Indio, dame el pangaré
que tan fiero me robaste
y al robarlo me dejaste
toda la vida de a pie.
Dámelo que te daré
la ambición que tú me pidas,
mi cincha toda florida,
mi chiripá y mi recao
y si es poco lo ofertao
te doy hasta mi querida.
Ya ves que hasta mi querida
te ofrezco cacique fiero,
que es linda como el lucero
y entre las flores nacida.
Por ella expuse mi vida
mil veces con decisión,
por ella está mi facón
de roja sangre manchado.
Ya ves si la habré apreciado
con la fuerza del corazón.
Dámelo que la partida
mis pasos viene siguiendo.
Todo te estoy ofreciendo
a cambio del pingo mío
y vos pampa rudo y frío
del pingo te apoderaste.
Las armas me secuestraste
cobarde como un traidor
y la lanza sin temor
a mi pecho la lanzaste.
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