jueves, 28 de abril de 2011

La Clotilde

(Pintura: Carlos Montefusco)
Ustedes no mi han de creer
que siendo pogre y humilde
soy feliz con mi mujer
¡tan güenaza la Clotilde!

Con ella no tengo agobios
me cuida mis intereses.
Mi acuerdo que mus sío novios
apenas unos dos meses.

Dispués ya mi ha dao la pica
de convertirme en esposo.
El pagrino ha sío don Nica
hombre rico y generoso.

Por cada hijo que llegaba
yo mermaba el acullico.
¡La pucha que me costaba
la crianza del multiplico!

Tres hijos. Ya en este punto
mus convenío esa vez
en sosegar el asunto
pues bastaba con los tres.

Y ella en afanes benditos
remangadas sus enaguas
les lavaba los trapitos
y hacía todo por las guaguas.

Derrepente en una de esas
-pa que hacer qui uno se amargue-
mi ha dao la mala sorpresa:
¡otra vez taba de encargue!

Li hecho ver mis desventuras:
Tan apretao que vivimos
pa que aumentar las criaturas
con la nada que tenimos.

Y aura me trais otro brote
¿Cómo guá salir del paso?
con lo caro que está el mote
y el charqui anda tan escaso.

Al puchero no lo atraco
aunque antojao me desviva,
lo mesmo que los guanaco
ya ha tomao p'al cuesta arriba.

¿Se puede, decime vos,
comer un locro con chunca?
Eso y la cara de Dios
no lo vamos a ver nunca.

¡Cómo te mi has descuidao!
Si mi jornal ya no alcanza.
Y aura viene un nuevo hambriao
que hay que llenarle la panza.

Al verme en trances tan duros
de güenita ella me explica:
"No ti pongais en apuros
que este encargue es pa don Nica".

¡Veian que mujer resuelta!
Digan si no es un encanto
saber hallarle la güelta
pa qui uno no lomie tanto.

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