jueves, 30 de abril de 2015

Bien clinudo (Estilo)

Tuve cuando era muchacho
un picazo vivaracho,
pingo que no he de olvidar,
mi Tata lo había domao
y me lo dio de bocao
pa'que lo empezara a andar.

Picazo y de cuerpo chico
y el flequillo hasta el hocico
le llegaba alguna vez,
como un bagual de coludo
y desde ya, bien clinudo
porque nunca lo tuzé.

Estampa que se desfleca
de orejas cortas y chuecas
y bastante compadrón,
de vasos negro' y chiquito
y en la frente un lucerito
mesmo que una bendición.

Como ninguno mansito
y tristemente repito
quien sabe ya ha de tener
otro pingazo pingazo
como lo fue aquél picazo
para andar y pa'correr.

Después se hizo con el freno
escarceador y sereno
habiendo que trabajar
entre saltos y rayones
sabía correr de garrones
y como un trompo girar.

Con sólo el cuerpo ladearle
pa qué mandinga tocarle
las riendas en un apurón;
si era una pluma en la boca
y hoy su recuerdo me toca
muy suave en el corazón.

Después de muchos caminos,
bajo los cielos barcinos
cuando domar empecé
pa'no arrearlo con los potros
sabe Dios de que con otro,
en lo'e "Pancho" lo dejé.

Allá pasó los treinta años
como un potro no es extraño
pues ya nadie lo ensilló
y murió como les digo
en el campo de ese amigo
que tal vez ni lo tocó.

Por eso mi amigo Pancho
quiero volver por su rancho
como en antaño llegué,
porque comprenda de paso
que si le canté al picazo
¡cómo olvidarme de Usted!




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