(Foto: "Paterna")
En el rancho del Rufino
cerca la finca El Churcal
tabámos tomando vino
di una cosecha especial.
Nunca faltan entremeses
porque di áhi di unas colinas
bajaban unos ingleses
qui andaban catiando minas.
Y si armao el avispero
con las visitas aquellas
porque el Rufino ligero
guardó vasos y botellas.
Llegan dos gringos grandotes
mas coloraos que alpamiski
y lamiéndose el bigote
preguntan: ¿No tener wisky?
¡Pues diande una pila con lana!
Pero veian, p'estos casos
mejor vino en damajuana
y áhi la puesto, con dos vasos.
Y yo vide en el obligo
qui a la cara l'arrugaban
lo mesmo que pasa d'higo
en cada vez que tomaban.
Le metían un envión
y tras eso un sosegate.
Daban justo la impresión
que les ardía el gaznate.
Yo'i pensao estu es jarana
¿Por qué tanto descontento?
y he'i probao la damajuana
¡la pucha esu era fermento!
Y los gringos, que salvajes,
¡mamita i Dios qué garguero!
entre muecas y visajes
se lu han tomao tuito entero.
Y si han ido los ingleses
no muy bien de la barriga
por los campos haciendo eses;
y yo'i quedao con l'intriga.
Mesmamente no mi explico
su forma di obrar compagre
teniendo un vino tan rico
como a dao ese vinagre.
Hay venganzas que son finas
mi explica serio el Rufino.
¿Nos han tomao las Mal-vinas?
¡Pues que tomen el Mal-vino!
(Casos del Coya Martín Bustamante)
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