Cuando le ofrecí el bozal
solo, metió la cabeza
porque yo confío en esa
que lo sepa el animal,
temblaba cuando bagual
pero lo fui conquistando
dándole tiempo, pensando
con la mente a toda orquesta
hasta bajarle la cresta
y saliese cabrestiando.
Casi cabeza a cabeza,
que siempre sea a la par
pa'd'esa forma evitar
que lo tome por sorpresa
que nunca falta una d'esas
asustadas por sonseras
una cuzqueada cualquiera...
me acuerdo de Pancho Vivas
que lo pasó por arriba
rompiéndole la cadera.
La escuela del potro es dura
lo mesmo que gallo asao
-el cuerpo siempre avispao
tranquilidad y mesura.
Todo a su tiempo madura...
por eso me pone ufano.
Dolores montando el ruano
conviersa por el cabestro:
-"¡Qué maestro, su maestro!"
-"Usted conoce sus manos!.
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