sábado, 13 de octubre de 2012

Parte de mi alma



Árbol en la ciudad desterrado,
sombra en el paredón del asfalto;
árbol en soledad encerrado
con el cielo lejos,
estirando ramas para alcanzar su reflejo.

A flor de la raíz, prisionera,
pasa un temblor de azul primavera...
Pero es el leve soplo del viento
que llorando moja,
una luz de otoño,
vuelo final en las hojas.

Pero hubo una vez, más allá del cielo,
horizontes abiertos para volar.
Como aquél cardo
que el plumón entrega
para deshojarlo
en las alas ciegas de la inmensidad.

Árbol en la ciudad, compañero,
sombra en el ventanal donde espero.
Testigo fraternal de los sueños,
por allá perdidos...
en abismos que abren
la oscuridad del olvido.

Pero vino la música a río lento
a llevarme en su cause de eternidad;
igual que un árbol,
parte de mi alma,
se me fue cantando
desgarrando ramas de la soledad.

Como aquél cardo
que el plumón entrega
para deshojarlo
en las alas ciegas de la inmensidad.

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