sábado, 2 de julio de 2011

En el baño


Apreta fuerte el calor,
el sol es como una fragua,
y pa tal caso en el agua
es ande uno está mejor.
Aunque no sea nadador
será fácil pa cualquiera,
si el calor lo desespera
hallar de golpe, un calmante,
pues tiene cada habitante
pal uso una bañadera.

En el campo, -ni que hablar-
cerquita del rancho criollo
ha de correr el arroyo,
ande uno dentra a bracear.
Y si este suelo faltar
pa darle gusto al que sea
si refrescarse desea,
siendo del país u de Europa.
Está la tina'e la ropa,
la pileta u la batea.

La cosa ya es diferente
si se trata e la ciudad
ande hay la comodidá
que ofrece el agua caliente.
Pal caso fría u caliente,
está pa todos igual.
Y pa combatir el mal,
siempre hay de sobra pal baño,
saliendo limpia del caño,
como agua del manantial.

Yo a veces como el pueblero,
aunque sea un maturrango
por el calor me arremango,
cuando ya es demasiado fiero.
Y aunque resulte el primero
que este apurón he pasao,
lo vi'a dejar asentao,
pa que sirva de enseñanza,
sosteniendo la esperanza
de que otro ande con cuidao.

Me senté en la bañadera,
sin más ropaje, que el cuero.
Diciendo pa mí, aura espero,
que llueva la regadera.
Pero la impresión más fiera,
me sacudió de repente.
Porque como un inocente
que ni malicia tenía.
Por aflojar l'agua fría,
aflojé l'agua caliente.

Entuavía estoy sintiendo
soplar a los borbotones,
el agua, que a rempujones
por el caño salía hirviendo
y pa siempre e de ir sufriendo
del descuido el resultao.
Porque un día desesperao
y aplastao por el calor,
juí a bañarme, y por error,
salí del baño, pelao.

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