La vida en los fortines
fue desangrada
peleando contra la indiada.
Y cuando un corneta
tocaba diana,
todos movían con el alba.
Luego en los pisaderos,
cortando adobe
siempre cumpliendo las órdenes.
O con el arado
haciendo la chacra,
haciendo la chacra,
sembrando cuadros de alfalfa.
¡Aura!
¡Aura!
Unos de rombines,
otros de guardia
hasta pasar la mañana.
Apenas un descanso
para un almuerzo
y a trabajar en silencio.
Pobres no dormían,
ni descansaban
haciendo de imaginaria.
Sin ropa en un patrio
y sin protestas
salían de descubierta.
La menor palabra
de un desacuerdo,
iban al estaquiadero.
¡Aura!
¡Aura!
Pobres nuestros gauchos
¡qué vida triste!...
Morían en los fortines.
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