Si ya has quedau al olvido
y te corona un laurel
y tu nombre de “jagüel”
en el campo se ha perdido
ya no se escucha el chiyido
de tu roldana inquieta,
solo se oservan las grietas
de la bebida rajada
y apenas las rastriyadas
de aquel mancarrón maceta.
Con un recau de arpiyera
‘taba ensiyao el matungo
y un balde que a los tumbos
cabrestiaba a la’sidera .
hoy casi todo es tapera,
el tiempo ríe de gozo
y se derrumba un pozo
donde anidan las palomas
y de tanto en tanto asoma
algún lechuzón curioso.
Nunca falta algún hornero
esperando su charquito
para amasar su barrito
y así construir su alero.
Se oye balar un ternero
-de su madre se ha estraviau-,
la hacienda se ha’montonau
y se rasca en la alambrada
y de tantas rasconiadas
se hayan dos palos ladiau.
La hacienda sedienta espera
ver parir a tus vertientes
pero el destino imponente
ya refrescó su sesera.
Amalaya quien pudiera
de revivir el pasau,
si todo está tan cambiau,
el progreso firme avanza
y su puntiaguda lanza
en tu pecho se ha clavau.
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