miércoles, 30 de mayo de 2012

Del tiempo de la maroma

(Pintura: Carlos Montefusco)

Yo conocí de pichón
cerca de Divisadero
a un tal Venancio Lucero
(un viejito setentón).
Sabio en la conversación
sobre cosas del pasao,
hombre de campo, educao,
sereno como agua'e pozo
y que por sus años mozos
supo ser muy bien montao.

Contaba de aquellos días
interesantes pasajes,
cuando todo el paisanaje
habilidades lucía,
y como él también tenía
recuerdos de sus proezas,
refrescando su cabeza
mientras pitaba un "Brasil"
iba encendiendo el candil
del tiempo que no regresa.

Y me sabía decir
-hablando cosas camperas-
de aquellas fiestas primeras
donde a él le gustó lucir,
que era un orgullo subir
cuando se hacía una doma
y no era'e jugarle a broma
por más que uno lo practique,
de un corral de palo a pique
largarse de la maroma.

Me contaba que una vez
galopió más de diez leguas
por jinetearle unas yeguas
a un tal Deolindo Jerez,
hombre que supo ser juez
en el pueblo'e Lobería
y que una estancia tenía
muy cerca del Quequén Chico
y que habiendo sido rico
el juego... lo fundiría.

Mas volvamos al asunto
de aquellas yeguas del caso,
después de andar con el lazo
don Jerez, que hoy es difunto
le dijo: "Yo las rejunto
desde el canal para afuera
y al encarar la tranquera,
me gustaría, Lucero...
que se le tire primero
a aquella que's zaina overa.

Calculo que ese animal
tenía unos cinco años
midiendo por el tamaño
y su instinto tan brutal.
De todas las del corral
que andaban a las gambetas,
esa era la más inquieta,
y ande me gritó: "se asoma"...
yo la esperé en la maroma
con las patas como horqueta.

Me le caí... propiamente
con el cuerpo acomodao
justo en la cruz, bien sentao
pa'peliar como la gente.
Y aún lo tengo presente
-la cosa fue en un momento-
crucé con la lonja el viento,
se la asenté en la paleta
y empezó aquella sotreta
a mostrar su sufrimiento.

Resopló y pegó un bufido
al clavarles las lloronas
y ensayó otras intentonas
para dejarme tendido.
Se hizo un arco retorcido,
se abalanzó largo trecho,
después se limpió en el pecho
la espuma'e las carretillas
y yo... como en una silla
iba en el lomo... derecho.

Y así la anduve aquél día,
primero la zaina overa,
después, la rosilla qu'era
yegua de muy mala cría.
Y terminé la porfía
con una cebruna clara
y una mora malacara
que me salió trabajosa,
porque de puro mañosa
se me sentó... ande montara.

Y las horas... se pasaba
recordando tiempos idos,
aquel hombre que no olvido
y que tan lindo me hablaba.
Era un gaucho que contaba
cosas que han quedado lejos,
cuando el criollo era parejo
para los lujos camperos,
y cuando nada extranjero
nos frunciera el entrecejo.

Los recuerdos fueron tantos
de aquél Venancio Lucero
que cuando los entrevero
cobran renovado encanto...
Quien sabe en qué Campo Santo
estará su sepultura,
aunque a mí se me figura
cuando el recuerdo se asoma
que lo veo en la maroma
alardeando... su bravura.

(Pintura: Molina Campos)

Con todo el rollo

(Pintura: Eleodoro Marenco)

Porque dentré al reñidero
viá probar mis espolones
me gustan las ocasiones
cuando hay gallos verdaderos,
yo siempre me juego entero
cuando cantando es el lance,
no me aflijo si en el trance
hay famosos payadores,
porque en este páis, señores,
donde hay yeguas potros nacen.

Y ya que he gritado flor
en la primer orejiada
trataré que’n la jugada
no me vean perdedor;
yo respeto al que’s mejor
sin medir mis intereses
y si hay que cuidar reveses
probarme es lo que yo quiero
ya que’l que pega primero
siempre ha pegado dos veces.

No es que me sienta confiao
ni que de vicio me agrande
pero donde quiera que ande
me han de encontrar bien plantao.
Pa’ defender lo que he hablao
con la guitarra me alcanza
y si me sobra confianza
será porque adentro siento,
que pulsando el instrumento
se me hace que’s una lanza.

Yo no soy percal barato
que lo achica el aguacero,
si saco el lazo aparcero
es porque hay rollo pa’ rato,
y aunque a veces me desato
medio porfiao y ladino
es culpa de mi destino
que no sabe de aflojada,
cuando en cualquiera trenzada
hay que cantar lo argentino.

Don Pancho y doña Pancha


Tenía un rancho don Pancho
y doña Pancha una chancha;
tenía un rancho doña Pancha
y don Pancho tenía un chancho.
Don Pancho vivía muy ancho
y doña Pancha muy ancha.
La chancha tenía una mancha
y otra mancha tenía el chancho.

En el maizal de don Pancho,
como formando avalancha,
con su cría entró la chancha
y al oir gritar un carancho,
salió don Pancho del rancho
y vió la chancha muy ancha;
y fue a lo de doña Pancha
a contarle el zafarrancho.

En un matungo deshecho
don Pancho como una flecha,
por una senda derecha
que corría por un repecho,
se fue corriendo derecho,
como quien corre y repecha,
a decirle a esa deshecha
lo que la chancha había hecho.

Llegó y le dijo: -"La pucha
"su chancha pelos morochos,
"como si fueran biscochos,
"todos los choclos me embucha.
"Paciencia no tengo mucha
"ni soy de esos viejos chochos:
"para el cuadro de los mochos
"le voy a pasar la cucha.

"¿Se cree usted vieja vizcacha
"que mi maizal todo es cancha
"para que coma muy ancha
"su chancha de oreja gacha"?
Y componiendo la facha
le contestó doña Pancha:
-"Si usted me mata la chancha
no le presto más el hacha.

"Mi chancha no es un carpincho
"y usted no tiene derecho
"a matarla en un acecho.
"¡Qué se cree viejo quirquincho!"
Y doña Pancha en el quincho
seguía hablando sobre el hecho
cuando el matungo deshecho
pegó un tremendo relincho.

-"Yo a sus lechones flacuchos"
dijo don Pancho, el muy bicho
"les echaré mi pichicho
"y en vez de gastar cartuchos
"en matar animaluchos
"y a su chancha, como he dicho,
"la he de matar por capricho
"en vez de matar bichuchos."

Ella era de esas morochas
que hay más malas que las chinches
y andan siempre con berrinches.
Y habló: -"No soy de las chochas
"camine por otras trochas,
"no grite ni haga bochinches
"que no está con sus compinches
"aquí jugando a las bochas.

"No me importa lo que ha dicho
"de mis lechones flacuchos,
"ni que mate animaluchos;
"yo le echo, yendo a capricho,
"mi pichicha a su pichicho
"y tengo, aunque no son muchos,
"también algunos cartuchos
"si quiero matar un bicho".

-"A corcovear no se agache
"que no es la playa tan ancha
-dijo don Pancho, con cancha:
"yo cortaré este remache;
mi perro pelo azabache
le doy si me dá la chancha."
Y respondió doña Pancha:
-"No acepto este cambalache.

"Usted no corta ni pincha
"conmigo ni agarra piches
"como lo hace en los boliches
"donde sólo usted relincha."
Y él le dijo:-"¿porqué se hincha?
"No soy de esos cocoliches
"que compran y venden chiches
"y andan buscando pichincha.

"Yo no sé de jotas ni haches,
"bien sabe usted, doña Pancha.
"Pero ya que ni con cancha
"se cortan estos remaches
"puede ir a vivir muy ancha
"a mi rancho usted y su chancha
"con todos sus cachibaches.

"Yo ya empiezo a sentir chucho
"porque la vejez me acecha,
"y aunque todavía la mecha
"de mi vida enciende un pucho
"yo, doña Pancha, hace mucho
"que estoy solo y a la fecha
"preciso una mujer hecha
"para alegrar mi casucho.

"Tengo una vaca que un tacho
"me da llenito de leche
"para que usted la aproveche
"si quiere criar algún guacho.
"También tengo un corral macho
"que aunque un mancarrón lo peche
"no es fácil que al suelo lo eche.
"Tiene palos de quebracho.

"Tengo un caballo de pecho
"que se lo compré a don Juancho
"y además tendré en mi rancho
"maíz si es que algo cosecho
"y lo pondré sobre el techo
"para su chancha y mi chancho
"y algún asado hasta el gancho
"también se hacer, porque lo he hecho".

Arrojó el amor su flecha
de doña Pancha en el pecho
y le rodó un largo trecho
una lágrima deshecha.
Y arreglándose una mecha
quedó mirando al repecho.
Y don Pancho, satisfecho
tomó la senda derecha.

Después de estos entredihos
el casamiento fue un hecho
y allá cerca del repecho
viven con todos sus bichos.
Don Pancho ya sin caprichos
hizo con ella aquél trecho
trayéndola en su deshecho
con todos los bichos dichos.

Doña Pancha engordó mucho
como nunca está rechoncha.
La vida no le hace roncha,
don Pancho vive muy trucho.
Siempre anda chicando un pucho
si churrasquea se emponcha
y serrucha leña y troncha
con el hacha y el serrucho.

Carta a mi amigo


Carta a mi amigo Andrés Eduardo Gromas

De los meses el menor
ya de su fin en el borde,
en el campo e Errecaborde
año del Libertador.
Después de poner Señor
pongo Andrés Eduardo Gromas
que aunque no estoy para bromas
el humor no pierdo al ñudo
te mando aquí mi saludo
perdoná puntos y comas.

Hace ya cerca de un mes
que sacando papa estoy
y pa la ciudá no voy
ni me escapo dos por tres,
por eso te escribo Andrés
con el fin de relatarte
u más o menos contarte
lo que aquí va sucedido
porque hasta aura no he podido
ni llegar a saludarte.

Hemos hecho una contrata
y aunque es nada más que un pucho
si uno se deja estar mucho
el asunto se dilata,
y el que quiera ganar plata
cuando por tanto trabaja,
como pronto el sol se baja,
no se ha de quedar dormido
y andar a tranco tendido
si quiere sacar ventaja.

Damos madrugones tales
que hay que prender el farol
y cuando aparece el sol
pòr las puertas orientales
ya a esa hora a los animales
se les ha asentao el pelo
y ya ha comenzado el duelo
del maquinista y nosotros
que ata chuzos como potros
con las colas por el suelo.

Aunque a veces se descansa
un rato pa resoyar,
si nos dejamos estar
la máquina nos alcanza.
Si rinde, poco se avanza
con las maletas cargadas
y los otros camaradas
pronto encima se nos vienen;
si vieras cómo me tienen
las hormigas coloradas.

Aunque hace tiempo que me ando
en campamentos y carpas
a dormir en las cacharpas
ya me estoy acostumbrando,
es lindo de vez en cuando
vivir un tiempo a potrero.
Resulta que cocinero
no se pudo conseguir,
y a veces me toca dir
a hacer de comer primero.

En la carpa en donde acampo,
enciendo un fuego infernal
y un puchero colosal
hago en llegando del campo.
Todo junto allí le zampo:
la carne, el agua y la papa;
después le pongo la tapa
y está hecho en cinco minutos,
en estos trabajos brutos
todo se hace de una etapa.

Y ya después que almorzamos
entre bromas y chacotas
nos esperan las gaviotas
y pa la melga agarramos.
La cincha nos colocamos
y empezamos enseguida;
suavizongo de movida
damos algunas güeltitas,
juntando algunas papitas
pa ir trabajando la comida.

Después que el sol se ha dentrao
en un horzonte que arde
cuando agoniza la tarde,
y la jornada'a acabao,
si alguno viene cansao
niinguno se muestra flojo
nos brilla el blando del ojo
que es la única parte clara
pues traimos negra la cara
con la tierra del rastrojo.

Mientras la noche carnea
la vaca del horizonte
noto en el cercano monte
que ya ni un ave gorjea.
Lejos un perro torea
y contemplo a la oración
peyiscar un mancarrón,
sobre un palo una lechuza,
explorando la extensión.

Pa la cena hacemos guiso
cuando no se hace estofao,
ahí lo hacemos apurao
entre todos, de improviso,
y en un banquito
me siento mientras mataeo
y enconteces ya está hecho el fideo.

"A comer" grita un paisano,
y, como ninguno arrolla,
ya enderezamos pa l'olla
con los platos en la mano.
Ya busca algún veterano
de las doce alguna presa
u para ajuera enderieza
quien primero se ha servido.
YO ya soy un convencido
que el esuelo es la mejor mesa.

De vez en cuando un churrasco
se hace pa diferenciar
y pal garguero mojar
no suele faltar el frasco,
al que nadie le tiene asco,
porque empieza el "sirvase"
"No, primero tome usté
y güenos, el trabajo obliga
vos sabés que la fatiga
es hermana de la sed.

Ya nos va quedando poco,
la lucha ha sido continua.
Entre el abrojo y la quinua
me han tenido medio loco.
Y te diré que tampoco
ando bien de una paleta
es que tirar la maleta
no es comida pero enyena
aunque es una changa güena
una campaña completa.

Es ley pal que nace pobre
tener que agachar el lomo.
De otra manera no hay como
siendo honrao, ganar un cobre
no es porque el tiempo me sobre
que he destapao el tintero.
¿Es que a cáido un aguacero
que trabajar nos impide.
Y con esto se despido
de vos, tu amigo

Luis Berho.

domingo, 27 de mayo de 2012

El ave solitaria



"Si hemos de salvar o no
de esto naides nos responde.
Derecho ande el sol se esconde
tierra adentro hay que tirar;
algún día hemos de llegar…
después sabremos adónde"

Mas Dios ha de permitir
que esto llegue a mejorar,
pero se ha de recordar
para hacer bien el trabajo,
que el fuego, pa calentar,
debe ir siempre por abajo.

Y guarden estas palabras
que les digo al terminar:
en mi obra he de continuar
hasta dárselás concluida,
si el ingenio o si la vida
no me llegan a faltar.

Y si la vida me falta,
ténganló todos por cierto,
que el gaucho, hasta en el desierto,
sentirá en tal ocasión
tristeza en el corazón
al saber que yo estoy muerto.

Pues son mis dichas desdichas,
las de todos mis hermanos;
ellos guardarán ufanos
en su corazón mi historia;
me tendrán en su memoria
para siempre mis paisanos."

.....................................

"Martín Fierro, el ave solitaria"
Película: año 2006
Director: Gerardo Vallejos
Actor "Martín Fierro" = Juan Palomino

viernes, 25 de mayo de 2012

El sol del 25 (Gato)



Ya el sol del veinticinco
viene asomando...
Ya el sol del veinticinco
viene asomando...
Y su luz en el Plata
va reflejando...
y su luz en el Plata
va reflejando...

¡Oigo! Ya lo anuncia la voz del cañón.
Icemos al tope nuestro pabellón...

Y las campanas
mezclan sus alborotos
al de las dianas...

¡Viva la Patria!, se oye
y el clamoreo...
¡Viva la Patria!, se oye
y el clamoreo...
Y nos entra en la sangre
cierto hormigueo...
y nos entra en la sangre
cierto hormigueo...

Al pueblo, al gauchaje
hace el entusiasmo
temblar de coraje.

Y hasta parece
que la estatua 'e Belgrano
se estremeciese...

Al blanco y al celeste
de tu bandera...
contempla victoriosa la cordillera...
contempla victoriosa la cordillera...

... Pa' traerte laureles cruzaron los Andes
San Martín, Las Heras, Soler y otros grandes...
Y ya paisanos... ¡fueron libres los pueblos americanos!

Floreos para jineteada


No lo vaya a chacotear
si es que aprecia su persona,
hágale andar la llorona
y el rebenque hágale andar,
ni se le ocurra soguear
que el pingo es muy entrañudo,
muéstresele corajudo
que donde le erre el azote
le puede quedar grandote
como bozal de peludo.


Búsquele de primeriar
que sino es tiempo perdido,
un pingo mal elegido
acostumbrao a voltear,
se sabe desesperar
por mandar hombres al suelo
con encimera o en pelo
igual le sabe gustar
más goloso pa corcovear
que chico pa'l caramelo.

Paisano no va a aflojar
mire que ese pingo es malo
y ande lo suelten del palo
se va a empezar a abrazar.
Es cuestión de no sogiar
y entrarle a bajar la mano,
es mañero y veterano
muy poquitos lo han andao
y son muchos los que ha tirao
como colchón de gitano.

Paisano le voy a avisar
que es malo ese mancarrón,
ya ha mostrao su condición
y no sabe de aflojar;
busque siempre de llevar
las orejas como guía
o la cruz yo le diría
si se hace arco el reservao
para no andar extraviao
como perro en romería.

No le afloje compañero
que ese pingo es peligroso
es de lomo resfalozo
y dicen que es remañero,
busque de sobarle el cuero
que es famoso y volteador
si usted le afloja el rigor
y él desarrolla su maña
lo va a tener como araña
cuando ha llegao el pintor.


¡Ojo! a ese pingo paisano
salga bien acomodao
que lleva muchos bajao
por astuto y veterano.
Usted es jinete y baquiano
pero si hace una aflojada
va a ser dura la trensada
se va a levantar muy alto
y le va a pegar más salto
que tero en agua escarchada.

Al hombre que se ha caído
se debe aplaudir bien fuerte
a veces es mala suerte
y otras veces un descuido.
Si cae es por que ha subido
y lo sacó castigando
y las piernas levantando
en busca de premio y fama,
cuántas veces de la cama
yo me supe caer soñando.

Qué lindo es ver trabajar
también a los palenqueros,
encacharpar los mañeros
que ya tienen que montar,
en la ronda embozalar
el que acarrea abrindo paso
y salvando en más de un caso
al público, al montador
un astuto apadrinador
sacando bajo del brazo.

Aquí me pongo a cantar



Aquí me pongo a cantar
al compás de la vigüela,
que el hombre que lo desvela
una pena estrordinaria,
como la ave solitaria
con el cantar se consuela.

Cantando me he de morir,
cantando me han de enterrar,
y cantando he de llegar
al pié del Eterno Padre-
dende el vientre de mi madre
vine a este mundo a cantar.

.................................
"La vuelta de MartinFierro"
Película año 1974.
Director: Enrique Dawi
Actor "Martín Fierro" = Horacio Guaraní
Argentina SonoFilm.

Rosa Leyes, el indio (Vidalita)


Qué más da que yo le cante, vidalita,
si se quedó en el camino,
siempre de tosca y abrojos, vidalita,
Don Rosa Leyes, el indio.

Fumaba siempre la pipa, vidalita,
que le regaló el destino.
El era amigo de todos, vidalita,
y nunca tuvo un amigo.

Aunque inocentes, a veces,vidalita,
qué malos somos de niños.
Nos burlábamos, me acuerdo, vidalita,
de Rosa Leyes, el indio.

Le quitaron el caballo, vidalita,
mucho antes de haber nacido
y fue arriero de su vida, vidalita,
de a pie, como un peregrino.

Porque él era de otra raza, vidalita,
que el hombre blanco no quiso
que galopara la pampa, vidalita,
como Dios lo había previsto.

Un día se fue despacio, vidalita,
como abrazando al olvido.
Con un poco de tabaco, vidalita,
y una limosna de vino.

No hubo ni llanto ni duelo, vidalita,
por Rosa Leyes, el indio.
Su muerte, toda la vida, vidalita,
se la fue llorando él mismo.

Por eso qué mas da que yo le cante
si se quedó en el camino,
siempre de tosca y de abrojo
don Rosa Leyes, el indio.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Leñita de vaca


Ya que los puebleros no valoran nada
que no tenga brillo, ni lujo, ni encanto,
quiero demostrarles que hay cosas sencillas
que en ciertos momentos se valoran tanto.
.........................................
Leñita de vaca, que en esos inviernos
que bajó la nieve pa blanquiar mi rancho
te miré sin verte mientras esperabas
que alguno precise pedirte una mano.
¡Y las cosas llegan como llega todo!
La disgracia quiso visitar mi pago
y una mala noche la encontré a mi mama,
con una fatiga que s'estaba augando.
El dotor me dijo qu'era pulmonía;
me mandó unos frascos
y además me dijo que las cataplasmas
eran necesarias pa curar su daño.
¡Y ahi jue la de a peso! Si en aquél invierno
ya no me quedaban ni yerba ni marlos...
Yo agarré pal campo buscando algún yuyo
-sin mucha esperanza de poder ayarlo-,
cuando una bostita muy seca y muy chata
pareció decirme: "¿Dónde vas, muchacho?
¿No ves que yo sirvo pa encender un fuego?
¡Parece mentira que jueras del campo!"
Pensando en mi mama, qu'estaba tan cáida,
me las fui juntando; las cargué en mis brazos...
¡Y mi mama vive! ¡Vive todavía!
¡Por eso, bostita, te quiero y te canto!


Boyerito

(Foto de la película "Don Segundo Sombra")


Gauchito de pocas pilchas
hecho a dormir en el suelo,
sin más almohada que el basto,
sin más colchón que los lienzos,
ni más calor que el calor
que a veces le dan los perros.
A la edad en que otros niños
se divierten en sus juegos
este gauchito ya sabe
cómo se para un rodeo,
cómo se ajusta una cincha,
cómo se piala un ternero.
A la edad en que otros niños,
la mente llena de sueños,
creen en las hadas amigas
que velan siempre por ellos,
él se enfrentó con la vida
para ganar quince pesos
y aliviar a los suyos
con una boca de menos.
Chiquilín que a los diez años
tiene costumbres de viejo
y hasta monologa a veces
mientras desvira unos tientos.
Pichón de gaucho, curtido
por los azotes del viento
y el azote de otras cosas
con que se va endureciendo.
Incapaz de una aflojada,
es duro en el sufrimiento
y se agranda ante el dolor
"ojalá se esté muriendo".
Lo mismo, cuando el patrón
injusto le pega un reto
se queda mirando fijo
mientras se muerde en silencio
para cerrarle las puertas
al toro que lleva adentro.
Chiquilín que nunca vio
ni a media legua un colegio,
¡qué bien dibujo la "O"
revoleando el lazo abierto!
¡Y qué bien hace el palote
cuando el azote certero
sobre las ancas vacunas
deja la marca entre el pelo!
Gauchito madrugador
desayunado a luceros,
si no fuera por tus gritos
chicoteando a todos vientos,
el campo, que es remolón,
habría seguido durmiendo...

Guitarra desolada


Me llora el corazón de la madera,
las cuerdas del revés, se me adelgazan,
no está el abrazo zurdo en mi cintura,
ni su mirada pícara y paisana.

Se fue pero no pudo consultarme,
por lo callado y gris que me dejaba,
la tierra con su canto pudo mas,
que yo, guitarra novia del cantor.

Soy guitarra, pero ya sin alegrías,
solo canto por cantar, y llorar
las penas mias, sin llorar.
Soy guitarra desolada y sin arriero
pero adentro me quedó
ese acento milonguero de su voz.

Los cielos de la pampa y los de afuera,
nos vieron galopando las distancias.
Él siempre con su atado cancionero,
y yo enancada al filo de su espalda.

Que lindo si una noche de copleros,
viniera cerro abajo y me robara.
Del sur del clavijero me alzará,
y al provinciano abrazo volveré.

Soy guitarra pero ya sin alegrias,
solo canto por cantar,
y llorar las penas mias sin llorar,
Soy guitarra desolada y sin arriero,
pero adentro me quedó
ese acento milonguero de su voz.

Cardo

(Foto: Alejandra Cruz)

De todos los pagos voy siguiendo huellas,
pa' que me conduzcan en noches serenas,
hacia el mismo cielo, a bajar estrellas,
pa' poner rodajas a mis nazarenas.

Yo no uso guitarra colgada a los tientos,
llevo seis colores de aurora temprana,
pero pongo siempre lo mismo que el viento:
una serenata en cada ventana.

Voy cruzando pampas sin mis horizontes,
son las dos orejas de mi parejero,
y si en el camino se atraviesa el monte,
le cumplo visitas al zorzal parlero.

Y pa' mi defensa le puse fe al brazo,
pero siempre y cuando sea sin ventaja,
jamás abrió herida en llegao el caso,
no me gustan cosas que al hombre rebajan.

Yo también soy brisa y yo se que al nardo
la virgen lo quiere por ser flor divina,
¡ah, malhaya!, nunca se convierta en cardo,
pa' que nunca sepa lo que es una espina.

Voy cruzando pampa confiado en mi suerte,
soy pompón de cardo que volando pasa.
Pero si apretado quedara en un brete,
seré la agonía de toda una raza.

De todos los pagos voy siguiendo huellas,
pa' que me conduzcan en noches serenas,
hacia el mismo cielo, a bajar estrellas,
pa' poner rodajas a mis nazarenas.

Yo no uso guitarra colgada a los tientos,
llevo seis colores de aurora temprana,
pero pongo siempre lo mismo que el viento:
una serenata en cada ventana.

Gaviotas

(Gaviotas Capucho Café -"Larus maculipennis"- por Hernán Tolosa)

Mi gaviota amiga,
mi amiguita blanca,
¡qué alegre trabajo
cuando me acompañas!
Y en tanto el arado
incansable traza
esos paralelos
de mis esperanzas,
contemplo tu vuelo
y escucho tu charla,
que es canto al trabajo
y es pan para el alma.
Por eso contemplo
todas las mañanas
el azul del cielo
que al irte surcaras,
buscando el saludo
que me hacen tus alas.
Mi gaviota amiga,
mi amiguita blanca,
¡qué triste me siento
cuando tú me faltas!
El surco parece más hondo, más negro.
Me parecen las horas ¡más largas!
... Y mientras la reja del aburrimiento
traza un surco profundo en mi alma,
pienso en tus desdenes, mi gaviota amiga,
y una gran tristeza siento que me embarga.
No sigues mi arado porque yo te quiero;
te interesa el surco y el insecto que hallas.
Mi gaviota amiga,
mi amiguita blanca,
¡qué alegre trabajo
cuando me acompañas!
¡Miénteme cariño!
¡Miénteme tu charla!
¡Miénteme el saludo
que me traen tus alas,
pero en pos de otro
labrador, no vayas!




Payada

(Pintura: Molina Campos)


Especial para el diario: "La Prensa"-23/VII/61.-

1.Aquí me pongo a cantar
lo que me dicta la sangre.

2.La sangre es la tinta roja
y el tintero el corazón.

1.El corazón es la achura
en donde late la vida.

2.La vida es lo más preciado
que Dios al hombre le dió.

1.Le dió la vida, es verdad:
con orden de devolverla.

2.Devolverla lo más limpia
es misión del hombre bueno.

1.Hombre bueno es aquél hombre
que ama a sus semejantes.

2.Semejantes son los seres
que lucen los mismos rasgos.

1.Los mismos rasgos admiten
diferencias abultadas.

2.Abultadas son aquellas
cosas que ocupan un sitio.

1.Un sitio ocupan también
las cosas que ve la mente.

2. La mente ve aquellas cosas
que no se ven con los ojos.

1.Los ojos ven todo aquello
que tiene forma o color.

2.Color azul tiene el cielo
y el sol tiene color luz.

1.La luz la tienen los hombres
en el ver y en el pensar.

2.El pensar es luz que al hombre
sirve para ver a Dios.

Tierra querida (Zamba)


Una voz bella,¡quién la tuviera!,
para cantarte toda la vida,
pero mi estrella me dio este acento,
y así te siento, tierra querida.

Como un guijarro que se despeña,
rueda mi copla, sueño y herida.
Yo soy arisco, como tus breñas,
y así te canto, tierra querida.


Andaré por los cerros,
selvas y pampas, toda la vida,
arrimándole coplas
a tu esperanza, tierra querida.
Arrimándole coplas
a tu esperanza, tierra querida.

Me dan sus fuegos, cálidos zondas,
me dan sus fuerzas, bravos pamperos,
y en el misterio de las quebradas,
vaga la sombra, de mis abuelos.

Lunas me vieron por esos cerros,
y en las llanuras anochecidas,
buscando el alma de tu paisaje,
para cantarte, tierra querida.

Andaré por los cerros,
selvas y pampas, toda la vida,
arrimándole coplas
a tu esperanza, tierra querida.
......................................

Recordando otro aniversario de su última entrega...

Payada de contrapunto

(Pintura: Molina Campos)

1.
Aquí me pongo a cantar
lo que me brota del alma.

2.
Alma tiene el hombre bueno,
y el que no, es un desalmado.

1.
Desalmado es el pulpero
porque bautiza la caña.

2.
La caña que se bautiza
huele a pozo más que a iglesia.

1.
La iglesia suele ser pozo
donde se apoza la cencia.

2.
La cencia nunca se apoza
porque anda de mente en mente.

1.
Demente es el hombre loco
a quien le falta el baquiano.

2.
Baquiano es el que trabuca
las palabras como usté.

1.
Usté sabe que en las cuartas
sólo se enriedan los bueyes.

2.
Los bueyes que más se enriedan
son los que trabajan más.

1.
Y más -pa escrebirlo pronto-
se escribe haciendo cruz.

2.
Cruz se le pone a los muertos
para que vayan al cielo.

1.
Al cielo no van los muertos
porque lo que va es el alma.

2.
El alma es lo que perdura
cuando la vida se acaba.

1.
Y se acaba esta payada
porque mentamos el alma,
y el alma fue la palabra
principio del contrapunto.

2.
Y ya que el punto nombró
pongamos punto final,
que ansí se payaba enantes,
cuando era un lujo el payar.

Mi contrato en un canal

(Foto: Eduardo Rocha)

Cansao de las jineteadas
y de esas peñas pobronas
donde van pocas personas
y son muy mal cotizadas,
o de llevar mis verseadas
a alguna audición radial;
a mi arte tradicional
consideraba barato
y me hablaron de un contrato
en un famoso canal...

Un inglés me vino a ver
que me habían recomendao
y aunque medio atravesao
al final se hizo entender:
-"Yo explicaré a usted que hacer
enseguida llevaré
a criollo yo tener fe
si conmigo trabajar,
pronto contrato firmar
en canal que yo compré".

Yo ya me veía codiao
de las más grandes estrellas
que las mujeres más bellas
estarían a mi lao,
de plata y fama rodeao
y al preguntar: "¿Dónde está?",
al decirme: "Queda acá",
comprendí la confusión:
no era televisión
sino en el Paraná.

Me dijo: "Querer más ancha
la canal y algo más hondo
así no tocando fondo
cuando yo dentrar con lancha;
después acá haciendo cancha
de golf, que llegue hasta orilla,
sembrando cesped y gramilla,
dejar costa rellenada
dejando rastrillo, asada,
la pala y la carretilla".

Y mantenido a pescao,
comido por los mosquitos
sólo a humo los malditos
los aparto de mi lao.
¡Cuántas noches no he cenao
y me tocó dormir mal,
el susto de un temporal
por la crecido o el viento
pero hoy les muestro contento
mi contrato en un canal.

Yo canto

(Dibujo: N. Freytes)

Yo canto en cualquier momento
sin elegir el ambiente
canto donde me presente
porque siempre he sido atento;
no ando con retenimiento
para demostrar quien soy;
si donde cantando estoy
alguno me hace un desprecio
pago con el mismo precio
levanto el poncho y me voy!

Mientras siga caminando
en yunta con mi destino
a cada lao del camino
me van a encontrar cantando;
sólo Dios sabe hasta cuando
ha de durar mi rodaje;
de un paraje a otro paraje
cantaré por Tradición:
mi escenario es un fogón
y mi auditorio el gauchaje.

No se han de cortar las cuerdas
de mi guitarra andariega
que pronto conmigo brega
por las glorias que recuerda;
pasarán las horas lerdas
como circundando un sueño;
yo seguiré con mi empeño
por donde debe seguir
hasta que vaya a morir
allá en mis campos sureños!

Cuando haya crecido el pasto,
si alguien conmigo tropieza
encontrarán mi cabeza
haciendo almohada en los bastos,
exento de todo gasto
y libre de sepultura,
los cuervos de la llanura
han de chaquiar mi osamenta
porque siempre tuve en cuenta
que pa ellos no hay carne dura!

Allá será la final
de mi cuerpo y mi guitarra
bajo las feroces garras
del carnicero animal;
mi overo en el pajonal,
correrá la misma suerte
cuando le llegue la muerte
en el momento postrero
tendrá que entregar el cuero
aunque quiera hacerse el fuerte!

De menos nos hizo Dios:
nacemos para morirse;
ni pensarlo ni afligirse
ya que nos vamos los dos!
¡Pobre overo!... yo con vos
no hemos respetado arroyo;
cruzamos ríos y escollos
con la hacienda más salvaje
tu guapeza y tu coraje
mostró tu raza de criollo!

(Dibujo: Tito Saubidet)

El Salao (Relato)

(Foto: Eduardo Amorim)

1
Áhi tiene sobre’l fogón
ese mate, échele yerba:
en mi rancho se conserva
algo de la tradición:
dele un soplido al tizón
que dure’l agua caliente;
ponga leña suficiente,
áhi tiene un tarro con grasas
que’n cuanto se hagan las brasas
pondremos algo pa’l diente.
2
Acaricie ese porrón
de ginebra marca “Llave”;
vaya tratándolo suave
que nos aguante’l tirón,
que’n cuanto la cerrazón
medio se haya despejao
después de’char un bocao
le meteremos los cueros;
usté póngale al “overo”
yo le pondré al “colorao”.
3
Sabe Don que la niblina
se ha estendido con grandeza
y se ha puesto más espesa
que’l humo de la cocina;
usté lleve la madrina
yo atracaré a los baguales;
al pasar los totorales
se abre un claro en el arroyo
donde le llaman los criollos
“el paso de los juncales”.
4
Largue la yegua, no baje
si el agua bordea la orilla;
por detrás de la tropilla
los pingos harán coraje;
reserve’l poncho pa’l viaje
y aprete bien el sombrero
dele riendas al “overo”
que se atraque al “colorao”
¡mi flete es como pescao
pa’ las aguas, aparcero!
5
Sabe que’staba crecido
por suerte sin correntada;
son aguas de la cañada
por lo tanto que ha llovido;
si no lo dejó en olvido
usté ha de tráir el porrón;
bebamos con discreción
para dirnos calentando
y aura entremos galopando,
ya se ha ido la cerrazón.
6
Adrián Sosa y Justo Agüero
con rumbo pa’l Saladillo
van cruzando “Los Cerrillos”
de los campos de Terrero:
dos criollos de sello entero
capaces de cualquier cosa
que si valiente era Sosa
también lo era el gaucho Justo
¡capaz de peliar de gusto
con la mazorca de Rosas!
7
Muchas leguas galopiaron
a lo largo de aquel día
y otras tantas faltarían
a donde nunca llegaron;
era de noche y toparon
con el viejo río Salao
que’staba de lao a lao,
sin bajada y sin barranca
¡que hasta los pastos arranca
cuando se alza encorrentao!
8
Si es bravo el Samborombón
que tanta gente ha llevao
el viejo río Salao
tiene entrañas de dragón
pero la gran decisión
de los gauchos argentinos
por adelantar camino
y por ser demás valientes…
se los llevó la corriente
con triste y fatal destino.
9
Cuenta después un baquiano
botero de’sa pasada
y que tiene la morada
en un barrancón cercano,
que sintió gritos humanos
que venían del Salao
y con un tono apurao
que debía ser de Agüero
que decía: “¡Atraque’l “overo”
cerquita a mi “colorao”!”
10
Tristeza y desolación,
angustia, temor y pena
causa la terrible esena
de la desesperación;
y al cerrarse la oración
que’l cielo en estrellas brilla
dicen que de orilla a orilla
cada vez que está crecido
se siente’l triste sonido
de un cencerro sin tropilla.
11
Alguno con devoción
en el nombre de Jesús
ha colocado una cruz
junto al pie de un albardón;
bien cabe la presunción
que duermen en una fosa;
hay una planta frondosa
de respetable espinillo
¡memoria de “Los Cerrillos”
de Don Juan Manuel de Rosas!
............................



Pd: ¡Gracias don Carlos Raúl Risso por mandarme la "varilla" faltante!

Este suceso, dicen que fue real, aconteció en 1914.


(Tomado de la revista "El Caballo" de junio de 1958).



martes, 22 de mayo de 2012

El gateao viejo



Acuclinao junto a una mata'e paja,
que hacía chiflar enfurecido el viento,
dándole el anca a la garuga helada,
y entumido de frío hasta los huesos,
hallé aquel crudo atardecer de Junio,
al pobre gatiao viejo.

Lo habían largao allí pa que muriera,
flaco, sin fuerza ya cansao y hambriento,
en un camino que'ra puro barro,
y ande no iba encontrar ni un pasto seco,
y lo que es peor, solito,
frente al rigor del despiadado invierno.

Al cruzarme con él, sus tristes ojos,
apagados por el tiempo,
me miraron de un modo cuasi humano,
y un relincho que a cuasi fuese un ruego,
se le escapó por entre los dientres tronchos,
y me punzó como una espina el pecho.

Entonces yo me le allegué despacio,
le hablé como se le habla a un compañero,
le palmié, las costillas,
que por poco aujeriaban ya el pellejo,
y acabé por llevarmelo de tiro,
atándole una soga en el pescuezo.

Ahora lo tengo en el galpón del rancho,
repartiendose el maíz con mi azulejo,
abrigao y durmiendo en cama'e pasto,
como si fuese un pingo parejero,
y aunque es viejaso el pobre,
pa mi que no lo basurié este invierno.

Con sus años pa nada habrá de servirme,
aunque engorde y empeleche en buen tiempo,
pero eso a mi, nada me importa,
pués no lo traje pa sacar provecho.

Y estoy pagao de sobra con la forma que el me mira,
cuando le proseo...

Andariega triste

(Pintura: Pablo Uriburu)

Andariega triste,
pasiandera empolvada,
contale a este paisano cuál jué el gaucho
que te dejó tan pálida...

¡Cómo lo habrás querido, zonza vieja,
al desagradecido que te dejó una noche
por seguir una estreya!

Luna,
hembra que presumís de linda
y t'empolvás la cara;
muchachita
que no quiere empolvarse los cachetes
y se ha quedao sin novio por confiada...

Hoy han cambiao los tiempos, gúena moza del cielo
y pa pialar cariños hay que aguantar las gracias...
¡Si lo sabrá este gaucho!

Me gustás redondita y serena,
güevito'e tortuga, monedita'e plata;
me gustás si te hacés herradura
que algún pingo perdió por los cielos
y que nunca volvió pa calzarla...
¿Te acordás de mi linda chinita,
de aqueya Graciela
que al bordear el arroyo me hayaba?
¿Te acordás cuando vos, pa burlarte
nos yenabas de plata la cara?
¿Cuando yo le pedí a la gaviota
que su página en blanco emprestara
pa escribir en el pecho su nombre
y un ¡te quiero pa siempre! en sus alas...?
¿Cuando yo, pa probarte de abajo
lo que puede subir la Esperanza,
le pedí, porque vi que era güena,
que bien alto, bien alto volara...?

Eso era antes, en tiempos dichosos;
hoy, escaso de amores y plata,
con tu pena acoyaro la mía,
pasiandera de luz solitaria...

Andariega tan pálida y tísica,
no tapés con las nubes tu cara;
perdoname lo zonzo que he sido,
¡disculpá mi amargura, muchacha...!

Quisiera escrebirte (Valseao)


Quisiera escrebirte,
pero tengo pena,
porque sé que un pobre
papel borroneao
no hay tener la juerza
de hacer que se dueble
tu capricho ’e fierro
o hacer que se ruempa.

Quisiera escrebirte
que te quiero mucho,
que sé que sos buena,
que te he soñao mía,
que me hey sentío tuyo
pa’ la vida entera.

Quisiera escrebirte,
la mano me tiembla,
y por la ventana
de mis ojos mansos
se salen pa’ juera
como disparando
del fuego ’e mi sangre
lágrimas que queman.

Quisiera escrebirte,
pero tengo pena
de largarla a solas
con sus arrebatos
y con sus tristezas
a esta carta mía,
pedacito ’e mi alma,
que golpie en tu puerta.

Quisiera escrebirte,
pero me asujetan
la garra ’e la pena
y una voz del viento,
dispacio me sueplan:
«No mandís la carta
que si la reciben
es para reírse de ella".

No mandís la carta
que si se dan cuenta
que va en esa carta
un pedazo ’e tu alma
llorando de pena,
la dejan que siga,
que siga golpeando la puerta».

Ave María Purísima

(Pintura: Rodolfo Ramos)

Con su permiso, patrón,
para dentrar a su casa.
Yo soy criollo de raza,
no quise pasar sin verla;
antes de dirme del pago
sin hacerle un visitón,
digo, si es de su atención,
y yo creo merecerla.

¡Ave María Purísima!
pido al dentrar yo, patrona,
usté es muy buena persona
y permiso no ha'e negar:
caminé como dos horas
pero al fin di con su rancho
que, como nido'e carancho,
yo me he venido a dentrar.

En otro tiempo, patrona,
también me supe portar
y en la guitarra cantar
de mi patria su reflejo...
Hoy no sirvo ya pa nada,
están mis fuerzas caídas
y los golpes de la vida
están sobre el gaucho viejo.

Para bailar un malambo,
un triunfo, una chacarera,
siempre he sido bastonero,
pero ya como un enclenque
se está mi cuerpo doblando
y gracias que caminando
vine aquí como un pueblero.

Dios guarde a las buenas mozas
d'esta reunión hechicera,
¡qué lindas son las puebleras
de este pago tan mentao!
¡Chá, si no fuera tan viejo
les diría una cosa linda
a éstas que, como una guinda,
en mi alma se han dentrao.

¡Adiós, hermoso jardín
donde abundan tantas flores!
¡Adiós, flor de mis amores,
te he de llevar hasta el fin!
¡Adiós rayo de ilusión
que sólo brinda el reflejo,
hoy te lleva el criollo viejo
dentro de su corazón!...

Al hombre que pasó

(Pintura: Miguel Ángel Gasparini)

Símbolo pampeano y hombre verdadero.
Generoso guerrero,
amor, coraje,
¡Salvaje!

Gaucho, por decir mejor.
Ropaje suelto de viento,
protagonista de un cuento
vencedor.

Corazón
de afirmación.
Voluntad
de lealtad.
Cuerpo «morrudo» de hombría,
peregrina correría
que va tranqueando los llanos,
con la vida entre las manos
potentes de valentía.
Vagabunda rebeldía.
Carne de orgullo y destreza,
alma que tiene corteza,
pues no hay viento
ni lamento,
que penetre en su rudeza,
ni doble, de su cabeza,
la arremangada fiereza.

En su melena asoleada,
que va de luz revolcada,
a la oración,
flotando está una intención.

Quiso libertad; la tuvo
y en su batallar, no hubo
quien le impusiera derrota.
Su sangre, gota por gota
demostró que era ilusoria,
para otros la victoria,
y escribió roja su historia.
Pero hoy el gaucho, vencido,
galopando hacia el olvido,
se perdió.
Su triste ánima en pena
se fue, una noche serena,
y en la cruz del Sur, clavado,
como despojo sagrado,
lo he yo.

(Pintura: Miguel Ángel Gasparini)

Canción agreste (Milongón)

(Pintura: Mariana Sandes)

Lindo es el primer albor
que viene anunciando el día
y tras de la serranía
repunta el astro mayor,
todo cambia de color
dándole el sol sus reflejos
y se distingue, a lo lejos,
de los campos el verdor.

Canta el pájaro primero
anunciando la mañana,
y en tanto la hacienda ufana
pastorea en el potrero,
el grito del teru-tero
se escucha desde la loma
y mientras el sol asoma
suelta su trino el jilguero.

Y cuando el sol ha llegao
dando luz, amor y vida,
de aquella región dormida
tuito el mundo ha despertao,
el criollaje preparao
para su quehacer temprano
y es lindo ver por el llano,
en movimiento, el ganao.

La tremenda algarabía
se escucha de trinos suaves
que del monte dan las aves
como saludando el día,
y allá por la lejanía
como visiones secretas
van cargadas las carretas
cruzando la pampa mía.



¿Me perdonás, gurisa?

(Pintura: Federico Reilly)


Yo sé que andás haciéndome gambeta
lo mesmo que potranca,
pa ver si es que m'enriedo,
gurisa, en esa tranca.

Ulojio me lo dijo l'otro día
que andabas muy arisca con tu gaucho,
porque le yevé flores a la Ufrasia
esa vez que nos juimos pa'l barranco.

Y si el potro'e tus celos corcobea
tené cuidau, velay, con la rodada;
los celos son traidores
y dientran puñaladas en el alma.

Si juimos pa'l baranco, ¿qué hay con eso?
Ufrasia es una amiga
y en cambio vos, chirusa,
sos una lucesita pa mi vida.

Dispués... ¿Pa qué negarlo?
Me palenquió el deseo y al besarla
sentí que unos tisones
ardían en mi alma.

Y la tuve pialada entre mis brazos
un ratito nomás, pero en'ansina,
mi alma emocionada
pensaba en vos, mi vida.

Si he pecau con besar a la chirusa
decíselo a este viento mañanero,
que no quiso dijar sobre mi frente
el beso del ricuerdo.

Perdoname, velay, la travesura;
el poncho'e la pasión me cubrió un rato
y olvidate, canejo,
que a Ufrasia la he besau en el barranco.

El calzonciyo cribao


Al hayarme en el pueblao
entre la gente pueblera,
con mi guitarra campera
recordaré mi pasao,
porque siempre que he cantao
las glorias del patriotismo
recordé con mi crioyismo
mi calzonciyo cribao.

Hasta en la pampa ha cambiao
de vestimenta el gauchaje,
usando el famoso traje
que aquí llaman entayao,
poco a poco ha terminao
lo leal por la fantasía
y el tiempo que yo lucía
mi calzonciyo cribao.

Aquél vaioso recao
engarzao en plata pura
también hayó sepoltura,
el progreso lo ha boliao
sin que el chiripá bordao
se escapase de sus garras
y se yore en mi guitarra
mi calzonciyo cribao.

El amargo y el asao,
lo mismo el gauchaje canto,
los ha cubierto ese manto
que se le yama olvidao
y sólo a mí me ha quedao,
en la memoria presente,
como una yesca luciente
mi calzonciyo cribao.

Del chambergo no ha quedao
ni para herencia el barbijo,
porque de un hilo prolijo
va el sombrero al saco atao;
la bota'e cuerto sobao
que con espuelas se usaba
murió cuando terminaba
mi calzonciyo cribao.

Caballito criollo

(Dibujo: Diaz Mathé)

Caballito criollo que en la Independencia
sacudiste airoso encrespada crin
y con un relincho de rara elocuencia
te diste a la empresa del gran San Martín.

¡Caballito gaucho de inmortal aliento!
Te vieron mis pampas cruzar la llanura
llevando el empuje soberbio del viento
que te dio la gloria de beber alturas.

¡Caballito guapo que allá en la contienda
pusiste en la carga... tanto corazón,
que mordiendo el freno por pedir más rienda
te encontró la bala que escupió el cañón!

Caballito criollo que la cordillera
sobre sus picachos te sintió pasar
envuelto en los pliegues de nuestra bandera
pintada en los trazos de la inmensidad.
...........................................
¡Qué bien te has ganado, caballito guapo,
las estrofas de oro que escribió Roldán!


(Dibujo: Diaz Mathé)

Charqueando



Para aquellos que no sepan
qué quiere decir "charqueando",
aclaro que es el recurso
pobre, de algunos paisanos
que se meten de jinetes
siendo flojitos pal basto.
Y apenitas el bagual
se agacha y pega dos saltos
pierden toda su apostura,
quedan desacomodados
y se agarran al apero
para evitar el porrazo.
Y a mi me pasa lo mismo;
pensaba anotarme un tanto
creyendo que domar versos
no es cosa que dé trabajo.
Y ya metido en el baile,
no se extrañen si me aguanto,
ya "que no ha nacido el potro
que me revuelque en el pasto".
(Disimulen, aparceros;
no digan que voy charqueando).

Cardo azul


Cardo azul que en la campaña
vistes de lujo la escena,
entre la agreste verbena
que circunda la espadaña,
la peperina acompaña
con su perfumada flor,
y, el piquillín seductor
muestra su fruto rojizo,
mientras respalda ese hechizo
el suave trébol de olor.

Cuando en las tardes calladas
del estío campechano,
surges airoso del llano
con tus flores azuladas,
sos, cardal, la pincelada
que adornando el escenario
luces el albor primario
con que la pampa engalana
la presencia soberana
de tu estampa de corsario.

Más de una vez contemplé,
(placer del alma y los ojos…),
a tus flores cual manojo
que del cielo imaginé,
a tal punto que saqué
clara reflexión genuina,
que por criolla y argentina
comparé sobre la luz,
a la frente de Jesús
con su corona de espinas.

Por eso es que al contemplarte
llenas mi pecho de un sano y
profundo sentido humano
invitándome a cantarte,
y en la simpleza de mi arte
te siento hermanado así,
porque desde que te ví
mi verso te sintetiza.
El cardo azul simboliza
la tierra donde nací.

Como el aromo, el ceibal
de presencia extraordinaria
exhibe la pasionaria
su belleza victorial,
una escalada triunfal
nace del campo sembrado,
en sudor glorificado
del hombre que lucha y sueña,
representando la enseña
del porvenir anhelado.

Sobre aquel campal ambiente
vi estancias, ranchos, taperas,
contempladas cual si fueras
su vigía permanente,
lagunas resplandecientes
donde crece la espadaña,
mientras la nutria acompaña
ese mundo de esplendores
(tal como vi bebedores
en boliches de campaña…)

Todo esto puso en mis ojos
refulgencia y poesía,
saturando de armonías
inefables mis antojos,
los atardeceres rojos
-muda explosión de color-
timbradas notas de amor
tras indescriptible tul
mientras lucía el cardo azul
su magnífico esplendor.

Mi burro cenizo


No se gaste en ofertas,
señor; ya le'i dicho:
usté no se lleva
mi burro cenizo.
Si a usté le hace falta
yo digo lo mismo;
con la diferencia
que usté es hombre rico
y eso que usté quiere
más bien es capricho.
Como tiene plata
quiere mi burrito
y aumenta la oferta
de a cinco y de a cinco
pa ver si me dobla
y le doy el cenizo.
Usté tiene un auto
grandote, nuevito,
que apenas lo monta
sale como tiro;
con asientos blandos,
rodeado de vidrios;
donde no entra tierra
ni calor, ni frío,
y quiere entuavía
llevarme el burrito.
Pero no se gaste,
señor; ya le'i dicho:
con plata y sin plata
yo vivo lo mismo.
Cómo vo'a venderte
mi burro cenizo
si más que de burro
lo tengo de amigo.
Y eso es decir poco:
por estos caminos
siempre andamos juntos
como dos mellizos,
sin otro atadero
que nuestro cariño.
No tengo otra cosa,
señor. El destino
me ha quitado todo:
la mujer, el hijo...
Sin rancho, ni perro,
ni chancho, ni chivo,
¡gracias que el burrito
se quedó conmigo!

Mal camino

(Pintura: Mariana Sandes)

Volvete, muchacho, qu'es malo el camino.
A gatas te asoma la punta del bozo
y y'andás metido
con otros mocosos de tu mesma laya
por cuanto boliche se te pone a tiro.
Ayer por la noche,
me dijo un vecino
que al verte en el suelo
¡mamao como un chivo!
te cargó en la grupa
y te trujo al tranquito.
Si pa un hombre grande
eso queda fiero,
pa un mocoso'e porra
no debe ser lindo...
Dispués, en confianza,
me dijo este amigo
que aparte del trago
tenés otros vicios:
que te gustan los naipes por plata,
que a la taba le hacés unos tiros,
y no se arma carrera en el pago
sin que dentre a correr tu petizo.
Pa pior de los males
te has güelto atrevido
y dos o tres veces
sacaste el cuchillo
-que al fin lo guardaste
como había salido-,
pero sacar armas
es pa compromisos.
Dejate de naipes,
dejate de vicios;
dejá las carreras
y encará el petizo
pa cualquier estancia
donde te hagan hombre,
y no un pobre gaucho
mamao y ladino,
que anda dando lástima
en las pulperías;
en vez de ganarse
respeto y amigos.

Para mí todas son madres


¡Qué me importa a mi del mundo
y qué me importa a mi de la sociedad!...,
la sociedad y el mundo me exige
que yo heche a rodar mi hija
¿Y porque voy a echarla?

¿Echarla a mi hija,
porque me ha traido
un nieto de regalo
sin que naide supiera?
¡Vaya un pecado!...

¿Acaso no han comenzado sus amores
cuando empezó a puntiar la primavera,
que fue pal tiempo aquél que el potro
rompió el cabestro para seguir la yegua,
que el toro saltó los alambrados
y al trotecito se nos fue la perra...?

¿Echarla a mi hija,...
¿Echarla a mi hija me pide el mundo
porque no supo venderse
a cambio de una libreta?
Si hasta el reptil ponzoñoso
procrea con libertad
en sus abrigadas cuevas,
y el río serpentea libremente
por ser hijo natural
del corazon de la tierra...

Solamente la mujer,
solamente la mujer tiene sociedad
que la desprecia
pero esa sociedad admite,
permite y fomenta el cabaret,
el mercado de las hembras...
Allí naide pregunta si una mujer es buena,
allí el pudor es un mito,
un chiste la desverguenza
allí el pedazo de seda tapa las marcas
qe han dejado las poleas
cuando esta mujer soñó ser una madre
honrada, trabajadora y buena.

¿Echarla a mi hija... ?
¿Echarla a mi hija me pide el mundo
porque me ha traido un nieto de regalo
sin que naide supiera?
¡Vaya un pecado!
¡Vaya un pecado mas grande...!

¡A criar su hijo
a criarlo como Dios manda,
en vez de mal parirlo
sin que la vean...!

¡Bendita sea la mujer,
bendita sean todas las mujeres
que contra el mundo
y la sociedad que las desprecian
levantan en alto el bello fruto
de sus entrañas maternas!
................................
¡Madre, madrecita mía del alma
que estás en el cielo,
si vos madre tuviste la desgracia
de ser igual que ellas:
¡mil veces madre!,
¡mil veces madre bendita seas!
......................................

Pd: este relato de Boris Elkin tiene una versión más corta con el título "De carne somos" en su libro "Charqueando".

Por si los quiere probar



Ahí los tiene en el corral
y al mirarlos no se asuste:
vaya eligiendo el que guste
asi le pongo el bozal;
pero usted no tome a mal
si antes pondero a mis fletes
y aunque lo se buen jinete
que hace mucho no lo haga,
puede atarse bien la faja
que hoy la cosa no es juguete.

No le aconsejo elegir
aquel overo rosao,
naide todavia lo ha andao
y es cosa pa´maldecir.
Si usted se quiere lucir
claro si le da el pellejo,
anímese al azulejo
que esta al lao del doradillo
de no le traigo el rosillo
o aquel gateao lunarejo.

Fíjese en aquél tobiano,
sarco del lao de montar,
parece un pingo de andar
mas no lo elija paisano;
mejor traigo el tostao ruano
de botas con delantal,
cualquiera pa´mi es igual
mas le advierto que a esa yunta
ya lo ha subido una punta
que jueron pal hospital.

Le apuesto hasta el tirador
si se le anima a aquel bayo,
al lomo de ese caballo
yo me juego hasta el honor.
Si es que le sobra valor
primero tenga presente
que debe ser muy prudente
por que si erra de movida
va a salir como escupida
en una plancha caliente.

Si se le anima al picaso
que maneao de adelante
va a ser fea pa´que aguante
sin recibir un porrazo
le aviso por un si acaso
es un chuzo medio bruto
y aunque de esto no discuto
porque es usted el que va a montar,
pienso cómo va a quedar
su mujer vestida'e luto.

Ese zaino que es bragao,
como aquél de la leyenda,
¡no es pa'aflojarle la rienda
ni pa subirlo confiao;
y aquél bayito encerao
tiene fama bien ganada
y en la última jineteada
se portó como es debido,
dejando un hombre tendido
que hoy ya no sube, por nada.

Y mire aquél colorao,
media res del lao del lazo
caballo de sobrepaso,
lunanco y abichocao.
Fue mansito en el arao,
tiene pinta de nochero
y así cual lo ve de fiero
¡no lo monte por favor!
me lo ha pedido el doctor
que atendió a los que subieron.

Mejor... ¡vamos a matear!
se lo aconsejo mi amigo,
yo se porqué se lo digo
¿pa qué va a hacerse golpear?
Usted se querrá probar
por sentirse meritorio,
en cambio pa mi es notorio
lo que aura le via a contar:
¡no tengo ganas de andar
esta noche de velorio!

Mi picazo overo

(Foto: Eduardo Amorim)

"Su filo respetaron pobres y ricos
pues nunca sin razones manché su acero,
cuando raleaba el grupo de los milicos
o hachaba los alambres de algún potrero."


Es largo y de güen acero
adimás de ser de lujo;
de Güenos Aires lo trujo
mi patrón qu'es estanciero.
Me lo hizo desiar primero,
diciendo que él lo usaría
en caunti llegase el día
de la primer señalada,
y que el por pura parada
entonces lo luciría.

La señalada llegó
y tal día no se cómo,
hice un gran pial sobre el lomo
y el patrón se me allegó,
y medio se sonriyó
diciéndome: -"jué certero
su pial, por eso yo quiero
tamaño acierto premiarle,
ansina viá regalarle
este güen picazo overo".

La vainga negra escondida
se ve entre plata, ¡gran siete!,
pues con tanto firulete
parece como perdida;
la puntera guarnecida
con un trébol hecho de oro;
debió ser platero toro
el que hizo tan güen trabajo.
Por que, les juro, barajo,
que el facón es un tesoro.

El cabo, con iniciales,
el patrón qu'es alvertido,
parece que ha rejundido
mi nombre en letras cabales.
Pucha si habrá costao reales
en plata vaina y acero,
además de tanto esmero
que habrán puesto en tal hechura,
pa sacar esa hermosura
que es hoy mi picazo overo.

La hoja, ni qué decir
ha'e ser del mejor acero;
no hay alambrao de potrero
que lo pueda resistir;
los hacha sin recibir
ni una sola melladura;
el gavilán, sin blandura
se afirma junto del poste,
sin decir oste ni moste
me lo deja hecho basura.

En "las de a pié" debo andar
con dimasiada cautela,
porque corta... pa su agüela
pior que un'hoja de afeitar.
Yo nunca tiro a ca...tar
ni en trances tales reculo
si doy de hacha al adversario,
por no dejar al contrario
pegao en la vena el... rulo...

Pero si es con la partida
que se arma el entrevero,
allá va el picazo overo
voltiando con alma y vida;
tiene cada arremetida
d'esas que causan añicos,
cuando avanzan como micos
los "justicias" en montón,
vieran mi lindo facón
ralear los pobres milicos.

La vez que "Cafulcurá"
quiso darnos un malón,
hice de lanza el facón
y fue una temeridad,
siempre se recordará
qué modo e'ralear infieles;
y aunque son recuerdos crueles
en que se corrió a lo gamo,
aquello jué un desparramo
de una juente de pasteles.

Dispués de dar un lanzazo
era una muerte certera,
quedando como tranquera
la abertura, del chuzazo
que m'hizo cara feroz,
aquello jué cosa atroz
porque, en la primer dentrada,
le mandé tal puñalada
que de un ranquél hice dos...

Cuando del fortín vinieron
sólo jué pa hacerce cruces,
al ver que, como ñanduces,
todos los indios juyeron.
Eso jué porque vinieron
engolociaos de veras,
como pa voliar tranqueras
al ver que, sin veteranos,
éramos pocos paisanos
y sin armas ventajeras.

Allí se trenzó tupido;
allí se pitó del juerte,
allí se topó a la muerte
más de un tape forajido,
de los nuestros, ni un herido,
por esta cruz, que soy franco,
solo yo, que no soy manco,
no sé si por chambonada,
vine a dar una rodada
que cuasi quedo lunanco.

Hoy que han pasado los años
y me hallo viejo y maceta,
bichoco, apunao, sotreta,
y lleno de desengaños,
cuento a los mío y extraños
como, peligrando el cuero,
dispués de tanto entrevero
en donde debí luchar,
pude, hast'aura conservar
mi lindo picazo overo.

Mi tropilla

(Foto: Fabián Muñoz)

Mi tropilla es entablada,
hecha a mi gusto y manera;
tengo una baya puntera
qu'es de lo más educada;
está tan bien enseñada
que en cuanto pego el chiflido,
en ningún caso se vido
que dentrase a mañeriar;
sólo le falta el hablar
pa'dimostrar su sentido.

Un colorao sangr'e toro
obedientazo y seguro,
es quien me saca de apuro
si en un trabajo me atoro.
Pa la cincha tengo un moro
capaz de arrancar un cerro
y más seguidor que perro
por nada se me acoquina
que se aparea a la madrina
ni aunque le falte el cencerro.

Un tubiano colorao
que me ha salido una luz
pa dentrarle a un avestruz
es seguidor y porfiao,
pa eso sí que no es rogao.
Es baquianazo y sereno
y me ha salido de güeno
que sin encargarle espuela
allá va que se las pela
pa ponerlo bajo el freno.

Un gargantilla calzao
que es como de encargo hecho;
miren que salió pal pecho
como pueblero apurao,
es un poquito porfiao
vicio qu'estimo muy feo;
ha de ser, asigún creo
que entuavía es redomón
mas va a salir guapetón
en trabajos de rodeo.

Tengo un alazán flacucho,
de aspecto muy poca cosa,
delgao como mariposa
ya que ansí nació el matucho
pues en donde hagina parejeros
bien mentaos por lo ligeros
con mi alazán entecao,
me juego plata y recao
al que le baje los cueros.

Un tordillo que, al arao,
salió guapetón sin jeta;
es un poquito maceta
pero por nada quedao;
tiene un paso sosegao
como si llevase botas,
o tuviese patas rotas,
y, al avanzar hecho un arco,
se me hace de qu'es un barco
en medio'e tantas gaviotas.

Pa terminar este asunto
que, por dimás es sencillo,
tampoco falta el potrillo
que redondea el conjunto.
Es regalón y barrunto,
que le tienen tanto amor
al verlo retozador
y hasta e'llegado a pensar
que él no me debe faltar
por ser tan entablador.

Y cualisquier patrón
que me quiera conchavar
mis pingos le podrán dar
entera satisfacción.
Cualquier trabajo de pión
pa tropiar en una arriada
en recogida o arada
sin ser yo de los primeros,
les presento, caballeros,
mi tropillita entablada.