miércoles, 23 de mayo de 2012

El Salao (Relato)

(Foto: Eduardo Amorim)

1
Áhi tiene sobre’l fogón
ese mate, échele yerba:
en mi rancho se conserva
algo de la tradición:
dele un soplido al tizón
que dure’l agua caliente;
ponga leña suficiente,
áhi tiene un tarro con grasas
que’n cuanto se hagan las brasas
pondremos algo pa’l diente.
2
Acaricie ese porrón
de ginebra marca “Llave”;
vaya tratándolo suave
que nos aguante’l tirón,
que’n cuanto la cerrazón
medio se haya despejao
después de’char un bocao
le meteremos los cueros;
usté póngale al “overo”
yo le pondré al “colorao”.
3
Sabe Don que la niblina
se ha estendido con grandeza
y se ha puesto más espesa
que’l humo de la cocina;
usté lleve la madrina
yo atracaré a los baguales;
al pasar los totorales
se abre un claro en el arroyo
donde le llaman los criollos
“el paso de los juncales”.
4
Largue la yegua, no baje
si el agua bordea la orilla;
por detrás de la tropilla
los pingos harán coraje;
reserve’l poncho pa’l viaje
y aprete bien el sombrero
dele riendas al “overo”
que se atraque al “colorao”
¡mi flete es como pescao
pa’ las aguas, aparcero!
5
Sabe que’staba crecido
por suerte sin correntada;
son aguas de la cañada
por lo tanto que ha llovido;
si no lo dejó en olvido
usté ha de tráir el porrón;
bebamos con discreción
para dirnos calentando
y aura entremos galopando,
ya se ha ido la cerrazón.
6
Adrián Sosa y Justo Agüero
con rumbo pa’l Saladillo
van cruzando “Los Cerrillos”
de los campos de Terrero:
dos criollos de sello entero
capaces de cualquier cosa
que si valiente era Sosa
también lo era el gaucho Justo
¡capaz de peliar de gusto
con la mazorca de Rosas!
7
Muchas leguas galopiaron
a lo largo de aquel día
y otras tantas faltarían
a donde nunca llegaron;
era de noche y toparon
con el viejo río Salao
que’staba de lao a lao,
sin bajada y sin barranca
¡que hasta los pastos arranca
cuando se alza encorrentao!
8
Si es bravo el Samborombón
que tanta gente ha llevao
el viejo río Salao
tiene entrañas de dragón
pero la gran decisión
de los gauchos argentinos
por adelantar camino
y por ser demás valientes…
se los llevó la corriente
con triste y fatal destino.
9
Cuenta después un baquiano
botero de’sa pasada
y que tiene la morada
en un barrancón cercano,
que sintió gritos humanos
que venían del Salao
y con un tono apurao
que debía ser de Agüero
que decía: “¡Atraque’l “overo”
cerquita a mi “colorao”!”
10
Tristeza y desolación,
angustia, temor y pena
causa la terrible esena
de la desesperación;
y al cerrarse la oración
que’l cielo en estrellas brilla
dicen que de orilla a orilla
cada vez que está crecido
se siente’l triste sonido
de un cencerro sin tropilla.
11
Alguno con devoción
en el nombre de Jesús
ha colocado una cruz
junto al pie de un albardón;
bien cabe la presunción
que duermen en una fosa;
hay una planta frondosa
de respetable espinillo
¡memoria de “Los Cerrillos”
de Don Juan Manuel de Rosas!
............................



Pd: ¡Gracias don Carlos Raúl Risso por mandarme la "varilla" faltante!

Este suceso, dicen que fue real, aconteció en 1914.


(Tomado de la revista "El Caballo" de junio de 1958).



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