martes, 27 de agosto de 2013

Triste Entrerriano ( Estilo)



Vuelven como en un lamento
en fugitivas danzadas
las notas del instrumento
tristes como ecos del viento,
tristes como ecos del viento
al cruzar por la cañada.

 ¡Ay! triste del alma mía
nadie comprende tu queja,
nadie escucha tu armonía
cuando saludas al día,
cuando saludas al dia
que tras de la luz se aleja.

 Ya no anida el teru-tero
en la loma solitaria
y parece que la hornera
sobre el charco miduaslero
sobre el charco miduaslero
entonase una plegaria.

 Tal vez la visa cumbrera
no ofrece apoyo a su nido,
la sabandija rastrera
hoy se adueña en la tapera,
hoy se adueña en la tapera
que un viento extraño ha destruido.

Ya el payador su desvelo
no canta en noche serena
ni rajan el duro suelo
marcando el compás de un cielo,
marcando el compás de un cielo
las agudas nazarenas.

Huella de los reseros (Huella)

Marca el fin ya la noche
de otra jornada,
y en un bajo la tropa
ya fue rodeada.

Se revuelcan los fletes
desensillados,
las madrinas maneadas,
cerca han quedado.

Unos hacen la ronda
y otros charlando,
sentaos en los garrones
'tan churrasqueando.

A la huella resero
siempre de paso
soñando con un rancho,
durmiendo al raso.
A la huella a la huella,
¡jué pucha digo!
Nomás destino'e pobre
así es mi amigo.

Tiritan en lo alto
las Tres Marías,
y anda rondando el fuego
la noche fría.

Cada cual con su pena
se fue a la cama,
mientras la luna llena
su luz derrama.

Cojinillo, bajeras,
mandil y bastos,
el encerao y el suelo
¡bien poco el gasto!

A la huella resero
siempre de paso
soñando con un rancho,
durmiendo al raso.
A la huella a la huella,
¡jué pucha digo!
Nomás destino'e pobre
así es mi amigo.


sábado, 24 de agosto de 2013

Ese caballo


A ese caballo le brilla el ojo
como la noche viva
en la redonda oscuridad.

Tiene una chispa de sangre arisca
a flor de piel y lista
pronta para ser vendaval.

Víctor: la cerrazón es espesa
pero ese caballo tiene 
riñones y corazón.

Ese caballo pisa el camino
-estatua en movimiento-
y marca y no marca el andar.

Es un caballo nervioso y ágil
como la noche viva
en la redonda oscuridad.

Víctor: La cerrazón es espesa
pero ese caballo tiene
 riñones y corazón.

(Creada en 1977, con Santiago Chalar)

jueves, 22 de agosto de 2013

Clarinada a la Patria ( Cifra)



Si para el que ama lo suyo
el cielo es una fortuna,
lo que nos ha dao la cuna
tiene que ser un orgullo;
si hasta el Plata en su murmullo
nos va marcando el camino
que enseñe a amar lo genuino
el que se tilde "maestro";
si no queremos lo nuestro
¿pa' qué somos Argentinos?

Si el usar correctamente
el traje gaucho es honor
siempre es más y con amor
usarlo gallardamente,
el que esto tenga presente
y se sienta gaucho leal,
no denigre en carnaval
por hacerse el divertido
un traje gaucho que ha sido
el orgullo nacional.

Cuando lo nuestro se muera
pa'dar vida a lo extranjero,
cuando suplante el bolero
la dulce canción campera
y cuando nuestra bandera
olvide su paladín,
cuando se le ponga fin
a los más gauchos brochazos,
se habrá de caer a pedazos
la estatua de San Martín.





miércoles, 21 de agosto de 2013

Atadito




(Recitado)
Calagualero y Minuano
madrugador de cosechas
tras el filón vegetal
que desde siempre te espera.

De tanto andar por los montes
el ñapindá te abrió huella
como sellando en tu piel
los derechos a las sierras.

De tan baqueano que estás
sobre donde nadie penetra,
no hay rumbo que tú no entiendas,
tienes la mano yuyera
mano de poda y de siembra
que no es cortar destruyendo
sino cortar y que vuelva.

¡ Calaguala, calaguala!
 pide el matíz que tu quieras
que allá en el abra soleada
la verde luz se cosecha.

Si la prefieres oscura
iré a buscarla a las cuevas,
total para darte gusto
se donde pinta las Sierras.

Difícil que en el regreso
no viaje en la verdinegra,
algun pichón de calandrias
o algún mechón de carquejas.

Por allí baja "Atadito",
Minuano y Calagualero
tiene destino de planta
pero la escuela es de cerro.
............................................
Soy penitente y verdún,
Arequita mirador,
coronilla y carobal
de Polanco ¡cómo no!
trepo y voy,
como el sol
silbo y voy,
soñador
calagualero.

La calandria saludó,
el saviá me ve pasar,
miraré del Pororó,
la Salamanca de Aiguá.

Tero soy,
Molle soy,
Ñapindá,
Canelón,
Calagualero.
 ........................................
(Recitado)

No la corto de raíz,
no la quiero desangrar,
por eso la corto así
con el cuero de empalmar;
muchos cortan porque si
yo voy sembrando al cortar,
si mil fogones prendí
mil plantas dejé al marchar
y un lagarto fogonero
que casi sabe bailar.
........................................
Verde oscuro cortaré,
verde de luz de claridad;
en mi andar le dejaré
sombra y luz a la ciudad.

Dame miel,
camoatá,
dame miel...
¡cómo no!,
calagualero.

Calaguala corto aquí
con rumbo a la capital,
esa sierra que hay en mí
nunca me dejó sin pan.

Trepo y voy
como el sol,
silbo y voy,
soñador,
calagualero.
..................................................
(Recitado)

Canto de la serranía
despertando nidos nuevos
donde el oficio del canto
tiene la edad de los tiempos.

Cuatro puntos de la lona
que atan un mazo de sierras
en cada punta va un rumbo
y en cada rumbo tus huellas.

martes, 20 de agosto de 2013

Yo quiero un caballo negro




Yo quiero un caballo negro,
y unas espuelas de plata.
Yo quiero un caballo negro,
y unas espuelas de plata,
para alcanzar la vida,
que se me escapa,
que se me escapa.

Yo quiero un lazo trenzado,
mezcla de toro y guanaco.
Yo quiero un lazo trenzado,
mezcla de toro y guanaco,
para enlazar esos sueños,
que se fugaron,
que se fugaron.

Yo quiero un poncho que tenga,
el color de los caminos,
para envolverme en la noche,
de mi destino,
de mi destino.

Caballo, espuelas y lazo,
pienso que no han de servir.
Ya ni el poncho me hace falta.
Voy a dormir,
voy a dormir,
voy a dormir.

¿Qué'l gaucho ha muerto?




¿Qué te has muerto hermano gaucho...?
¡Óigale al duro y no grite!
Que’l que’sa frase repite
está vacío como un tacho
Yo me priegunto, caracho,
si ese ingrato ¿es argentino?
¿O acaso será dañino
porque lo parió una fiera?
¡Porque’l día que’l gaucho muera
también morirá un destino!


Morirá el Patrio destino
de una Nación soberana
que tuvo luz de mañana
cuando el gaucho abrió camino.
¡Dejen ese desatino
de criticastros de plaza!
No usó el gaucho más coraza
que su propia voluntá:
¡emblema de libertá
que simboliza una raza!

El gaucho vive’n la tierra;
en un chingolo que canta;
en un tala -que se planta
en la yanura o la sierra-;
en la milonga, que’ncierra
el sentir más campechano;
en el hombre que’s baquiano
pa’ lidiar un animal;
en el que trenza un bozal
o en el que ordeña temprano.

El gaucho vive también
en el que baila una danza
y en el que hace una mudanza
con acompasao vaivén;
en el que siempre hace'l bien
sin medir el sacrificio;
en el que sin artificio
va por la Patria, tirando,
y aprendió, que trabajando
¡ser Argentino es su oficio!

¿Dicen, gaucho, que te has muerto?
¡Mentira! ¡Patraña infame!
¡Qué un pecho patrio se inflame
y ya hay un gaucho dispierto!
Hoy, tu espíritu más cierto
late en el crioyo heredero,
y alumbra el rumbo y sendero,
ardiente como un tizón
¡que’n la gaucha tradición
vive aquel gaucho primero!

  (14/12/1987)

Memoria de las que fueran (Milonga )



Aquí me pongo a cantar
yo también con mi guitarra,
mas no pretendo hacer gala
ni dármelas de doctor;
tan solo soy un cantor,
otro ternero que bala.

No busco cantar más fuerte
pa'poder sobresalir,
no me gusta competir
es el canto un sentimiento,
el verso viene de adentro
nomás lo dejo salir.

Tierra gaucha de cantores
donde me tocó vivir,
es mi destino seguir
y no lo pienso torcer,
lo que se gana al nacer
sólo se pierde al morir.

Cantarle al potro, a la espiga,
al amor y a la bandera
atada de la sidera
de mi guitarra cantora,
traigo en mis coplas de ahora
memorias de las que fueran.

Pero también canto al hombre
y va mi verso más duro,
pa'l que usa como escudo
su orgullo y su vanidad,
lucrando con la verdad
que es el tesoro más puro.

Jamás se debe falsear
la palabra que se empeña,
la mentira siempre preña
de injusticia y después,
hay que mentir otra vez,
es árbol malo pa'leña.

Pero sepan disculpar
y no piensen que es ajeno,
si canto en tono severo
cosas que suenan sencillas,
cuando suelto mi tropilla
yo nunca trabo el cencerro.

Pido a Dios que me acompañe
para no perder el tino
a lo largo del camino
espinas no han de faltar...
¡No se vayan a olvidar
que aquí cantó un Argentino!

Una ausencia (Estilo)



La tristeza me acogota
más firme que una coyera,
como si acaso quisiera
pesar más que una derrota.
No quiero que salga y brota
cual ovejas del corral,
tranquila como un bagual
volviendo pa'la querencia...
Todo culpa de una ausencia
que me sigue haciendo mal.

Mi rancho ya no es mi casa,
solo paredes y el techo
y hasta el "do" me quema el pecho
como si fuese una brasa.
El dolor no se me pasa,
está como ayer tal cual,
tan raro pero fatal
qué rabia da su insistencia.
Todo culpa de una ausencia
 que me sigue haciendo mal.

Quise agarrar el camino
pa'perderme no se dónde,
y volví porque se esconde
en cada vuelta'el destino.
Ni la guitarra ni el vino
lo borran pues sigue igual,
y hasta he pensao que al final
ni servirá de experiencia.
Todo culpa de una ausencia
que me sigue haciendo mal.

Campero...




Aunque soy nacido y criao
en el ambiente campero
me echó el destino a pueblero
y ya estoy casi agringao,
está todo tan cambiao
en el campo de hoy en día
que si vuelvo le diría,
hasta me hayaría perdido
pues lo que ayí hube aprendido
pa'nada me serviría.

Las estancias en empresas
las han ido transformando,
gastos que hay que ir achicando
siempre en la pionada empieza;
la hectárea tantas cabezas
y kilos por animal,
a nivel empresarial
solo se piensa en el oro
y hasta el trabajo del toro
pa'ahorrar, se hace artificial.

Las cosechas, fina y gruesa
rinden más fertilizando
y en aviones fumigando
matan plagas y malezas.
La madre naturaleza
cada vez más agredida
sufre especies extinguidas
y alteración ambiental
siendo que lo natural
siempre fue fuente de vida.

Hoy ya no me sirve más
hacer cabayos de pecho
de aqueyos que una vez hechos
nunca se largan pa'atrás,
si no ha de volver jamás
cuando a cabayo se araba
seis al doble se le ataba,
ocho al triple pesadón
y en chata, carro o vagón
lo cosechao se sacaba.

En esquilas a tijera
o juntando maíz a mano
por más que sea algo baquiano
hoy la maquinaria impera;
de qué me vale que fuera
medio diablón pa'entablar
y que supiera arreglar
un cabayo con maestría
si en los tiempos de hoy en día
ya ni se usa dominguiar.

De qué me sirve saber
manejar algo el trenzao
si en manga, brete o cepiao
se hace hoy lo que a lazo ayer
y de poco sirve hacer
bien en la boca un bagual
porque ya no es habitual
sin andarse abatatando,
lucirse desternerando
en la puerta de un corral.

De que me vale, haber sido
un aventajao tropero
si el oficio de resero
hoy ha desaparecido
y pa'qué haber aprendido
la gran ciencia campesina
de curar el mal de orina,
gusano, empaste o manquera
si hay pa'un animal cualquiera
doctores en medicina.

Yo que de un cuero'e vacuno
y partes del de un bagual,
sin ser soguero oficial
saqué pilchas pa'más de uno;
si hoy tiene valor alguno
será por lo artesanal
porque en la época actual
con sintéticas correas
se hacen riendas y maneas,
mañadores y bozal.

No estará mal que así sea,
tal vez hasta sea mejor
pero por culpa'el motor
pa'mí el trabajo escasea
y aunque cueste que uno crea
y el cambio le desagrade
ya no hay posibilidades
pa'l que empezó de "boyero"
porque hoy los hombres camperos
se hacen en las facultades.

lunes, 12 de agosto de 2013

El Morocho y el Oriental (Milonga)

(Recitado)
Viejo café cincuentón
que por la Boca existía,
allá por Olavarría
esquina Almirante Brown.
Se estremeció de emoción
tu despacho de bebidas
con las milongas sentidas
de Gabino y de Cazón.

(Recitado)
En tus mesas escucharon
los reseros de Tablada
provocativas payadas
que en cien duelos terminaron.

Histórico bodegón
del priorato y del Trinchieri,
donde una noche Cafieri
entró a copar la reunión.
Traía un dúo de cantores
y haciendo, orgulloso, punta
dijo: "Aquí traigo una yunta
que cantando hace primores".

(Recitado)
Y con acento cordial
fue diciendo medio chocho:
"Este mozo es el Morocho
y éste Pepe el Oriental".

Un aplauso general
al dúo fue saludando
y El Morocho iba templando
lo mismo que El Oriental.

(Recitado)
Templaron con alegría
sus instrumentos a fondo
y el silencio era tan hondo
que ni las moscas se oían.

Y entre aplausos, vino y chopes,
y esta vuelta yo la pago,
iba corriendo el halago
tendido a todo galope.

(Recitado)
"A mi madre", "La pastora",
"El moro" y otras canciones
golpeaban los corazones
con voces conmovedoras.
Ah, café de aquel entonces
de la calle Olavarría,
donde de noche caía
allá por el año once...

De cuando yo, en mi arrabal,
de bravo tuve cartel.
Y El Morocho era Gardel
y Razzano El Oriental.

Paso de los algarrobos



Del paso "Los Algarrobos"
traigo un cantar saladino
y voy mojando mis trinos
en los charcos del Salado,
los criollos que han escuchado
lo pueden atestiguar:
soy cantor del carillal
desde la sexta a la prima;
la costa se viene encima
por los hermanos Badal.

Está la noche estrellada
y el lucero desde lejos
como potrillo azulejo
parece por lo bonito,
capaz de pegar un grito
cuando lo nuembro a mi pago
y anoten que no es halago
que está cantando un Bardino
ya que está seco el camino
mojémoslo con un trago.

Y es por eso que esta noche
en nuestro suelo pampeano,
quiero junto a mis hermanos
enredarme en las bordonas,
el pigüelo y las lloronas
van con mi suerte prendida
y no le temo a la vida,
ni al derecho ni al revés,
alguno sabrá porqué
llevo una estrella encendida.

En la lonja del rebenque
hago un nudo y me despido,
gracias por el cumplido
que han tenido al escucharme.
Creo que no han de olvidarme
los paisanos de este suelo
cuando yo remuente vuelo,
me pierda en el jarillal
cercano a lo de Badal,
me cubra el pampeano cielo...

Amanecer Bardino (2)


Trabajo de campo realizado por Elena Hermo en el marco del Proyecto:

 "Fuentes para un reestudio de la música criolla argentina".

Amanecer Bardino (Estilo)

Viene cabresteando el alba
allá en los altos Bardinos,
y el trote de algún zorrino
dejó un perfume estirar.
 Las aves al despertar
arriba de la puntilla,
las flores de las jarillas
menudo botón dorado;
el oeste han perfumado
junto con otra semillas.

Amanece por la pampa
y la barda con su cuesta,
con cien guitarras de fiestas
hacen temblar los tomillos.
Y peina el alfilerillo
delicadas margaritas
y arriba en las torrecitas
mientrá'el piquillín desangra,
ensayan unas calandrias
los trinos de la chirquita.

Alba que viste de fiesta
con su delantal bordao,
la puerta grande ha soltao
sus chineríos al viento
y se forman campamentos
de melodías ariscas,
mientras los piches pellizcan
de su luz,  la flor quieta,
todo el campo es una orquesta
que apenas mi canto explica.



A Doña Juana Cabal


(Pintura: Carlos Montefusco)

Si le canto a Vitorica
se por dónde comenzar,
si le canto a Vitorica
se por dónde comenzar,
por las manos, las miradas
de Doña Juana Cabal;
antigua como la madre,
generosa como el pan.

Digo su nombre y el oeste
deja de ser soledad,
digo su nombre y el oeste
deja de ser soledad,
porque al parir buenos hijos
la palabra está de más...
¡Vaya mi copla bardina
por Doña Juana Cabal!

Cuando suenan las guitarras
en el patio de su casa,
cuando suenan las guitarras
en el patio de su casa, 
un estilo despacito
nos va nombrando la raza
y el rocío le da flores
bonitas como una matra.

Yo quiero un té de tomillo
servido por Doña Juana,
 yo quiero un té de tomillo
servido por Doña Juana,
tal vez me pueda endulzar
tuita mi boca paisana...
Cuando pase guitarreando
aquí por mi patria baya.

 Si le canto a Vitorica
se por dónde comenzar,
por la raíz silenciosa
permanente que se dá,
a mi corazón desnudo
lo cubre su delantal.
¡Vaya mi copla bardina
por Doña Juana Cabal!




Tiempo de partir



Qué me puede importar, después de todo,
el trance de partir, si yo he logrado
llenar cada minuto transcurrido
con un claro vivir enamorado;
si la vida no fue, en definitiva,
sólo un motivo para haber amado.

Qué me puede importar el corto tiempo
que resta por vivir, si la jornada
tiene un punto final ya establecido
y la vida es la muerte demorada;
si hay un tiempo de amar, que ya he vivido,
y otro de soledad, olvido y nada.

Tras los cerros, de a poco,
como en lenta agonía
dibujando ceibales
muere, lejano, el día.
Renacerá la luz, y nuevamente
cobrará su perfil la serranía.

Un tiempo de partir va señalando
la urgencia de vivir como yo quiera,
el rigor del invierno justifica
el ansia de gozar la primavera;
si no puedo encontrar la buena senda
prefiero equivocarme a mi manera...

Quiero quedarme, aún cuando me vaya
en la memoria de quienes me han querido,
en los versos triviales que repita
con su cantar algún desconocido
o regresar en el perfil de un hijo
como ese amanecer que ha renacido.



Amor se llama amor (Canción)



Amor,se llama amor esta alegría
de amar sencillamente y comprender
que amar es el sentido de la vida
y darse el heroismo de la piel.

Amor...se llama amor esta palabra
que en silencio dicta el corazón
sus sílabas de sangre deslumbrada
enuncian una antigua religión.

Escúchame,tus ojos en mis ojos
tus manos en las mías...nada más...
y aquello que callaron tantas bocas
las nuestras en un beso lo dirán.

Amor que mueve el sol y las estrellas
juntó nuestros destinos para ver
si juntos en el barro transitorio
nacemos a un lejano amanecer.

Palabras a mi guitarra

Una mujer parece mi guitarra
De mi dolor le se confidenciar
Me da su voz, la templo con cariño
y mi caricia la quiere despertar.

En el hondón sonoro de su caja
Calandrias tibias lloran soledad
La voy soltando al rumbo de los vientos
Para dejarles el canto en libertad.

Guitarra oscura, mi compañera
en tu madera me quiero recostar.

Una mujer parece mi guitarra
Ardiente voz madero musical
Toda la tierra canta por su boca
Cuando pulsando la quiero interrogar.

Aires de zamba laten en su adentro
Milongas viejas suele recordar
Yo le pregunto y ella me responde
Con voz madura de campo y soledad.

Guitarra oscura, mi compañera
en tu madera me quiero recostar
Tal vez un día cuando me muera
Sus cuerdas tensas me vengan a cantar.
....................................................................

Con sentido cariño y admiración despedimos a un Maestro!

Gracias por tanta música y belleza don Eduardo!

El Gauchoguacho

sábado, 3 de agosto de 2013

Tierra ranquelina



recitado:
Los montes de tierra adentro,
de Colimula se ven.
Fogoncito de Alpataco
¡nunca dejará de arder!
A veces pienso mirando
su roja llama crecer...
¿Será mejor terminarlos?...
¿Será mejor al revés?...
¡Malhaya con los ranqueles!
¡Quién los pudiera entender!


cantado:
La tierra de los ranqueles
es de arena y es de sal.
Hay que tener buen baqueano
para poderla cruzar.
...Emilio Mitre lo supo
cuando no pudo llegar.


Pa' colmo errando el camino
si no hay lluvia muerto está,
aquél que no vio l'aguada
mojón de huesos será.
...Ha de penar por las noches
por que luz mala se hará.


Bruto y cruel por inocencia
"loncotear" su placer.
Tironearse de las mechas,
tratar de quedar en pie.
...Si se alimenta de yeguas
potrazo tiene que ser.


Si el gaucho creció a caballo
el indio lo vió nacer.
Por eso tal vez el barro
no lo pudo detener.
...P'andar en tembladerales
lo menos hay que ser ranquél.


Del Río Quinto hasta el Cuero
treinta leguas hay que andar.
Camino de rastrilladas,
médanos, montes y guadal.
No apure amigo el caballo
que se le puede aplastar.
...Emilio Mitre lo supo
cuando no pudo llegar.



El Cruzacaminos



Soy mujer de campo llano
por eso me gusta andar,
aunque yo se que pa'l pobre
toda la tierra es igual.

Mi querencia es el camino,
mi rumbo la libertad
eso me basta y me sobra
no preciso nada más.

Canto si tengo tristeza
o si siento bienestar,
que el canto es como la caña
sirve en el bien no en el mal.

No envidio al rico que vive
apegao a su caudal,
será muy linda la plata
¡más linda es la libertad!

Yo tengo el día y la noche,
mis versos y éste cantar,
sueños y pan no me faltan
¡para qué más capital?

Como el viento voy y vengo
pues mi destino es andar,
aunque yo se que pa'l pobre
toda la tierra es igual.

Puestero soy



Silbar... andar, silbar nomás,
salir al alba a recorrer;
así es la vida del puestero,
trajina hasta el amanecer.

Hasta que la vida
no sale a'rumbar,
no le queda nada
más que aquél silbar...

Va el hombre a  la cerrazón
en pampa de inmensidad
salir campeándolo al lucero,
volver a media claridad.

Y andar con los perros y con la majada,
¡dele siempre! ¡dele silbar y chumbar!

Poblar, cuidar, tener mujer;
alzar un rancho y esperar,
mirar crecer a los gurises
que puesteros también serán.

Ir por los corrales,
campo, cielo y monte;
es la vida criolla
dura de penar.

Tener siquiera por lucir
un pingo para dominguear,
largarse luego a la guitarra
alguna pena a remediar.

Y si acaso llueve,
mate amargo adentro
y allá campo afuera
viento y temporal.

Así es nomás, compañero,
como la vengo pasando,
a viejo habré de llegar
pobre nomás y silbando.

Aclarando rayas




Algunos me miran mal
porque no vivo a lo rico;
el rancho está muy pelao
y el patio está desprolijo.

Dicen que debía hacer quinta;
plantar  muchos “ocalitos”
y hasta votar po’el gobierno
pa’ tener un puesto lindo…

Yo, pa’ decir la verdá,
de esas cosas no preciso;
es más grande lo que sueño
y más variao lo que miro…

No quiero plata a montones,
yo la gasto de a poquito…
y que de a poquito venga
así no recargo el cinto…

Prolijo o despreocupao
no haciendo mal, da lo mismo…
Si al que mira no le gusta
que cambie a su vista el trillo…

Además, sabe la gente,
que yo a naides le prohíbo
que haga quinta, adorne el rancho,
o plante mucho “ocalito”.

Y menos que vivan pobres
los que quieran morir ricos;
ni que “lamba la coyunda”
pa’ alcanza algún destino…

Si pa’ quedarme me sobra,
pa’ dirme, también, colijo!
Y siempre’óido que los pobres
van pa’l cielo derechito…

¿Será por eso que el cura
si les reza, no hace ruido,
y canta fuerte empujando
pa’l cielo’el alma’e los ricos…?

He de seguir como soy!
Que otros planten “ocalitos”,
yo con lo poco que tengo
me voy mareando muy lindo.

Sabido es a las mortajas
naides les pone bolsillos…
Y si ese viaje es largón…
hay que hacerlo de vacío,

¿pa’ que debo andar cargao
en un trecho corto y lindo,
donde me gusta cantar
más que plantar “ocalitos”…?

La agüita del bajo


(Pintura: Carlos Montefusco)

Clarita y pura se brinda
como exquisito manjar
a la hacienda, que al pasar
la bebe sabrosa, linda;
no hay resero que no rinda
al encontrarla, homenaje;
haciendo un alto el gauchaje
desensilla placentero,
y en las pilchas del apero
descansa un rato del viaje.

Reconfortando al ganao
y a continuar dando aliento,
el paisanaje contento,
se siente más aliviao;
el viento como enojao
va peinando el pastizal,
los tordos que del cardal
van levantando su vuelo
se sientan sobre el señuelo
que se ha echao en el pajal.

Cada paisano jinete
trabajador y sencillo,
con el lomo del cuchillo
saca el sudor a su flete;
otro que no viaja al “cuete”
una carona le asienta,
porque si la marcha es lenta
y el animal ha sudao
evita por descontao
que del lomo se resienta.

Luego el paisano Alarcón
que es más ligero que el rayo,
acomoda su caballo
y arma, cantando, el fogón;
va corriendo el cimarrón
que otro criollo ha preparao
y cuando “El Viejo” Rondiao
está terminando un cuento
dice el capataz contento:
¡Muchachos, está el asao…!

Después de haber descansao,
y con la hacienda fresquita,
siguen con la tardecita
en dirección al poblao,
el capataz ha ordenao
llegar de un solo tirón;
y al cumplir con la misión
de terminar su trabajo,
es por la agüita del bajo
que les dio su protección!