Se echó una vieja al gaznate
siete platos de poroto
y sin ningún alboroto
se sirvió veintiún tomates,
además para remate
comió leche con arroz
como en su panza notó
alguna esquina vacía,
una tremenda sandía
¡esa vieja se comió!
A la sombra de una higuera
se tiró un rato a sestear,
y al punto se empezó a hinchar
la vieja de monedera;
tenía una sonajera
que se oía desde lejos,
ya no le daba el pellejo
pero se seguía hinchando
donde estaban fermentando
los porotos con hollejo.
Se aflojó bien el refajo
quejándose de dolor
y pa'aliviarse mejor
se colocó boca abajo;
luego al venirle el relajo,
la señora se frunció,
cuando el tango le aflojó
se estaba poniendo roja...
quedó la higuera sin hojas
del viento que disparó.
Formaba media bolina
y una tremenda alharaca,
los caballos y las vacas
revueltos con las gallinas,
los chanchos de la vecina
corrían como conejos
y cuando se asomó un viejo
para investigar el caso
del segundo cañonazo
¡las brevas saltaron lejos!
Al fin cuando me despido
de oir estos vientos gordos,
quedó el viejo medio sordo
con el segundo estampido.
Arrancó muy afligido,
recién iba acelerando
cuando retumbó el tercero
que le arrebató el sombrero
y se lo llevó volando.
--------------------------------------------------------
Desconociendo el verdadero autor del verso, lo anoto como "anónimo" aunque tal vez lo haya compuesto el gaucho y poeta chileno que lo recita...don Santiago Varas Yáñez. ¿Quién lo sabe?
Efectivamente, fue compuesto por don Santiago Varas Yáñez, poeta popular de la localidad de Tunca, comuna de San Vicente de Tagua Tagua. Conozco de cerca e trabajo de don Santiago y es un gran amigo, sí que puedo dar fe de aquello.
ResponderEliminarSaludos y gracias por compartir el trabajo de don Santiago.
Munchas gracias don Felipe por asegurarlo y dar fe. Vale! Abrazo amigazo!
ResponderEliminar