Tiernito cuando gurí
como pecho de paloma
y el salto de la maroma
fue de lujo para mí.
Ya después cuando salí
a trabajar de mensual,
se me echaban al corral
un lotecito de potros,
saltando de un lomo al otro
sin respetar al bagual.
En la estancia "Los Aromos"
a un gran bellaco le puse
las dos horquilla en el tuse
y me le acosté en el lomo.
La gente decía cómo
se puede aguantar así
y un viejo que estaba allí
dijo: "Es tiempo que se entere,
éste indio tiene poderes
de un gran brujo guaraní".
Comento que los poderes
me lo alegó en su agonía
que era de supremacía
entre potros y mujeres,
dijo: "Cuando un brujo muere
es ley que su poder entregue
al último que se allegue"
y él entregó su linaje:
"¡que ningún potro lo baje
ni una mujer se le niegue".
Como quien por todo eso
ninguna virtud presume,
era el tiempo del desplume
y fui a ganar unos pesos.
Unos "neandos" de profeso
sobre la linda apreté,
mi pingo rodó y se fue;
y contra del alambrao
sobre una hebra parao
como un pájaro quedé.
Al pararse el animal
del alambre me tiré,
salí como lo monté
como cosa natural.
Corriendo pa hacer corral
de a caballo a los ñanduces,
se dio vuelta sobre el tuse
de nuevo el pingo y quedé
revoleando y le arrojé
la bola a un "neando" en el cruce.
Todo eso atribuía
a acreditar mis poderes
si hasta las mismas mujeres
mil leyendas me tejían.
se hablaba en las pulperías
de mi poder sobrehumano
y decían los paisanos
que de tanto robar mozas
tenía el anca lustrosa
mi caballo bayo ruano.
Por culpa de eso me vi
apechugado en reproches,
china que juyó de noche
me echaron la culpa a mí.
Una tarde allá en el Yí
ya con los últimos rayos
eché al agua mi caballo
y dende la otra ribera
me gritó un viejo: "si yo era
el brujo que anda en un bayo".
Mientras mi bayito trae
el agua haciendo burbuja
le dije: "ni en brujos ni brujas
yo creo pero las hay.
¿Pa qué pregunta, caray,
para qué quiere saber?"
-"Dice de que no hay mujer
que se te escapa a tu influjo
y al verte aquí siendo el brujo
yo temo de enloquecer".
"No hay uno que no se juegue
a tus manos en el paraje,
que no hay potro que te baje
ni china que se te niegue.
Imposible no se entregue
al influjo de tu voz.
Para mí clavao que sos,
el que mentan los paisanos
que anda en un bayo ruano
como pintado por Dios".
"Como yo tengo una
nieta que la quiero tanto,
tan linda que a su encanto
se lo envidia la luna.
Le daría una fortuna
si de mi dolor te apiadas;
a más de plata contada,
como recuerdo te dejo,
para que te vayas lejos
una tropilla entablada".
"Si aceptás mi compromiso
voy la tropilla a traer,
yo quiero mi nieta ver
librada de tu hechizo".
Mi bayo escarbaba el piso
cuando del río a la orilla
ví una yegua gargantilla
que haciendo punta venía
y así soy desde aquél día
el dueño de una tropilla...
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