Vaya 'bombeando' mi`ijito
Víchelas a la distancia
Mientras tanto yo vigilo
Que no nos vean de la estancia...

¡Ahijuna...que allá va una !
Córrala pronto..tire el sombrero
Tape la cueva.y si se gana...
Chape la cola..y métale el dedo!

Las piernitas del gurí...
Corren menos que su apuro
Y se le escapa a los saltos
Un mulitón cascarudo,

Cascarudo...

Pobre bicho la mulita
Que cuando junta las manos
Parece que esta pidiendo
Como si fuera un cristiano.

Pero..mis gurises chicos..
Pidiendo también están
Y mulita que se cuadra
A la bolsa va a parar !!

¡Ahijuna que allá va una..
Córrala pronto..tire el sombrero...
Tape la cueva..y si se gana
Chape la cola..y métale el dedo
Y métale el dedo...y métale el dedo
Tranquilo que por ahí no muerde...

¡vaya a lavarse las mano al arroyo Martín !!!

Cuzco rabón





Cantor cuando cantes fuerte
Antes tenés que pensar
Si el ideal que predicas
Lo podrás asimilar,
Hay muchos que gritan fuerte
Pocos piensan al cantar.

Hay que cantar a conciencia
Con fundamento y razón
Que en toda jauría de caza
No falta el cuzco rabón,
Ladra y ladra, mas no muerde
Presentada la ocasión.

Hay cantores que protestan
Con un fervor sin igual
Falta saber si lo sienten
O lo cantan nada mas,
Mucho más dice el ejemplo
Y hay que saberlo aplicar.

A veces me quedo horas
Escuchando algún cantor
D'esos que vibran cantando
Porque sienten el dolor
Que causa el canto sincero
Salido del corazón:
Trozos del alma con notas
Unidas por la emoción

Siento pena por aquel
Que canta por un reflejo
Es como el sauce llorón
Que se mira en el espejo.
Del río que corre lento
Viendo al sauce como llora
Serán sus notas sonoras
Muy lindas pero sin alma
Muy poco vivirá el sauce
Si lo alejaran del agua.

Pa' mi el cantor debe ser
La mezcla de hombre y de idea,
La maleta se ladea
Si de un lado no hay que poner
Y es una ciencia aprender
A equilibrar bien la carga
Porque la vida es amarga
Llevando de un lado lo ajeno
Nunca veré peor veneno
Qu'el que por su boca sangra.

Cuando se largue a cantar
Hágalo con fundamento,
Grite, si es que está sufriendo
No cante por alardear
He visto cuzcos ladrar
Y atropellar contra el viento,
El canto sin sentimiento
No sirve de atropellada
La verdad queda trancada
Y se ve qu'esta mintiendo.

Me imagino que habrá visto
Bichera en los animales
Ese's el pior de los males
Y pa' curarlo no es lindo,
El gusano no es de instinto
Tiene misión destructora,
Ataca en lugar y hora
Que naides se lo imagina
¡Cuantas cosas se terminan
Si el entra en la pensadora!

¿Quien ha visto al caracú
Siempre metido en el hueso?
Usté tendrá que ser eso,
Razón de pueblo que espera,
Al que le duele la muela
No se arrancará el colmillo,
La yegua cela al potrillo
Y este crece retobao
Nunca cantando amargao
Se ha defendido un principio.

Por mas que pasen los años
No olvide cómo empezó,
De aquél que lo aconsejó ,
Que le supo dar la mano
De ese que es amigo ¡hermano!
Cuando flojo se sintió
Y acorralado lo vió
El se llegó hasta su rancho
Y le abrió un camino ancho
Por el cual usté escapó.

Si nota que su cantar
Sirve de ayuda al caído
No se lo niegue mi amigo
Y póngasele a la par
Y sentirá palpitar
En lo profundo 'e su pecho
La alegría de haber hecho
Algo que nunca se cobra
Pa'l cantor ya da de sobra
Dejando a alguien satisfecho.

Amigos tendrá a montones
Por intereses creados,
Échelos siempre a un costao
Buscando buenas razones
Igual que a los chicharrones,
Escurra muy bien la grasa
Y si un pedazo se pasa
Sáquelo en la espumadera
La amistad es cosa sincera
Si de aceptarla se trata.

Y si de amigos se trata
No se fije en el color
En la piel no esta el calor
Que en la amistad se desata.
El hombre no se destaca
Por su dinero o presencia
Mas vale limpia conciencia
Que un traje recién comprado
Mas vale viejo y gastado
Si adentro va la decencia.

Acaso usté nunca ha visto
Al cuervo recién nacido
Blanco pichón qu'en su nido
Indefenso se mostró
Pero luego que creció
Negro plumaje lo cubre
Y hasta lo mas alto sube
Con arrogancia mezquina,
Infeliz de la gallina
Qu'el asesino descubre.

No soporte ni se aguante
Si escucha cantar zonseras
Ataque a la madriguera
No espere ponerse guantes
No se ponga muy galante
Mas bien sea sentador
No se haga notar mejor,
Porque alardear no es honesto
Mas ponga de manifiesto
Quien es que tiene razón.

Aquel cantor que atesora
El ideal de igualdad
Y lucha por la libertad
En cualquier lugar y hora,
Sentirá qu'el flojo implora
Ocultando su opinión
Y escondido en el montón
Comentara por lo bajo
¡que pena que sea uruguayo
Y pida revolución!

Rebelde soy, si señor,
Consciente en mi rebeldía
Y estoy esperando el día
Que se transforme el cantor.
El pión, el agricultor,
El cañero y el matrero
Y juntos buscar lo nuestro
Por derecho y por sudor
Y hacer un mundo mejor
Estudiantes y maestros.

Al alcohol no lo utilice
Para decir sus verdades
Nunca diga necedades
Estudie bien lo que dice.
La discusión no la inicie
Mas bien prefiera cuerpiarla
Si está en ella y va a dejarla
Que sea en forma decorosa
Y si es fulera la cosa,
Aguante hasta terminarla.

Un cantor para saber
De la vida y de las cosas
Ha de leer muchas hojas
En el diario recorrer.
Pero el querer aprender
Requiere tiempo y paciencia
El sazonar la conciencia
No es moco'e pavo mi amigo,
La que le cortó el ombligo
Ya le daba independencia.

No empuje a nadie a la lucha
Si con él no va a luchar.
Es fácil aconsejar
Y que el otro sea el que sufra.
Su elocuencia será mucha
Y que triste cobardía
Es augurarles el día
De liberación cercana
Si el aguanta la picana
Cosa que usté no podría.

Cantor que cante salao
Siempre ha de ser perseguido
Su mensaje combatido
En este y en aquel lado
Mas no se olvide cuñao
De apretar fuerte los dientes
No se fije en el presente
Deduzca lo que vendrá
Y la razón brotará
Del fervor de nuestra gente.

Si alguno ofendí en mi canto
Con buena intención que me hable
Va a ver que mi pecho se abre
Para entender sus razones.
Su ofensa no la pregone
Masque bien esa galleta
Porque el hombre qu'es trompeta
Es mas pior que la babosa
Y es muy fulera la cosa
Reculándole en chancletas.

Y no le pido disculpas
Por el tiempo que canté
Nunca me arrodillaré
Porque soy de pocas pulgas.
Si me equivoco, es mi culpa
A naides pedí opinión,
Porque no soy cuzco rabón
P'atropellar contra el viento
Yo canto porque lo siento
Por algo nací cantor.

Alguno estará pensando
Que hablo solo por hablar ,
Ese.. Ese no me entenderá,
Si no me esta analizando,
O será del otro bando
Pues nunca ha usado alpargatas,
Pensará, ¡que lengua'e lata!
Ya me tenés aburrido,..
Pobre mozo, su lengua es un salpullido
De tanto lamber las patas.

Con esos nunca se ablande
Dele fuerte compañero
No son hombres, ¡¡¡son carneros!!!
Ni corre en sus venas sangre,
Están pa'l que pague y mande
Aunque sea matar su hermano
Son los que niegan la mano
Al caído que precisa
de guampa siempre aterrizan
y los comen ¡¡¡los gusanos!!!

lunes, 28 de abril de 2014

Fantasiando


(Pintura: Francisco Madero Marenco)

Taloniando los hijares
de mi “tresalbo lunanco”,
hago un galope del tranco
y lo embico pa’ sus lares.
Dende el puesto ‘e “Los Chañares”
y con el magín caldeao,
caigo a su fogón mentao
como yuyo ‘e camalote,
como pelota ‘e rebote
por no decirle mamao.

Más no por gaucho chanflón
me v’a ricular su mano
y al darle la mía, paisano,
¡choque, que va el corazón!
¡Malhaya, con el porrón,
que no le puedo arisquiar!
Porque ando con mi penar,
peludiándole a la mala;
¡zorzal que no arrastra el ala
y su destino es cantar!

Ansí arrocinao me truje
con mis arrestos camperos
donde cantan los boyeros,
hay vigüela y el güey muge;
quiero juyirle al embruje
de la que jue prienda flor
y gambetiarle a su amor
que me amarró, hablando en pesos,
al palenque de sus besos
como un ñudo potriador.

Matrera y de arresto bravo,
me tuvo con su donaire
igual que un clavel del aire
acoyarao a un guayabo,
pero gaucho al fin y al cabo
y aunque enredao a su pial,
me salí del chapatal
y quiero olvidar sus dones,
aunque tenga en cien porrones
que peludiarle a éste mal.

Me culebrió la emoción
en la fantasía del viaje
y le canté al aperaje
las cosas del corazón,
sobre ellos soñé mi don
bajo la luna emponchao
y sobre ellos he llorao
porqu’he sido pa’ los males
blando como los pajales
que han orillao el bañao.

Y aura, cumpa, en macho estilo
le brindo estas camperiadas
pa’l solar de sus patriadas,
pa’ su carreta y su asilo,
mis charamuscas le apilo
pa’ chamizo ‘e su fogón,
oro viejo, tradición
que irá en mi sangre metida
cuando en la güeya ‘e mi vida
se me empaque el corazón.

    (Ca. 4/1937)

viernes, 25 de abril de 2014

En un Oscuro.



Era un oscuro delgao
sin ninguna mancha blanca,
bonito de encuentro y anca
y de cruces levantaos;
naide lo había manoseao
desde el día en que dío un tirón,
quedó el oscuro capón
como quedan tantos otros
para pasar a ser potro
y más tarde redomón.

Miguel fue que, 'dicidido',
quien sin mucho cacareo
en el primer revoleo
le desparramó el torcido,
pegó el oscuro un ronquido
y como quien ha rodao,
quedó en el suelo estirao
pero con las manos juntas
de ahi sin darle más punta
lo sacamo'embozalao.

La clinera rebolcada
y el flequillo con abrojo
le tapaba los dos ojo'
como una venda colgada;
ida y triste la mirada
sin dejarse doblegar
no nos dejaba arrimar,
a lo puma atropellaba
y oliendo el suelo roncaba
como un toro pa pelear.

Después cuando de un picazo
mi compañero lo ató
y de arriba lo orejeó
pa salvar los manotazos,
yo entre echarle los pedazos
de mi cuerambre gastao
y al apretarle el bocao
como la cincha de un viaje
se quedó tiezo el salvaje
pero con el lomo arqueao.

Al cuero no se lo puse
porque andaba ejercitao
y en cuanto estuvo cinchao
de arriba le miré el tuce
y agigantando las luces
que Dios nos da sin fronteras
ni bien dende la esidera
lo largamo'al sabandija,
lo envolví por las berijas
con todita la sotera.

Pegó un salto y un quejido
y al tocarlo por el pico,
lo mesmo que a gurís chico
me entró a cimbrar afligido,
yo andaba medio ingreído
como jabalí grandote;
primero me echó al cogote,
después me corrió pa'trás,
y desde ahi no pude más
ni por Dios darle otro azote.

Y así después de un montón
corcovos alto' y colgao',
buscó el campo el disgraciao
gritando como un pichón;
cada salto un sacudón
bien en el aire me hacía
y cuando con valentía,
Miguel le cruzó el picazo,
si me dolían los brazos
mas un garrón me dolía.

Después ya más tironeao
y sobre las huellas crudas
me acostumbré por las dudas
a galopearlo trampeao
y aunque al sentirse taqueao
tuvimos otros desencuentros,
¡pronto daba vuelta adentro
para montarlo apurao
y salía con el bocao
tocándose los encuentros.

Lo hice de "en pelo" también,
y lo estrené en cien terrenos
como para no ser menos
que el oscuro de Pincén,
y la vez de que un tal Klen
me lo salió a negociar,
creyendo que lo iba a andar
se lo negocié nomás
por un zaino que jamás,
pude otro mejor montar.

Claro que no era el oscuro
de montarlo a rienda suelta
y aunque adentro daba vuelta,
no era pa lerdos seguro,
y el día que sin apuro
lo entregué por lo ya hablao,
era entuavía de bocao
y hasta he pensao sin doblez
que es muy capaz que se fue
sin ser caballo enfrenao.






Tropilla de yuntas




Ensilla el hombre un tostao
que como seña evidente
muestra la marca patente
porque está recién quemao.
Lo anda de rienda y bocao
a ese chuzo escarciador,
y otro tostao superior
viene un poco más atrás
molestando a los demás
por travieso y mordedor.

En la radiante mañana
pisando el trébol fresquito
con su tropilla al tranquito
viene Gregorio Maidana.
Cuando el gallo tocó diana
salió desde “Toldos Viejos”
y entre sus pingos parejos
-de escasamente seis años-
trae dos overos castaños
y una yunta de azulejos.

Pa’ que lo envidien algunos
como algo que gusta y brilla
trae Maidana en la tropilla
una yunta de lobunos.
Pa’ trabajar con vacunos
y floriarse en los corrales
esos pingos colosales
con sus encuentros macizos
hasta parecen mellizos
por lo que son tan iguales.

Pero lo más imponente
que en la tropilla se ve
es un flete pangaré
con un lucero en la frente.
Otro pangaré atrayente
lo empareja de inmediato,
y al alzar el vuelo un pato
pegando dos espantadas
quedan de orejas paradas
como pa’ hacerle un retrato.

La madrina es una oscura
que a su tranco acompasao
brinda el cencerro cuadrao
sus notas a la llanura.
Hasta su estampa y su altura
le dan aspecto precioso,
y el brillo del pelo hermoso
le presta su buena ayuda
pa’ que parezca una viuda
con su luto riguroso.

El hombre después esquiva
un charco de barro duro,
y sigue sin mucho apuro
pa’ el mismo rumbo que iba.
Tiende su mirada altiva
bajo el ala del sombrero
que le va formando alero
quitando al sol sus reflejos
y así se pierde a lo lejos
la figura de un campero.

miércoles, 23 de abril de 2014

El "Cruz Nevada"



Era un Gateado cruz nevada
medio zarco y desconfiao,
hijo de padre pintao
pero de madre gateada,
de crina entera y volcada
le caiban como dos gajos,
¡lindo animal pa'l trabajo!
de mirada un tanto altiva
bien cargadito de arriba
pero liviano de abajo.

Después de mucho soguearlo,
la tarde que lo ensillé,
tan cortito que lo saqué
que no hacía mas que chistearlo;
mi intención era domarlo
sin dejarlo corcovear,
y lo quería acostumbrar
si era posible, resalto,
a que no pegara un salto
jamás pensando voltear.

Al poco tiempo lo andaba
sin bozal y sin recao,
con las riendas y el bocao
pero siempre desconfiaba;
pa cualquier lao lo volcaba
sin tenerle que hacer seña,
y en las mañanas sureñas
cuando dispara el vientito
sabía galopear cortito
como quien manso se empeña.

Siempre recuerdo aquel día
¡linda tarde de verano!
que arriábamos con mi hermano
como 100 vacas con cría;
yo bien montao me reía
cuando alguna se cortaba
porque al punto las volcaba,
de un tirón hasta el rodeo
y el gateao sin sarandeo
cuando podía escarceaba.

Y al atropeyar confiao
dos terneros sin marcar
justito que fue a saltar
un piquillín mi montao,
quedó el cabresto enredao
en unos Chañares chicos
de la punta y clarifico
que al zafar como un ondazo
con la presilla de paso
le chicoteó el hocico.

Pego un ronquido fogoso,
como quien se desperaza
y se abrazó la cabeza
pa corcovear empeñoso
y yo que fui desde mozo
aficionao a los flete'
como pa que me respete
lo grité sobre la cancha
y le asenté un lonja ancha
como lo haría un jinete.

Pero éste en vez de achicarse
se agrandó sobre la senda
y se me vino en las riendas
como amagando a volearse;
pensé que habría que zafarse
pa no quedar de colchón
y como de muchachón
no fui tan rodilla suelta
al venirseme de vuelta
le aflojé como un chambón.

Pa´mi que tocó el suelo
con la cola en ese instante,
y de ahi picó pa 'delante
como quien prosigue el duelo.
Sentí de golpe recelo
sobre el lomo del sotreta
y lo mismo que a un maleta,
me desprendió del recao,
pa´largarme amontonao
como piojo en camiseta.

Y aunque fue grande el suelazo,
sobre unas toscas que había,
lo que más me consumía
era verme chambonazo.
Pensé que los años al paso
querían gastarme tambíen
porque antes por Nequechen
en esos trances apurao,
si no caibamos abrazaos
siguro le salia bien.

Volví a montarlo al gateao,
y salí pensando en pleno
que sería falta' d'estreno
por eso me había bajao;
desde esa vez asustado
quedó hasta en la montada
y un montón de corcoveadas
más le aguante por allí
hasta que un día lo vendí
con todita una yeguada.

Amaneciendo en La Pampa (Estilo)



Cada vez que por el este
se asoma limpio el lucero
y por huellas del pampero
la noche juye al oeste;
al enfocar el celeste
cielo, la luz bendecida,
se despiertan las guaridas
y en las playas con destreza:
el choique se despereza
sobre la pampa dormida.

Y en zonas donde el rocío
llora algún lejano amor,
parece un humo el vapor
sobre la cara del río.
Y entre silbo y pío-pío,
el campo alegre se viste
y frente a los ojos tristes
del horizonte en las lomas
baga en el aire un aroma
que solo en la Pampa existe.

Y entre relinchos matreros
de la potrada baguala,
el alba estira sus alas
pa despedirlo al lucero.
Balan toros y corderos
de donde el rodeo acampa
y desde el cerro a la zampa
el día avanzando va,
como anunciando que está
amaneciendo en la Pampa.

El regreso (Triunfo)



No me afloje mi bayo,
déle parejo
por el regreso.

M'empujan los recuerdos
a la querencia
de larga ausencia.

Me han besado los vientos,
¡quién lo diría!
cuando volvía.


Se acortan las distancias
y voy pensando
que vuelvo al pago.
Lailaralalaralaila...
qué vuelvo al pago
y ésto es halago.

Saludan mi regreso,
por los potreros,
algunos teros.

Chicotea el pañuelo,
contra la espalda
y el lazo el anca.

Juega con la coscoja
al ir llegando
mi viejo bayo.

Y al ver que ya me acerco
a mi pueblito,
pego éste grito...
Lairalalalalaila,
pego éste grito:
¡Soy de Arbolito!

Por el gatiau de Huenchul




Salú, paisano Huenchul,
que ha de’star preocupadazo
vaya primero, un abrazo,
más grande que’l cielo azul.
Paso a decirle, Saúl,
con abultada alegría
que de aquí en más no querría
verlo triste y preocupau,
porque le tengo el “gatiau”
que se le jue’l otro día.

En verdá, una pinturita,
hermoso pingo el “gatiau”,
hasta los vasos calzau
y de orejas chiquititas,
cabeza bien formadita
y en las riendas obediente,
vivaracho, inteligente…
lo entré a una yerra el domingo
y le aseguro, que al pingo,
le falta hablar solamente.

Usté, en el rastro encontrau,
notó que no se había juido…
pero no ha sido un bandido
el que se lo hubo llevau…
Se le sentó de apurau
el chico Claudio Maciel,
al decirle Don Fidel,
que su madre agonizaba
y a viva voz lo llamaba
para despedirse de él…

En tan grave circunstancia
de su “gatiau” se agenciaba,
porque su tropilla estaba
en el puesto de la estancia;
antes de acortar distancia,
en su ranchada llamó,
como usté no respondió
tal vez, por haber salido,
el pobre no había tenido
ni tiempo a pedírseló…

Llegó hasta el puesto pidiendo
que por favor lo ayudara…
y le ensillé el “malacara”
que le cambié al Coti Rendo;
noté al muchacho sufriendo
y no es pa’ menos el caso,
se despidió, apuradazo
y junto con su animal
también me dejó el bozal,
los dos cabrestos y el lazo.

Me dijo entre otras cuestiones
que en cuanto pueda, realmente,
él mismo, personalmente
le va a dar esplicaciones.
Como agarré vacaciones
-que buena falta me hacía-,
saldré de “Las 3 Marías”
con rumbo al Río Colorau
para llevarle el “gatiau”
que se le jué’l otro día…

La tabeada (Milonga)



Dividió la concurrencia
la tabeada y las cuadreras
que de una u otra manera
daba al gaucho complacencia
y entre empanadas y escancia
se puso en juego la taba,
que al pulpero autorizaba,
uno de la comandancia
con quien dividía ganancia
al final de la sudada

Nunca falta un busca vida
que por jugar desespera
y al que tira o al que espera
va en toda mano prendido,
en su suerte convencido
va dejando peso a peso
sigue a dos puntas el hueso,
quiere tirar sin pensar;
en todo juego ha de hallar
la trampa, el ratón y el queso.

-"¡Al que tira voy diez pesos!"
grité agarrando la taba
mientras cien ojos estaban
como colgados del hueso.
Iba a tirar cuando en eso
dijo una voz altanera:
-"¡Pago, yo voy al que espera!"
y la jugada se armó
tiré la taba y salió
de cu...rva de vuelta entera.

Murmuraban los de afuera
a los lados de la cancha
con voz entonada y ancha
al que tira o al que espera...
-"Yo me llamo Juan de afuera",
dije: "y corto por lo sano,
en mi juego soberano
naide se vide en el susto
y se la clavé a mi gusto
como puesta con la mano".

Murmuraban los de afuera
a los lados de la cancha
con voz entonada y ancha
al que tira o al que espera...

-"¡No pago por ver tirar!"
dijo el otro con razón,
busca tierra en el talón
unta la mano y se apronta,
cuando la taba remonta
el tiro calla la ronda
porque se ve que en la comba
se vuelca de tal manera
como una taba culera
y echa una clavada hedionda.

Y haciendo jugar la taba
con la mano en probación
se adelante otro varón
hasta la raya y se para
el brazo al tirar se envara
después la semi flexión
con que prepara el envión
y sale al aire impulsada
la taba que cae clavada
y grita: "¡Suerte!", el montón.

El tiro colmó mi anhelo
al ver la taba quietita
que ahi quedó bien pegadita
con la cara vuelta al cielo...
Rodó la plata en el suelo
que es redonda para eso
eché hacia atrás el pescuezo
y grité: "¡Pido disculpas!
también... a falta de pulpa
me se arreglar con un hueso..."




Mañanitas camperas (Milonga)



Mañanitas campesinas,
rubias como los trigales,
acuarelas matinales
 donde ensayan sus aprontes,
sobre los pechos del monte
 el canto de los zorzales.

Mañanitas campesinas
de nuestro medio rural
en donde el hombre mensual
hace patria sin horario
sacrificando un salario
por un bienestar social.

Mañanitas campesinas
del paisano y la paisana,
del hermano y de la hermana,
del abuelo y de la abuela
y del niño sin escuela
que es el hombre del mañana.

Mañanitas campesinas
de la china verdadera,
la que a su paisano espera
aguardando su regreso
con un sol en cada beso
y un amargo en la tranquera.

Mañanitas campesinas,
la madre naturaleza
disimulando pobreza
premió de fruto tu vientre
para que el amor encuentre
su santidad en cada mesa.

Mañanitas campesinas,
idioma azul del cencerro,
pampa, llanura y cerro
hablan de cabalgadura
como la inmortal figura
querida de Martín Fierro.


Como hizo Dios a la mujer


(Talla en madera policromada Siglo XVIII, arte novohispano)

Dicen los que han estudiao
que cuando el mundo formaba,
tanto el Señor trabajaba
que al sin se sintió cansao.
Al verlo así, aprovechao
como siempre Lucifer,
le dijo: "No puede ser
que se me canse el Señor";
y Dios pa bien del amor
hizo al hombre y la mujer.

Formó con tierra mojada,
algo así como un muñeco,
lo sopló, y al quedar seco
resultó carne rosada.
Clavó el Diablo la mirada
en lo que no podía créer
y Dios para hacerle ver
su cencia ¡qué maravilla!,
sacó al hombre una costilla
y de ella hizo a la mujer.

Rompió el güesito pelao
y formando un armazón
encerró allí el corazón,
más tierno y más delicao.
Le dijo al diablo asombrao;
aura traime muchas flores
de diferentes colores,
y cuando el diablo las trajo
hizo el cuerpo sin trabajos
llenándolo de primores.

Sacó a una estrella el fulgor
y se lo puso en los ojos;
y pa hacer sus labios rojos,
los pétalos de una flor.
Puso en ellos el temblor
del vuelo'e la mariposa,
le dió condición de diosa
por su bondá y su belleza.
¡Por eso es que cuando besa
resulta más deliciosa!.

Después que a estos seres hizo,
dijo al hombre que se juera,
junto con su compañera
pa'l jardín del paraíso.
Pero mandinga no quiso
dejar la bola correr
y afanoso por romper
la gran obra del Señor,
se hizo serpiente el traidor
y todo lo echó a perder.




miércoles, 9 de abril de 2014

En el auto




Bien sentao: la vista al frente,
y agarrao a la ruedita,
que está afirmada y lisita
y que obliga a ser prudente;
miráo por toda la gente,
como con almiración,
me hallaba en una ocasión,
en mi coche "voiturette"
anca redonda, paquete,
y lleno de relumbrón.

Con desconfianza miraba
porque era poco baquiano,
sin perderle ojo a la mano
que el rumbo me señalaba.
Y se hizo la cosa brava,
cuando sonó el gorgorito
medio enojao y cortito
con que manda el vigilante
que atropelle el manejante
sin tardanza y ligerito.

Le puse el cambio en primera,
y le hundí el "encerador",
dentró a roncar el motor
en segunda y en tercera.
Y como si poco juera,
la cuestión de manejar,
se me acomodó a la par
una moza pa estorbarme,
u tal vez pa convidarme
con ganas de disparar.

Y dentramos a correr
pero no atropellar,
a un viejo que iba a cruzar
y que no me pudo ver,
llegué el manubrio a torcer,
ladiando la dirección;
atropellé un ventanón
subiendo por la vedera
deshaciendo una vidriera
y me corrí hasta el salón.

Había quedao el suelo,
sembrao de cien golosinas
de tortas, de masas finas,
confites y caramelos.
Y jueron mis desconsuelos
ver las gomas desopladas;
las mujeres desmayadas,
el enojo del patrón...
¡Yo en esta situación
y en la pior de las guapiadas!

El mulato Guevara





Estanislao era en nombre,
de "apelativo": Guevara...
Llegó de'l lao del Tandil
pa'trabajar en la estancia
y era tranquilo, callao...
cumplidor, ¡sin una maña!

Bastante "mulato" el hombre
(tenía un barbijo en la cara)
y aunque vino pa'unos días,
cuanti más unas semanas...
despacio se aquerenció
y "echó raices..." en las casas.

Reservao ¡más de la cuenta!...
hablaba cuando le hablaban
y rara vez del pasado
alguna cosa contaba;
por eso de boca en boca
los comentarios pasaban...
."¿Será algún preso escapao...
o habrá peliao... y dispara...?
-Más bien yo diría que no,
pa' mí que tiene encerrada
alguna pena de amor
y vino aquí pa'olvidarla...
-¿O por ahí... debe una muerte
y no ha de querer pagarla...?
Si de balde no se lleva
un "benteveo en la cara..."

Vaya a saber qué misterio
dentro de su vida guardaba;
pero al ser buen compañero...
más derecho que una vara,
ninguno lo hacía a un lao
y su trato respetaban...
¡Y eran dos misterios juntos
su nombre y él... en la estancia!

Ayer... ensilló y se jué
¡a naides le dijo nada!...
pero pienso que esta vez
no ha de golver pa'las casas.
Tempranito dende el pueblo
le trajeron una carta...
y de entonces no habló más,
se jué sin decir palabra.
Y la pionada... decía:
-"¿Se le habrá muerto su mama...?
o... tal vez alguna deuda
que al "mulato" le reclaman...?
-¿quién te dice... que la moza
se ha arrepentido... y lo llama?"
Y siguen así opinando
sobre la vida'e Guevara!...
Y todos son comentarios
pero naides sabe nada.

Asígún ... dijo un resero
una tarde en "La Blanquiada"
... que supo haber conocido
una güelta,a un tal Guevara
que andaba juido del pago
por una pena machaza...

...Se había casao el hombre
vivía una vida honrada
y justo cuando la china
un gajo d'él le dejaba...
¡Dios se la llevó pa'l cielo
al mesmo tiempo'e ser mama.

Ayer... encontró un papel
la cocinera'e la estancia...
cuando jué a barrer la pieza
donde vive la peonada...
y como ella de leer
sabe poco o casi nada,
la llevó pa'l escritorio
donde el patrón se encontraba.
Y al repasarla sus "vistas"
se le ñubló la mirada.
Era letra de un gurí
(por ahí su primera carta...)
y al medir por la escritura
una agüela... le dictaba
y errándole a los renglones
decía: "Estanislao Guevara...
el que le escribe es su hijo,
siete años cumplo... mañana
y quisiera de regalo
ya que no tengo a mi mama
recibir pa mi "santo"
la visita de mi tata.

Y quedó mudo el patrón
con la mirada clavada
en aquél papel escrito
que entre sus manos... temblaba...
¡Hasta que alcanzó a decir
entre palabras cortadas...:
-"¡Con razón era "callao"
este... ¡Estanislao Guevara!".


(Pintura: Hugo D'Adderio)

Los brazos de un "Angelito"




El silencio voy a pedir,
para contar una historia
que quedará en la memoria,
de aquél que la sepa oir;
no se si voy a resistir
sin lagrimear este cuento,
nacío de un argumento
verídico que ha pasao
y si se quedan callao
se las dire al momento.

Tengo miedo al soltar
el verso que aquí despacho
le afloje el alma algun macho
y se largue a lloriquear,
yo tambien suelo llorar
cuando a veces lo repito
siempre lo digo a los gritos
para que aprendan los otros:
-"¡Entre domadas de potros
no deben andar muchachitos!".

Yo tuve un hijo que dí
lo mejor que a hay en mi ser
y tuve un gran padecer
el día que lo perdí;
fue una tarde que me fui
a recorrerlo al bañao
a mi hijo llevé a mi lao
en un Tobiano petiso;
volví arriando unos mestizos
que tenía de bocao.

Al dentrarlos pa'l corral
fui cerrando la tranquera
y a una Picasa Estrellera
le fui prendiendo el bozal,
luego fui a desensillar
pues que la noche se venía,
y el sol casi con agonía
despacio se venía ocultando,
yo me estaba preguntando
si saldría al otro día.

Al otro día al aclarar,
si era cosa de no creer,
amaneció pa llover
y empezaba a lloviznar.
A mi hijo fui a despertar
pues aun estaba dormido
como era consentido
y yo no ando con gambeta
ya le arrimé una galleta
y un jarro'e mate cocido.

Había parao de llover
y el solcito se asomaba
y estirando un lazo estaba
que a mi hijo había echo hacer...
¡Si hasta hoy no lo puedo creer!,
los dos fuimos pa'l corral
cuando empecé a rebolear
se lo volqué a un Ruano malo
y ya lo arrimé pa'l palo,
pa poderlo embozalar.

Por no atar el lazo fijo,
al muchacho lo llamé
y dos vueltas le pegué
por el palenque prolijo.
Le dije: -" Afirmese hijo
que yo embozalo al maldito",
cuando sentí un fuerte grito
que hasta hoy lo siento, paisano,
pegó la sentada el Ruano
y le cortó los brazitos.

Lo llevé corriendo al rancho
y la madre acongojada
se me cayó desmayada
al ver que sangraba tanto,
mi hijo casi a los llantos
me dijo casí a los gritos,
al mirarse pobrecito
la sangre que le emanaba:
-"¡No podré ayudarte en nada,
ya no tengo mis brazitos!"...

Cuando en el campo uno vive,
no hay hospital que esté abierto
porque es igual al desierto
allí nada se consigue ...
Me quedé al lado del pibe
unas tres horas pasaron,
la Madre a la disparada
sin creer lo que pasó;
cuando a mi hijo le agarró
una fiebre que volaba.

A treinta leguas estaba,
el pueblito "El Ruiseñor"
ande se hayaba el Doctor
que todo solucionaba,
una esperanza quedaba
y sin pensar me largué
treinta leguas galopié
y al encontrarlo al Doctor,
le he comentao el horror
que esa mañana pasé.

Converse con el Doctor
le conté lo que ocurría,
me dijo:  "¡ Pronto enseguida
le voy a calmar el dolor!".
-"¡Pero apurese Doctor
que estoy desesperao,
mucha fiebre ha levantao,
debe ser por el desgarro
y allí en el medio del barro
sus dos brazitos han quedao!".

Salimos más que ligero
y al pisar mi tranquera
mi mujer estaba afuera
sentaba abajo del alero...
Sus ojos como un lucero
de lágrimas empapaos
con un tono acongojao
me dijo entre voz cortada :
"Ya no pueden hacer nada,
nuestro hijo se ha marchao".

Solo tenía diez años
y por delante una vida
por el dolor de su herida
hoy a mis ojos empaño;
si vieran cuánto lo extraño,
cuando salgo pal bañao,
siempre llevo a mi costao
a su Tobiano petiso
pa creerme que mi hijo
va conmigo aquí a mi lao.

lunes, 7 de abril de 2014

José Hernández



Cuando cae la noche de la pampa
sobre las crines de los pajonales
y  las vigüelas tejen la vidala,
el silencio es tu barba, José Hernández.

Cuando crece a lo lejos la tormenta
y  el trébol se eetremece con el aire,
galopa el trueno su malón redondo
y la luz es tu verbo, José Hernández.

No hay rumbo del silencio que no cubra
tu Martín Fierro, entre nuestro gauchaje;
y donde se desenfunda una guitarra
tus versos la fecundan , José Hernández.

No hay ranchito en que no arda tu poesía
cuando se yapa el vino con la sangre
y hay que aventar a la pena respirando
tu corazón de pueblo, José Hernández.

Y en la boca de cada peón de campo,
con gusto a corazón insobornable,
el grito vivirá con tus palabras
porque eres Martín Fierro, José Hernández.

Porque siempre templaste el instrumento
para expresar el alma del gauchaje
poniéndole palabras al silencio de tu pueblo,
en él vives José Hernández.

Y cuando la violencia o la injusticia
metan sus sanguijuelas insaciables,
alzará con tu voz el horizonte
un malón de guitarras populares,
y sercá cada criollo un Martín Fierro
y nuestra rebeldía, José Hernández.

Casi un refalón (Salmo criollo: 72/73)



1
¡Buenazo es Dios con los rectos,
los de limpio corazón!
Pero... casi un refalón
por poco no me he pegado
por mirar a los malvados
y juzgar su situación.

2
Para ellos no hay día fulero:
están fornidos y sanos;
la plaga, roya o gusano
no les ataca el cultivo:
por eso son tan altivos
y desprecian al paisano.

3
Revientan de puro gordos
y tienen muchas ideas,
insultan y fantasean
provocando a todo el mundo:
su saber es tan profundo
que de todo lengüetean.

4
Y el pobre, que es ignorante,
traga nomás el anzuelo.
Ellos hablan contra el cielo
y dicen: "Dios no se entera",
y... opinando a su manera,
alambran leguas de suelo.

5
Me dije entonces con rabia:
"¡Pa qué diablos ser honesto!".
¿No es al ñudo todo esto
si al final de la jornada
uno se queda sin nada
y hasta le quitan el puesto?

6
Pero pensando me dije;
"No tengo que hablar así;
algún misterio hay aquí".
Y aunque es cosa peliaguda,
de tanto rumiar mi duda,
al final lo comprendí.

7
Dejalos nomás que engorden...
van camino al matadero.
Un día viene el carguero
y despiertan en la feria.
Allí aguarda la miseria...
y la estaca para el cuero.

8
Cuando mordía mi rabia
sin poderme sofrenar,
la verdad que estuve mal
y que nada comprendía:
¡Que la cosa se me hacía
como el palenque al bagual!

9
Pero ahora que comprendo
y sé que soy de tu agrado,
me mantengo sosegado
y confío en tus proyectos
que fueron siempre correctos
y me llevan a buen lado.

10
Si sos Vos quien va conmigo
¿qué me importa lo demás?
El deseo va detrás
de lo que ama el corazón.
Sólo Dios es mi porción
que no he de perder jamás.

11
El que se aleja se pierde
si no vuelve a la majada.
Pa mí ya no quiero nada
sino el estar junto a Dios
y cantar en la oración
rumbiando pa su  morada.

domingo, 6 de abril de 2014

Ni más ni menos (Milonga)



Nunca m´he creído más que otro,
Tampoco menos que naide,
No lo tomen como alarde
Que no soy echao p´atrás,
Que todo hombre qu´es capaz
No gasta saliva en balde,
Y aunque de colmillo grande...
- Y perdonen este tono -
Cuando a mí me pica el lomo
Uñas tengo pa´rascarme.

Mírenme por cualquier lao
No me quito ni me doy,
rubión así como soy
Algunas me han codiceao,
Tal vez al verme callao,
Han de pensar que soy mudo,
Pero sé apretar el ñudo
De a poquito y muy prudente...
Estando el horno caliente
Yo nunca saco el pan crudo.

------------------------------
*
Lo que en antes aprendí
es saber que tengo ahora
más golpeao que boleadoras
en la vida me curtí.
No porque me vean ansí
me han de arrear con alpargata
que muchos son pura lata
y se las llevan muy fijas,
pero pa’ echar a verijas
hay que afirmarse en las patas.

------------------------------------
*(estrofa faltante)

Me ha tocao entrar a un baile
Y echarle el ojo a una prienda,
Sin preguntar quién arrienda
El campo de sus amores.
Y nunca juí de los piores
Pa´ elegir una potranca,
Y en menos que un gallo canta
Sacarle un, "sí", de respuesta,
Y en lo mejor de la fiesta
Salir con la china en ancas.

Así soy, ni más ni menos
Y no es eso pretensión,
Por propia equivocación
Perdono el error ajeno.
Algunas veces me quemo
Por avivar otras brasas,
Mas cuando el invierno arrasa
El hombre apriende y se asienta...
La llama que más calienta
Es la que uno tiene en casa.
_______________________________

Gracias don Omar R.Delfino por tan gaucho aporte!!

Rumbos - Reselos de viejo



(Pintura: Eleodoro Marenco)


Nas'el hombre, y es clavao,
que al naser, nase su estreya,
y ha de seguir por la güeya
qu'el Destino le ha trasáo.
Su rumbo ya está marcáo,
anque agarre otro camino,
y no habrá poder divino,
ni mano que tenga juersa,
pá qu'en el aire la tuersa
a la taba del Destino.

A veses, tuitas se asiertan,
y a veses, tuitas se yerran.
Mal hasen los que s'emperran
en la mala, y no resiertan.
Los hombres que se dispiertan
al golpe de lo fatal,
han de ver que pá su mal
difísilmente hay rimedio,
"porqu'el que nase pá medio
nunca v'a yegar a rial".
.................................
.................................
Cuando en noches escurasas
la ladrona comadreja
de su guarida se aleja
y va rumbo'e las casas,
dejuro en unas gordasas
gayinas, piensa sin yerro.
Y a lo mejor en el fierro
de un facón se v'a ensartar
o va derecho a "espichar"
entre los dientes de un perro.

De su rancho sale un crioyo
con rumbo a la pulpería,
y ¡aijuna! quién le diría
qu'ese es el rumbo del hoyo!
Se le presienta un embroyo;
atropeya, pega un grito;
¡como ansina estaba escrito
ayí nomás yeva el tumbo!
y ahí tienen ¡canejo! el rumbo
cambiáo en un momentito.

Ansina tuito ha de ser,
no hay güenos ni malos rumbos;
hay levantes y derrumbos
que tienen que aconteser.
El hombre no deb'e crer
más qu'en la fatalidá,
que al rumbiar p'ande uno vá
el Destino manda y juega:
si no ha de yegar, no yega,
si ha de yegar, yegará.

Munchas veses ¡si es sonsera!
siguiend'un rumbo claváo,
el Destino me ha volcáo
"como carreta en ladera".
¡Que la suerte traisionera
me ha lesionáo con eseso!
y nada estraño, por eso,
si atrás de un rumbo sertero,
¡cuántas ves, y en cuánt'ujero,
cuasi me quiebro el pescueso!

¡Cuántas veses, la ilusión
-creyend'una cosa sierta-
"como verdolaga en güerta"
cundió por mi corasón!
Msa no faltó serrasón
que me ñublara el destino.
Y ansina un gaucho de tino,
baquianaso y rumbiador,
pierd'el rumbo a lo mejor
y se queda en el camino.

Lo qu'en antes claro vía,
hoy lo miro con más calma.
¡Si en el cuerpo y en el alma
tengo marcas entuavía!
El rumbo'e la casa mía
es mi rumbo más querido;
pero siempre ando alvertido
anque por mis pagos ande,
qu'es como paloma grande
el viejo Santos Garrido.

jueves, 3 de abril de 2014

Por las Islas y los jinetes




Aunque ando medio pobrón,
años que vengo remando,
hoy cuando estaban pagando
una changa en el galpón;
sentí un enorme alegrón
mientras lo iba contando,
cuando estaba terminando
y redondeando la cuenta
vi en un billete de cincuenta
a un paisano jineteando.


Del otro lao, las Malvinas
como emblema natural
ese tesoro austral
de la gran patria Argentina,
se me formo una neblina,
me quede tartamudeando,
es cierto estaba llorando
no me avergüenzo en decirlo
vi a un zurdo pegando un chirlo
a un overo, jineteando.


Como un homenaje al pingo
que nació pa reservao
el hombre va bien sentao
pa que conozcan los gringo',
por eso es que lo distingo
ya que no estaba soñando
si hasta me crei que cuando...
tuve la plata en mi mano
era mi padre el paisano
de la foto jineteando.


El que diseñó el billete
veo no viene colao
a sus ancestros a honrao
seguro fueron jinetes;
es la historia que arremete
la guerra que fue matando
a esos héroes que luchando
defendieron las Malvinas
y la cultura Argentina
se la honra jineteando.


Pagué la cuenta al pulpero
otras deudas que tenia
pero al billete ese día
me lo guarde compañero
pienso que el gaucho Rivero
sintió que lo estan honrando
y mientras sigo mirando
una emoción me domina:
veo de un lado las Malvinas
y al dorso uno jineteando...



Mala yerba

(Pintura: Rodolfo Ramos)


1
Volvía de noche lloviendo
en dirección pa’ las casa’
con un temporal de frente
de agua, que Dios mandaba;
pa’ pior, que medio culeco
había arrancao la mañana,
yo pensé pa’ mis adentros
“será de poca importancia”.
Se m’hizo largo el camino
y llegué a mi rancho agatas.
2
Desensillé como pude
a mi “gatiao malacara”
y dentré a llevar pa’dentro
de una por una mis guascas,
que esa noche como nunca
se me hacían más pesadas;
apenas largué “el gatiao”
lo sentí que relinchaba
demientras que la madrina
buscó el reparo’e las casa’.
3
Aunque ariscón pa’l dotor
igual que’l finao mi Tata
no me quedó más remedio
que hacerme achurar la panza,
¡bendita sea la cencia!
pensé después en la cama
cuando de a poco mis males
sentí que me abandonaban,
dice un refrán “que no mueren
ni se pierden yerbas malas”.
4
Cerca el rancho, mi tropilla
la veo siempre rodiada,
se les ha crecido el tuse
y están de ranillas largas,
es señal de que a su dueño
anduvo un tiempo en la mala,
la verdá, pa’ que decir
está un poco abandonada
y hace un tiempo que no ensillo
a mi “gatiao malacara”.
5
El otro día, despacito
les pegué una rasquetiada
y tengo que desvasarlos
que también les hace falta,
pero no puedo agacharme
ni pa’lcanzar la alpargata
y aunque me dijo el dotor
que no haga juerza pa’ nada
¡no se han de morir chapinos
en cuanto me den las tabas!
6
Si alguno afloja una mano
o renguea de una pata,
las curas son muy sencillas
cuando el hombre se da mañana,
si se trata de hormigueros
o porque diablos se manca,
siendo un paisano prolijo
que de su astucia hace gala,
no deja morir su pingo
por cosas sin importancia.
7
Una “tropilla de amigos”
en tan bravas circunstancias
me tienen siempre rodiao
como a la “overa rosada”,
sin tener mucha querencia
se han atracao pa’ las casa’,
otros relinchan de lejos
porque me sienten y estrañan
mientra’engordan los alzao
que andan de cola parada.
8
Pero no ha de ser pa’ tanto
que dure mi mala racha,
un tropezón no es caída
pa’ los criollos de mi laya;
saldré de nuevo al camino
con mi tropilla entablada,
sanitos y bien tusaos
y bien sobadas mis guascas,
me gusta ser precavido

…cuando las huellas son largas.



Del tiempo de los reseros



(Foto: Eduardo Amorim)













Iban entrando al paraje

de la estancia “La Florida”
por una calle tendida
de muy bonito paisaje;
serio los hombre’n el viaje
gritándole al cola fina
y al tranquiar de la madrina
con el tañir del cencerro,
alborotaban los perros
de algunas casas vecinas.

“-Vaya a charquiar la paleta
(dijo el capataz Mauricio)
de pasada alce los vicio’
que están en esa maleta;
va a ser mejor que le meta
y vaya prendiendo fuego
que nosotros vamos luego,
tengo que acortar el tranco
porque van dos toros mancos,
si los apuro… no llego.”

Una legua galopió
más o meno’aquel resero
y al puesto del caminero
al poco rato llegó,
ni bien las manos golpió
lo invitaron a pasar,
dijo: “-Vengo a molestar
si no es ningún compromiso,
quiero que me den permiso,
traigo carne para asar.”

Iban tejiendo amistá
achicando las distancias
arriando pa’ las estancias
o rumbo a Vivoratá;
reseros y capataz
compartían un buen mate
y mientra’el fuego se bate
con la llama que no apaga
comentan de Madariaga
que estuvo lindo el remate.

Las vacas amontonadas
no se ven por esa senda,
en los camiones de hacienda
ahora viajan enjauladas,
de esa forma transportadas
a cualquier punto se van,
pero esos hombres no están
marchando por los praderas,
solo queda la tapera
de don Salvador Luján.

Doña Inocencia



(Pintura: Cleto Ciocchini)

1
Una ve’stuve apurao
en un puesto’e los Ayala
cuando le arrastraba el ala
a la chica’e los Aldao;
entre ojos me había tomao
la madre de’sa mi china,
y una vez que’n la cocina
yo estaba junto a mi ñata
¡cuasi me ruempe una pata
con un palo’e sina-sina!
2
Se vinieron varios piones,
entre ellos venía Romero
que’ramos muy compañeros
en destintas ucasiones;
“-No me gustan los matones!
-les gritó con valentía-
esto va por cuenta mía
y el gasto lo pago yo”,
ella mesma me curó
y es mi suegra de’se dia.
3
Es una china güenaza
pero… difícil de arriar
y eso les puede contar
“El Pampa” don Juan Barraza.
Una vez llegó a su casa
buscando un potrillo overo
que “El Pampa” -medio cuatrero-
se lo negó, y pa’ tal caso
se desmontó de un “picazo”
sin más armas que’l talero.
4
Le dijo: “-Atrás del galpón
está el potrillo que busco”
y le dio un guascazo al cusco
que le toriaba el garrón;
“El Pampa” sacó el facón
y quiso atajarle el paso,
y del primer talerazo
le hizo perder el cuchillo,
dispués se trajo el potrillo
apariao con el “picazo”.
5
Otra vez a un tal Molina
por causa de unos terneros
le pegó un susto tan fiero
que se ganó en la cocina;
y aunque era güeña vecina
-en esto tenía su fama-
asigún contaba mama
que de noche acostao
tenía el rebenque colgao
en la perilla’e la cama.
6
Jamás pelió sin razón
y donde quiera que andaba
la gente la respetaba
como sin juese un varón,
y en más de una ocasión
siendo tan güeña, por eso,
galopiaba de esprofeso
como chico a los mandao,
pa’ curar un empachao
sin cobrar jamás un peso.
7
Su esposo Zenón Aldao
campero como los talas
que’n la estancia’e los Ayala
jue domador muy mentao,
al pialarla de volcao
a una yegua puerta’juera
se resintió en la cadera
pero ella, con todo esmero,
le galopió unos overos
de un tal Nemesio Contrera.
8
Su nombre, Inocencia Lara,
con mas años que el empacho,
se crió catorce muchachos
sin otra que la ayudara,
por su hija menor, la Clara,
esa vez cuasi me achura;
hoy se ha’chicao su figura,
está viejona y enclenque
¡pero aun maneja el rebenque
con habilidá y soltura!